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“Chucho” tuvo un sepelio íntimo y familiar

“Chucho” tuvo un sepelio íntimo y familiar
04 de agosto de 2013 - 00:00

Pétalos de rosas amarillas, azules, rojas y blancas se elevaron ayer sobre la carroza que transportó el féretro del delantero Christian Benítez hasta su última morada en el Camposanto Monteolivo.

Desde la salida del coliseo Rumiñahui los aficionados se agolparon a los costados de la caravana para despedir al goleador. Algunos utilizaron camisetas de la Selección y de El Nacional, y cuando pasó el ataúd por donde se encontraban, gritaron “Chucho, Chucho”, al tiempo que flameaban banderas ecuatorianas. Una caravana multicolor formaron los motociclistas y ciclistas que decidieron acompañar el cortejo fúnebre.

La avenida 6 de Diciembre lucía vacía a las 13:00, pero 15 minutos después se transformó por completo. La gente salió de sus viviendas y negocios para presenciar el paso del féretro. El trayecto se lo hizo por el carril exclusivo de la Ecovía, que facilitó el desplazamiento desde el centro-norte hasta el nororiente de Quito.

Desde balcones y terrazas, aficionados de todas las edades, con celulares y cámaras, tuvieron oportunidad de grabar las imágenes de un recorrido que fue breve. El féretro llegó en apenas 45 minutos al cementerio que se encuentra ubicado junto a la Casa de la Selección, el segundo hogar del “Chucho”.

Pero ese lapso fue suficiente para que sus seguidores le retribuyeran, con cánticos y aplausos, lo que el futbolista les entregó dentro de la cancha.

Por ello la camiseta “Tricolor” se impuso a lo largo del recorrido con el insigne número 11 que utilizó la “Panterita”, epíteto que heredó por ser hijo de Érmen “Pantera” Benítez, goleador de El Nacional en las décadas del 80 y 90.

Fueron miles de personas las que agradecieron al futbolista con pañuelos y lágrimas. Muchas no pudieron contener la emoción que sintieron al ver el paso de la carroza y recordar todos los momentos que vivió el “Chucho” y las alegrías que le entregó al fútbol ecuatoriano.

La barra “criolla”, Marea Roja, despidió a su ídolo con una pancarta que tenía impresa la leyenda “Chucho eterno”. La agrupación esperó el paso del féretro en los exteriores del estadio Olímpico Atahualpa, donde en el 2006 Christian le entregó el título a El Nacional y después emigró al balompié mexicano para hacer de esa nación su segunda patria.

El sector de El Batán fue el que más hinchas y seguidores del “Chucho” congregó. Todos ahí lucieron en su mayoría la camiseta roja del cuadro “militar”. Algunos exhibieron fotos del 2006 donde se podía observar a Benítez cargado en hombros luego de ganar la corona 13, que es la última que alcanzó el cuadro “Bi Tricampeón”.

El Olímpico Atahualpa fue el escenario donde más veces actuó Christian en Ecuador, ya que el único equipo que defendió en su país fue El Nacional, que juega como local en ese escenario deportivo.

Además, cuando dejó el país tras su decisión de triunfar en el exterior, cada vez que fue convocado por los entrenadores de la Selección ecuatoriana, que en su momento la dirigieron, Fernando Suárez, Sixto Vizuete y Reinaldo Rueda, volvió a actuar en ese escenario. Por eso la carroza disminuyó su marcha para que los aficionados le manifiesten su último adiós.

Los metros finales hasta el cementerio fueron aún más melancólicos. Niños y niñas con imágenes del jugador en sus manos lloraban al ver pasar el cortejo fúnebre.

La caravana con simpatizantes que acompañó el recorrido fue interrumpida abruptamente por la Policía Nacional al frente de la cancha sintética de la Selección, que colinda con el sitio que es la última morada del jugador de 27 años; justo previo a los 100 metros finales que permite el ingreso a las instalaciones del Camposanto. Esa fue la disposición de la familia, que quiso una ceremonia muy privada.

En los exteriores del sitio de la última morada del “Chucho” se dieron cita cientos de personas que llegaron a dar el adiós a Christian Benítez.

Entre ellos estuvo Wilmer Arce, quien acudió cerca del mediodía desde Calderón junto a su esposa Ivonne Páez para despedir a su “Ídolo” del mundo futbolístico.

