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Recuperación a través de la presión atmosférica

La cámara hace que el cuerpo se oxigene mejor que cuando se respira en condiciones normales.
La cámara hace que el cuerpo se oxigene mejor que cuando se respira en condiciones normales.
03 de enero de 2016 - 00:00 - Gerónimo Altamirano

La medicina hiperbárica ha registrado muchos avances en las últimas décadas, consolidándose como el tratamiento de cerca de una veintena de patologías, ya sea como terapia única o complementaria. Se trata de un método terapéutico en el que se introduce al paciente en una cámara hiperbárica para someterlo a un ambiente con una presión superior a la atmosférica y hacer que la sangre transporte mayor oxígeno a los órganos y tejidos del cuerpo.

En Ecuador este tipo de tratamiento es relativamente nuevo y cada vez son más los hospitales o centros médicos que introducen esta técnica en beneficio de los pacientes, aunque son muy pocas las personas que conocen sobre este tratamiento y sus ventajas.

La oxigenación hiperbárica (OHB) es un tratamiento médico que utiliza tecnología de punta. La idea es “llenar” al cuerpo con oxígeno 100% puro, a través de presiones atmosféricas elevadas con el objetivo de tratar indicaciones médicas específicas y enfermedades degenerativas. Su surgimiento y desarrollo están vinculados con métodos de compresión y descompresión, utilizados como tratamiento en la medicina subacuática.

De acuerdo con la Asociación Latinoamericana de Medicina Hiperbárica (ALMH), la oxigenación OHB constituye una rama de la medicina de ambientes especiales en pleno desarrollo.

Su uso terapéutico se basa en un incremento de la capacidad de difusión y tensión del oxígeno en los líquidos corporales, fundamentalmente en el plasma sanguíneo, o sea se respira oxígeno puro en condiciones de presión ambiental elevada y en el interior de recipientes herméticos llamados cámaras hiperbáricas, así lo explica el médico hiperbarista Pedro Rojas, del Centro Médico Hiperbáricas del Ecuador.

“Esta acción genera toda una serie de efectos físicos beneficiosos de gran aplicación en un número cada vez mayor de enfermedades”, señala.

La Sociedad Submarina y Médica Hiperbárica de Estados Unidos reconoce 13 males o enfermedades para los que es legítimo poner a pacientes en cámaras bajo alta presión. De ellas 11 ya fueron aprobadas por el sistema de salud Medicare por su efectividad. Los especialistas de la ALMH señalan que la anticipación en el tratamiento de muchas enfermedades es un factor primordial para obtener resultados satisfactorios.

Entre las enfermedades y padecimientos que se consideran de “urgencia” a tratar con OHB se destacan pie diabético, intoxicación por monóxido de carbono, humo o cianuro y otros venenos tisulares, gangrena gaseosa, enfermedad descompresiva (por buceo), síndrome compartimentar y otras isquemias agudas traumáticas, explica el hiperbarista Gonzalo Pérez del Centro Integral Hiperbárico.

“Me cortaron la pierna por complicaciones del pie diabético y la cicatrización se demoraba mucho. Casi 2 meses y no veía resultados hasta que me recomendaron las cámaras y probé. Llevo 5 sesiones y ya está casi cicatrizado. Además, recuperé la movilidad de mi mano izquierda que había perdido y lo mejor es que ni me había dado cuenta. Fue increíble”, sostiene uno de los pacientes.

También se puede tratar el herpes zóster, la oclusión de la arteria central de la retina, la neuritis óptica, la sordera súbita, el trauma acústico, las asfixias agudas como el ahogamiento incompleto, estrangulación, ahorcamiento fallido, etc.

Su uso terapéutico se basa en un incremento de la capacidad de difusión y tensión del oxígeno en los líquidos corporales.

El OHB es muy recomendado para tratar padecimientos oftalmológicos como úlceras corneales, infecciones oculares, glaucoma de ángulo abierto y retinopatía diabética; problemas ortopédicos como la necrosis aséptica del adulto, retardo en la consolidación de fracturas y como apoyo a injertos óseos.

En casos neurológicos de esclerosis múltiple, edema cerebral y como apoyo a la rehabilitación de secuelas neurológicas. En padecimientos gastroenterológicos como la hepatitis viral aguda tipo B, la insuficiencia hepática aguda o la colitis ulcerativa idiopática. El OHB es sumamente útil como apoyo en la rehabilitación de diversas cirugías, así como en el tratamiento de enfermedades angiológicas, ginecológicas y urológicas.

Sobre este último punto, Rojas sostiene que la oxigenación hiperbárica es altamente recomendada por los doctores después de cualquier tipo de cirugía plástica reconstructiva ya que disminuye el tiempo de recuperación en un 50% debido a que al producir niveles elevados de oxigenación, saturan las células y los fluidos en los pacientes, regenerando y regularizando la producción de colágeno. “…ayuda a reducir los edemas, devolviendo así la vitalidad a los tejidos y acelerando la cicatrización”, explica.

Además, aumenta los niveles de las enzimas superóxido-dismutasa (SOD), catalasa y glutatión peroxidasa, que son los antioxidantes naturales que nos protegen de los radicales libres, factores que lesionan las células causando envejecimiento prematuro.

“La alta concentración de oxígeno controla el posible efecto infeccioso y produce un efecto desinfectante, desintoxicante, anabolizante (que favorece el crecimiento de los tejidos) y recuperador en los pacientes que se han sometido a estiramiento facial, peeling químico, láser, cirugía de los senos, liposucción o reducción de estrías.

Rojas enfatiza que la medicina hiperbárica puede ser utilizada como una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas, sin necesidad de tener una enfermedad. “Es una inversión de salud. No se necesita estar enfermo para usarla, especialmente porque mejora nuestro organismo en todos los sentidos y funciona como una forma de evitar enfermedades”, sostiene.

El procedimiento es sencillo. El paciente se introduce en una cámara hiperbárica, para someterse a una presión mayor, esta es una esfera hermetizada que le permitirá respirar oxígeno medicinal al 100%. La duración depende del padecimiento, pero pueden ser tratamientos en los que cada sesión dure de 45 a 120 minutos aproximadamente. Cada sesión consta de 3 etapas: Se aumenta la presión atmosférica en dentro de la cámara, se otorga oxígeno medicinal a través de una mascarilla y se reduce la presión atmosférica dentro de la cámara hasta igualarla con la normal.

Desde el inicio el paciente estará acompañado por un asistente, y en todo momento contará con asistencia externa si así lo requiriera, es normal experimentar un tapado de oídos moderado y estos se podrán eliminar con cierto tipo de ejercicios de presurización.

Se requieren de un mínimo de 10 sesiones por tratamiento de inicio, ya que está comprobado que en ese lapso los resultados comienzan a ser notorios.

No es recomendado para mujeres embarazadas o personas que padecen claustrofobia, infecciones respiratorias agudas, epilepsia, hipertensión arterial y otras.

El uso de la cámara es delicado y existen normas y contraindicaciones que deben ser observadas con detenimiento por un especialista.

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