Las manos sudan más por factores emocionales, gracias a una zona de nuestro sistema nervioso llamado sistema nervioso autónomo. Estos nervios ocasionan que, delante de un factor emocional (nerviosismo, pena, alegría, excitación, estrés…) las manos reaccionen y suden. Cada uno suda más o menos, esto depende de la genética, aunque el culpable del sudor es cualquier factor ambiental (la emoción en si misma), pero la cantidad ya depende de la preparación genética de nuestras manos.

Cuando las manos sudan mucho, se puede tratar de un caso de hiperhidrosis palmar que es el exceso de líquido y de sudoración. Se trata de una enfermedad genética, de causa desconocida y con cierto componente familiar (podría ser hereditaria, pero aún no está claro) que hace a las personas sudar de forma incontrolada en la zona de las manos y sin estímulo aparente. Es decir, podemos estar sentados tranquilamente y ver cómo nuestras manos empiezan a sudar, sin motivo alguno. Por supuesto esto se agrava cuando hay algún estímulo emocional, y la hiperhidrosis empieza el círculo vicioso de sudor-estrés-más sudor y así de forma sucesiva.

Para las personas que padecen una sudoración excesiva en sus manos no hay nada más molesto y preocupante. Puede limitarles su vida social, el estrechar la mano en un trabajo, el acariciar a otras personas. Para las personas que sufren esta dolencia, existen varios remedios caseros con el bicarbonato de sodio, un método muy adecuado. Solo hay que disolver un poco en agua caliente y sumergir las manos en este preparado durante 10 minutos. Gracias a su poder alcalino, el bicarbonato ayuda a tratar el sudor y mantener las manos secas.

Ingerir té también ayuda, porque es considerado un buen controlador del sudor. Para ello, es necesario hervir un vaso de agua y poner 5 bolsitas de té. Cuando aún esté tibio, sumerge las manos en él unos 10 minutos. También se sugiere tomar una infusión de salvia y manzanilla: un gran aliado para regular la transpiración.

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