Ecuador, 30 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

En Cuerpo Presente

Las bebidas gaseosas tienen un efecto corrosivo sobre los dientes

En las piezas dentales también se produce una pigmentación.
En las piezas dentales también se produce una pigmentación.
16 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción de7en7

El consumo frecuente de bebidas gaseosas es el responsable de serias lesiones dentales por su alto contenido ácido.

Estas bebidas, ampliamente criticadas por la presencia de altas concentraciones de azúcar, cafeína y otras sustancias, pueden provocar incluso que los dientes pierdan su esmalte.

De acuerdo con una investigación desarrollada por la Universidad Diderot, en París, las afecciones, provocadas por las bebidas carbonatadas, generan un adelgazamiento del esmalte y después de la dentina. En los niños, la erosión afecta a las encías, que pierden su perfil ligeramente abombado. Además, la cara trituradora de los primeros molares inferiores se aplana.

Aunque es habitual que los dientes estén en contacto con bebidas o alimentos ácidos, su consumo regular desde edades tempranas deteriora la dentadura.

Un estudio publicado en General Dentistry generó polémica, hace algunos años, al revelar que, en dosis altas los refrescos pueden dañar tanto los dientes como consumir cocaína o metanfetamina.

Al parecer los efectos nocivos para los dientes pueden aparecer con todas las versiones de refrescos que están disponibles en el mercado, ya sean azucarados o dietéticos, pero en especial en aquellos de sabor a cola. Por esta razón, la Asociación Odontológica Británica recomienda a las empresas fabricantes de gaseosas y refrescos con gas, un cambio en sus formulaciones para reducir el impacto negativo del ácido que incorporan. En un informe reciente, esta organización admite que las enfermedades dentales han experimentado un significativo auge en las últimas décadas.

Parte de su crecimiento lo atribuyen a los ácidos de bebidas refrescantes que dañan el esmalte dental dejando los dientes más proclives a infecciones y caries.

El odontólogo ecuatoriano Diego Bravo explica que los componentes que generan gas en este tipo de bebidas erosionan el esmalte y aún más en los niños, que no siempre tienen el cuidado de lavar sus dientes después de comer y tomar esta clase de refrescos. Por otro lado, Bravo advierte que el esmalte de la dentadura hace las veces de una capa de protección.

“Es un elemento vivo que resguarda al nervio. Cada pieza dental tiene un nervio, junto a un paquete vascular nervioso que lo mantiene elástico. Cuando hay una pérdida significativa del esmalte, la nervadura queda indefensa y hay dolor, pero lo más preocupante es que puede conducir a la pérdida del nervio”.

Estos casos obligan a los odontólogos a extirpar el nervio y sí esto sucede, la pieza ya no será igual; es un pieza muerta.

De hecho, el esmalte dental se considera la sustancia mineral más dura del cuerpo, aún más que los huesos, pero su dureza no la hace inmune a los ácidos diarios que se crean con ciertas comidas y bebidas, en particular, las que son dulces o tienen almidón.

Los ácidos ingeridos, sin duda, pueden atacar y ablandar la superficie de las piezas dentales.

El odontólogo considera que las empresas multinacionales que producen estos refrescos no hablan con sinceridad al público, porque están más interesadas en vender que en alertar sobre los posibles riesgos en la salud dental. Uno de los componentes que más daños provoca es el ácido fosfórico que se encuentra en las bebidas de cola carbonatadas.

Sobre los daños dentales causados por estos productos, la cirujana odontóloga Jane Soxman, publicó un trabajo en el cual sostiene que el ácido fosfórico, cítrico, tartárico o carbónico que contienen los refrescos se asocia con la reducción del esmalte de los dientes alrededor de los sellantes y las restauraciones dentales, lo cual compromete aún más la salud bucal de los adolescentes y obliga a realizarse un tratamiento dental más prolongado para prevenir la pérdida total de las piezas.