El ibarreño se mostró muy dolido, dijo que sintió la partida de un “excelente” ser humano y jugador que integraba la Selección ecuatoriana. “Cada vez que exista un partido de la Tricolor siempre lo recordaremos con cariño”, expresó.

45 minutos duró el trayecto desde el coliseo Rumiñahui hasta el Camposanto  Monteolivo

La restricción policial se evidenció masivamente en la entrada principal del cementerio privado como en los alrededores, siendo imposible el ingreso de personas particulares que quisieron acompañar al “Chucho” hasta el final.

Eso impidió que Alfredo Zura pueda ingresar junto a sus familiares al entierro de un primo suyo, que falleció también el lunes, pero en Estados Unidos y por coincidencia era enterrado ayer a la misma hora que el jugador.

Alrededor de las 14:00 llegó la caravana fúnebre que recibió una ovación sonada de los aficionados presentes en las veredas de la avenida Simón Bolívar.

También los vehículos, que a esa hora transitaban por el lugar, hicieron sonar sus bocinas en señal de despedida del jugador que, según quienes le conocieron a profundidad, se caracterizó por ser solidario y muy humano con los seres desamparados.

La viuda de Benítez, Liseth, quien ingresó caminando al cementerio, agradeció al público presente con un leve movimiento de su mano derecha.

La ceremonia íntima terminó al depositar el féretro en la tumba 214, en el sector Girasoles pasillo 1 de Monteolivo. Su ataúd llevó impreso el número 11, el que le caracterizó en toda su vida deportiva.

Un homenaje en el Atahualpa

Tras dejar que el cuerpo de Christian descanse eternamente, su padre, Érmen Benítez, se dirigió al estadio Olímpico Atahualpa para recibir el homenaje preparado por El Nacional. La ceremonia inició a las 15:30 con la melodía que compuso Damiano, “Hasta siempre Chucho”.

Los acordes son a ritmo de salsa, el son preferido por el jugador que vivió gran parte de su niñez en Esmeraldas.

Los aficionados que llegaron en alrededor de 10 mil poblaron la preferencia, y con carteles se unieron a la despedida de un futbolista que fue símbolo del club.

Mientras se entonó la melodía, los globos rojos cubrieron los cielos a la par que el grito de “Chucho, Chucho” predominó en el escenario.

El Municipio de Quito entregó una condecoración al Mérito Deportivo Post Mortem al futbolista que fue agradecida por su progenitor. “Me llena de orgullo saber el cariño que le retribuyeron a mi hijo. Aunque él no esté físicamente, estará en mi corazón como también creo que en el de ustedes”, indicó Érmen, mientras los aplausos y gritos en favor del jugador no cesaron.

Previo al duelo que mantuvo el conjunto “criollo” ante Deportivo Quevedo, los jugadores saltaron con su tradicional divisa roja y un crespón negro a un costado.

Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio y como antes se hacía, hubo el toque de trompetas en señal del duelo, mientras flameaban los carteles con imágenes de Benítez y las cientos de frases que agradecían su paso por el elenco “militar”.

Ya en el partido, el capitán del plantel, Marwin Pita, quien consiguió dos goles, celebró de rodillas con sus compañeros. Elevó al cielo sus dedos índices que formaron el número 11 que identificó a Christian y que exhibió en el dorsal de la camiseta.

CITAS

“La pérdida de Benítez es dolorosa y queremos retribuirle en algo lo que él hizo mientras fue jugador de nuestro club”
Hugo Villacís
Presidente de El Nacional

“Chucho fue más que un jugador, una persona extraordinaria. Los hinchas de El Nacional siempre te recordaremos”
Enrique Tituaña
Seguidor del club “criollo”

“Benítez fue un hombre muy responsable. Un ejemplo a seguir, por todo lo que significó como ser humano”
Tito Manjarrés
Expresidente de El Nacional

“Christian partió de la tierra para ser eterno en el alma de todos los que le quisieron por ser un ser humano notable”
Érmen Benítez
Padre de Christian Benítez.

“El mejor homenaje que podemos hacer a un jugador como el “Chucho”, que nació en El Nacional, es conseguir la victoria”
Marwin Pita
Capitán de El Nacional

“Christian siempre vivió muy intensamente. Su alegría debe prevalecer en los recuerdos que tengamos de él”
Reinaldo Rueda
DT de la Selección Nacional

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