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¿Cuál es el límite de amigos de Facebook que el cerebro puede manejar?

¿Cuál es el límite de amigos de Facebook que el cerebro puede manejar?
05 de marzo de 2016 - 00:00 - Andrea Rodríguez Burbano

El verdadero círculo social de cada individuo no tiene nada que ver con las relaciones que puede establecer en su vida virtual. No importa el número de amigos que las personas acumulen en Facebook, lo que cuenta es con cuántos de ellos se ve cara a cara.

La comunidad social creada por Mark Zuckerberg adquirió tanto peso que se considera que quienes tienen una vida muy activa en línea y con centenares de amigos disfrutan en el mundo real de una envidiable vida social. Al antropólogo Robin Dunbar se le ocurrió demostrar que esta creencia es solo una vana ilusión.

Su planteamiento es inquietante: aunque las personas acumulen miles de conocidos, solo pueden mantener relaciones reales con un número máximo de 150 individuos.

Este valor, llamado número de Dunbar, está relacionado con el tamaño de la neocorteza cerebral y su capacidad de proceso.

Este investigador, nacido en Liverpool, encontró que el neocórtex (el cerebro racional) tiene una capacidad finita para ‘tratar’ con sus semejantes, y que superado un cierto número de relaciones, el grupo simplemente es incapaz de funcionar bien. Para llegar a esta conclusión se basó en la observación de grupos de primates no humanos para predecir el tamaño del grupo social óptimo que podría mantener un cerebro humano.

El neocórtex humano, al parecer, se desarrolló hace alrededor de 250 mil años, por lo que el Dunbar buscó referencias antropológicas y etnográficas para realizar una suerte de censo sobre tamaños de grupos sociales existentes en las antiguas sociedades nómadas. Este académico, profesor de psicología evolutiva de la Universidad de Oxford, quien durante décadas ha realizado estudios sobre relaciones humanas, se interesó por Facebook y se tomó el trabajo de evaluar las cuentas de más de 100 personas, entre 18 y 63 años, que tenían una media de 150 amigos en esta red social.

Después de analizar sus actividades en esta red, preguntó a los participantes cuántos de sus contactos virtuales consideraba que eran amistades auténticas: la media apenas alcanzaba el 27,6%. La siguiente pregunta redujo aún más el círculo: ¿A cuántos de tus amigos de Facebook recurrirías en un momento duro? La mayoría contestó que únicamente son 4 personas.

Este académico determinó que el grupo social completo de una persona es de 150 amigos y luego estableció que ese círculo de amigos tenía varias capas. La más poblada sería la de los colegas o amigos casuales. Si este grupo se restringe aún más y solo se considera a los amigos cercanos, el número podría reducirse a 50.

Dunbar afirma que existe un límite cognitivo de individuos con los que una persona puede mantener relaciones estables. Este límite está en relación directa con el tamaño relativo del neocórtex que, en definitiva, impone un límite al tamaño del grupo.

El neocórtex, como se mencionó, es la denominación que reciben las áreas más evolucionadas del cerebro. La ecuatoriana Lissette Duque, médica neuróloga, indica que es imposible poner un límite de amigos, refiriéndose a Dunbar, porque mantener y estar pendiente de los amigos del Facebook, aunque sean 500, depende de la capacidad de atención de cada persona e incluso de su personalidad. “Hay ciertas personas que tienen determinadas patologías, donde se pone en evidencia la capacidad de memorizar nombres y números sobre lo que se considera normal”.

Según Duque, aún hacen falta estudios para determinar qué número de amigos puede nuestro cerebro memorizar, por ejemplo.

Sandra Espinoza, neuróloga, indica que si una persona tiene 500 amigos en Facebook y no dispone del tiempo para prestarles atención a cada uno de ellos ni para monitorear sus actividades en esta red, será difícil que se ‘encripte’ en su memoria ciertos rasgos y características de sus amigos.

“Cuando estamos pendientes de nuestros amigos de la red, siempre hay datos que prevalecen, pero cuando no, estos se desvanecen. Cuando acumulamos amigos y no estamos al tanto de lo que ocurre con todos ellos, esa información no permanece en la memoria humano, sino en la memoria de la computadora”.

Según la médica, resulta difícil memorizar lo que los 800 amigos postearon o publicaron, por eso nos concentramos en el número que nuestra capacidad cognitiva puede manejar. “Si usted tiene amigos con los que siempre se ve, conoce sus gestos, sabe qué temas publica, cómo reacciona; esos son los que permanecen en la memoria”.