Este componente también limita la absorción de calcio y afecta directamente la densidad ósea.

Esto es especialmente importante para las mujeres jóvenes. A los 16 años, las adolescentes han alcanzado entre el 90% y el 97% de la masa ósea, por lo que la ingesta adecuada de calcio es esencial.

Al mismo tiempo, las estadísticas nacionales demuestran que solo el 19% de las niñas entre 9 y 19 años consume la cantidad diaria recomendada de 1.300 miligramos de calcio por día.

Un ensayo polémico

En la década de los cincuenta, el profesor, Clive McCay, de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, descubrió que la cantidad de azúcar y ácido fosfórico del refresco de cola provocaba caries.

Para llamar un poco más la atención y darle un tono sensacionalista a su descubrimiento, tuvo la idea de sumergir un diente en un recipiente con refresco de cola y anunció que este comenzaría a disolverse al cabo de 48 horas.

Aunque logró captar la atención de cientos de personas, el diente no se disolvió. Los odontólogos saben que el refresco de cola no deshace los dientes, pero sí es perjudicial.”

El odontólogo Eduardo Acevedo Mendoza dice que cuando las bebidas gaseosas o azucaradas entran en contacto con el esmalte y la saliva producen ácidos que destruyen el esmalte.

“Si me tomo una gaseosa, sin importar la marca, tendré la sensación de sequedad en los dientes; se ponen como carrasposos. Esto ocurre porque el azúcar se descompone con la saliva y ataca directamente a la dentadura”.

El especialista indica, además, que en nuestro medio es difícil restringir el consumo de bebidas azucaradas, porque es parte de nuestra cultura, pero, sobre todo, son hábitos muy enraizados que, pocas veces, se pueden modificar.

Acevedo precisa que al ingerir bebidas gaseosas las piezas dentales se desmineralizan de manera progresiva y en este complejo proceso químico se producen manchas y caries.

Para contrarrestar este deterioro, recomienda realizarse un tratamiento con flúor que ayuda a la prevención. Esta sustancia remineraliza la superficie del esmalte para evitar su deterioro. Tampoco se recomienda el cepillado dental inmediatamente después de ingerir bebidas azucaras, porque al hacerlo lo único que se consigue es debilitar más el esmalte. (ARB)

ESPECIALISTA

‘Hay niños que toman el biberón con gaseosa’

El consumo de bebidas carbonatadas produce un desgaste importante del esmalte y, además, genera una pigmentación interna de la pieza. Se trata de un problema que no aparece de un día al otro, se manifiesta después de un tiempo. Sabemos que el ácido fosfórico, presente en muchas bebidas, actúa directamente en el esmalte y produce sensibilidad en las piezas. Al mismo tiempo puede causar caries. Hay muchas personas que acostumbran tomar gaseosa y realizar un lavado inmediato, pero lo mejor es solo enjuagar con agua. Hay niños que comienzan a presentar estas lesiones, porque toman el biberón con gaseosas. En el día, el consumo de estos líquidos no genera mayor problema, porque la saliva realiza una suerte de autolimpieza, pero en la noche, cuando descansamos, los microorganismos actúan sin la presencia de la saliva.

Fanny Ordoñez, odontóloga Ilumident

Consejos

Para reducir el impacto del ácido fosfórico en los dientes se recomienda beber refrescos con un sorbete, porque ayudan a minimizar el contacto con la dentadura.

También se recomienda enjuagar la boca con agua después de beber una gaseosa y limitar su consumo a una porción por día.

Muchas personas optan por bebidas de dieta en un esfuerzo por reducir el daño en los dientes causados por los azúcares en la soda, pero las bebidas de dieta contienen ácido fosfórico.

El beber el refresco rápidamente en vez de tomarlo despacio puede reducir la incidencia del ácido fosfórico.

Estas bebidas contienen colorantes aditivos, como la cafeína y grandes cantidades de azúcar en forma de jarabe.

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Social media