El objetivo de la estimulación es crear necesidades en el bebé, como la de levantarse, gatear, caminar, comunicarse, hablar, tomar objetos, etc. A medida que el niño siente esas necesidades, se irá desarrollando.

Así lo explica Diana Jibaja, psicóloga clínica de Cedife. La especialista hace una diferencia entre estimulación temprana y estimulación adecuada. La primera apareció hace aproximadamente 60 años por la necesidad de desarrollar habilidades de forma acelerada en los niños que tuvieron dificultades al nacer o porque tenían alguna discapacidad. La segunda llegó posteriormente, cuando los niños sin ningún problema accedieron a una estimulación que va a la par de su desarrollo normal acorde a su edad. Ambas actualmente se utilizan.

“En las 2 estimulaciones se busca desarrollar la parte cognitiva, social, adaptativa, comunicativa y motora en el niño, en la temprana se necesita acelerar, desarrollar y habilitar lo que el niño no tiene, mientras que en el otro vamos a la par con su desarrollo”, explica Jibaja.

La estimulación para niños sin ningún problema se puede dar desde el nacimiento hasta los 3 años, a partir de esa edad se realiza psicorreahabilitación para preparar ciertas funciones que el niño no ha desarrollado todavía. Si se trata de menores con discapacidad, se da estimulación temprana hasta los 4 años.

Cristina Reinoso, parvularia especialista en estimulación del Centro Baby’s Gym, explica que el cerebro del bebé es como una esponja, aprende mucho. Lo que busca la estimulación es unir todas las neuronas con las que el niño nace, esta unión permitirá el desarrollar la inteligencia. “Si no se logra esta unión, si el niño no tiene una estimulación a tiempo, esas neuronas poco a poco se mueren”.

Reinoso explica que hasta los 2 años el menor tiene hasta el 75% de conexiones neuronales y hasta los 5 años debe alcanzar el 85%, estos porcentajes se consiguen si el niño tiene una estimulación a tiempo.

Según los especialistas, lo primero que se trabaja en los recién nacidos es el control cervical, así lograrán estabilizar el cuello, podrán sentarse, después gatearán y caminarán, estas habilidades les permitirán explorar el mundo que les rodea.

Los masajes son muy útiles para fortalecer los músculos y estimular la motricidad de los menores, pero además, son un medio para crear vínculos. A través de la piel el niño no solo recibe la información de su entorno, también recibe el afecto de quienes lo aman. Esto le da seguridad y lo ayuda a relajarse.

Algunos ejercicios que estimulan la motricidad gruesa del menor son subir y bajar suavemente sus brazos, mover sus piernas como una bicicleta y colocarlo bocabajo para que al subir su cabeza fortalezca los músculos de cuello y la espalda y se prepare para el gateo. A medida que crecen, le será útil trabajar con algunos equipos como el túnel de gateo y la viga de equilibrio.

Para la motricidad fina el niño puede hacer trabajos con texturas como granos y gelatina. Según Reinoso, alrededor de los 8 meses, los niños empiezan a sacar las cosas de su lugar, a desarmar, y a partir del año empiezan a poner en su lugar, a armar. De ahí que es útil que jueguen con legos, rompecabezas, la pila de aros, etc.

La hidroterapia también estimula la motricidad del bebé. Doménica Burneo, psicóloga clínica de Water & Babies Spa, explica que se coloca una boya cervical en el cuello del bebé, el cuerpo queda totalmente sumergido dentro del agua dejándolo en libertad para que se mueva y explore.

En cuanto al lenguaje, es importante que los adultos hablen con el menor de forma clara, con palabras cortas y sin muchas peticiones. Al inicio, el niño desarrolla el gorjeo, sonidos que hace como si estuviera conversando. Después viene el balbuceo en el cual empieza a decir sílabas. Escuchar canciones y conversar con él lo ayuda a que adquiera el lenguaje.

En la estimulación es importante la presencia de los padres, pues lo que se aprende en los centros —según Reinoso— son solo pautas para que los adultos trabajen con sus hijos en casa. El juego es el mejor estímulo, así como leerles cuentos y cantarles.

Relajándolos

Masajes estimulantes

Según la especialista Jibaja, el masaje más conocido es el Shantala, creado por una madre hindú. Se lo hace en todo el cuerpo, sin ropa y sin pañal, en un espacio cómodo y caliente.

Se basa en 3 movimientos: arrastre y embolado en las extremidades largas y presión en las partes pequeñas como son pies y manos. Se empieza por las extremidades inferiores y se sigue con las extremidades superiores, de 10 a 20 movimientos en cada extremidad. Se puede utilizar aceites con aromas suaves.