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Un festival de arte hecho por personas con discapacidad

Un festival de arte hecho por personas con discapacidad
23 de julio de 2016 - 00:00 - Verónica Chávez

Con entusiasmo y mucha seriedad, Antony Pinta, de 19 años, se pone su elegante atuendo. Su madre, Sonia Campaña, afanosa lo ayuda con los botones de la camisa amarilla que confeccionaron especialmente para esa noche. Es que se trata del evento más importante del año para Antony y sus 20 compañeros.

Se trata del Festival de Arte realizado por personas con discapacidad que integran el Centro de Desarrollo de las Artes del Gobierno Provincial de Tungurahua. Este festival forma parte de las actividades programadas por el aniversario 156° de la fundación provincial que se celebra cada julio.

Más de 200 niños, jóvenes y adultos exponen el talento que han trabajado durante varios años. El festival promueve el arte como medio de desarrollo para este valioso grupo social.

“Ahí han potenciado sus destrezas físicas e intelectuales; la música, la pintura y el canto han aportado sensiblemente en un evidente desarrollo de los chicos y este festival es la ocasión para que ellos compartan con el público sus avances”, comenta Campaña, quien, al igual que el resto de familiares de los artistas, ayuda en los camerinos del Teatro Joaquín Lalama de Ambato.

En este Centro de Desarrollo las personas con diferentes discapacidades reciben clases de danza clásica y contemporánea, música, canto y arte. Estos servicios son gratuitos y permanentes.

En la última década han egresado ya 2 promociones de bailarines que actualmente forman parte de la Escuelas Nacionales de Danza del país.

Nikolay Pangol, Director de Desarrollo Humano y Cultura de la entidad, expresó que este Centro, dotado de infraestructura y docentes especializados, es el resultado de una de las políticas públicas de la Prefectura a favor del desarrollo integral de los tungurahuenses; de ahí que los grupos prioritarios también sean parte de esta idea de masificar el arte.

El Festival de Artes de Personas con Discapacidad, que el 8 de julio cumplió su décima edición, es uno de los eventos más esperados dentro de las festividades de julio en Tungurahua.

Este festival reúne el trabajo realizado por las personas con discapacidad de toda la provincia. Para su organización, el ente provincial trabaja con más de 12 instituciones dedicadas a la atención y desarrollo de personas con discapacidad. El evento, que lleva una década de labor conjunta, es una manifestación de belleza artística y sobre todo, humana.

Para la presentación se han cuidado todos los detalles: atuendos, escenografía, puntualidad y una gran puesta en escena de aquellos artistas que a diario trabajan en su desarrollo.

Elena Tiche, educadora de personas con discapacidad, destaca las bondades que el arte da para facilitar la estimulación del aprendizaje de sus estudiantes.“Es una experiencia muy gratificante ver el progreso en los chicos y los adultos. El arte es un medio sensorial que establece, además de avances cognitivos, sistemas de interrelación de apoyo mutuo y comunicación”, aseveró la maestra.

Para apreciar este festival, cada año, en las afuera del teatro Lalama, cuya capacidad es de 1.200 personas, se forman largas filas de personas que esperan entrar y observar el show.

Luminarias, cortinas, equipo de protocolo y funcionarios de la institución provincial fueron los primeros en aguardar el espectáculo este año.

Con la puntualidad que caracteriza a la hora ambateña, a las 18:00 comenzó el festival. La calidez de las luces ámbar en el escenario son apenas una tenue iluminaria al compararlas con la expresión de ternura y fuerza de voluntad de los artistas que definitivamente, cautivaron al público más allá de lo que imaginaron.

“Este festival es un gran ejemplo de valor y constancia, esos valores son los que me gusta mostrarles a mis hijos para que sepan que las limitaciones no existen, que si hay carácter y voluntad se puede salir adelante, pero claro, hay que tener presente que la solidaridad y el respeto son claves para ayudarnos y crecer”, comenta Marcelo Gavilánez, ambateño de 45 años.

El espectáculo, que dura cerca de 3 horas, es una vitrina de talentosos cantantes, afinados músicos, coordinados bailarines y acertados actores, que se lucen al interpretar ritmos y líricas de todo el mundo, obras clásicas y contemporáneas de teatro, danzas tradicionales y diversas narrativas.

DATOS

La Escuela de No Videntes Julius Doephner, el Centro Inclusivo de Discapacidades El Peral y la Orquesta de Ciegos del Ecuador son algunas de las instituciones que participaron. 

Con diferentes actos, el festival dignifica el talento de personas con discapacidad. 

Cada acto requiere una preparación de varios meses.

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