Según Jaime Castro, especialista en nuevas tecnologías, la aparición de las redes sociales podría poner en entredicho el planteamiento de Dunbar, porque, en muchos casos, se ha comprobado que personajes públicos, con cientos de seguidores, logran mantener grupos de amigos que superan el número 150. Pero habría que plantear la misma pregunta: ¿Cuántos de ellos son reales? ¿Es posible tener 6 mil amigos?

En el mundo de las redes sociales —no en el mundo real— hay usuarios que se sienten felices o creen tener más éxito por acumular más amigos. En una entrevista realizada por la revista Forbes, Dunbar dijo “mientras puedes proclamar que tienes una gigantesca red de personas que conoces en un sentido vago la mayoría de las veces, yo no las llamaría relaciones. Son voyeristas”.

Verónica Sánchez, usuaria de Facebook, cree que tener muchos amigos da un cierto ‘estatus’, pero reconoce que de los más de 900 amigos, apenas 100 están pendientes de sus publicaciones en el muro.

En realidad, dice, son los mismos de siempre, los amigos y amigas más cercanas del trabajo (los ‘amiguis’ como ella los llama) y las ex compañeras del colegio o de la universidad (tampoco todas).

Esta joven está consciente que acumular ‘me gusta’, publicar a diario en el muro, hacer comentarios o chatear en Facebook no son motivos suficientes para mantener los cimientos de una amistad verdadera. “Si soy sincera, a las amigas que me ponen ‘me gusta’ en Facebook o que comentan mis notificaciones solo las veo en el trabajo y pocas veces salimos los fines de semana. Son amigas laborales”.

Jaime Castro dice que hay amigos que únicamente vemos, cara a cara, una vez año y solo le enviamos un comentario por su cumpleaños o porque nos enteramos que está atravesando un momento difícil, el resto del tiempo ni nos acordamos que existe.

El especialista añade que son pocas las personas que se atreven a realizar una depuración de su red social. “¿Quién tiene el valor para eliminar a los 300 o más amigos que nunca vemos, a quiénes ni seguimos por Facebook, ni comentan lo que publicamos y que ni se dan por enterados de nuestros logros? Sobre este tema, un estudio de la Universidad de Colorado demostró que cuando las personas reorganizan y depuran su lista de amigos de Facebook, muchos compañeros de la secundaria y de universidad son los que tendemos a eliminar. El estudio, realizado por Christopher Sibona, estudiante, identificó que las razones de estos rompimientos electrónicos son las mismas por las cuales las relaciones cambian en la vida real: la opinión de las personas madura y se desarrolla de diferentes maneras, y los amigos dejan de tener los mismos intereses.

El motivo más frecuente para dejar de ser amigo de alguien de la secundaria en Facebook, por lo regular, se debe a diferencias en opiniones de política o religión. La otra gran razón es que ponen estatus poco interesantes, según el punto de vista de quien lo califica.

El estudio desarrollado por esta universidad estadounidense consistió en entrevistas realizadas a 1.077 personas, a quienes se les pedía que clasificaran a sus amigos en más de una docena de categorías, que incluían “amigos con intereses en común”, “amigos lejanos”, o incluso una categoría muy vaga como “amigos de Internet”.

De estos grupos, los amigos de secundaria fueron a los que uno más desdeñaba, seguidos por otra categoría titulada “amigos de amigos” y “amigos de trabajo”.

Mientras los amigos de antaño son eliminados por sus comentarios o contenido aburrido en redes, los amigos del trabajo son eliminados por algo que hicieron ‘mal’ en la vida real. Esto ocurre porque los amigos de trabajo son las personas más cercanas y con quienes pasamos la mayor parte del tiempo, así que aprendemos a conocerlas. Cuando una de las personas con quienes compartimos tanto tiempo, tiene un comportamiento que consideramos reprobable o fuera del lugar, simplemente tomamos la decisión de eliminarla. Así de fácil.

Según un blog creado por un grupo de psicólogos, denominado Psicología 2.0, lo virtual no le resta validez a las relaciones.

De esta hipótesis se desprende que las relaciones humanas son complejas y hoy, con los nuevos avances en la tecnología, no existe una sola forma de relacionarse.

Por otro lado, el ser humano es un ser social que necesita relacionarse y comunicarse con los otros, el mundo actual le dio la posibilidad de sostener ese principio de formas nunca antes vistas.

Cuando Mark Zuckerberg creó esta plataforma virtual, no intuyó que se convertiría en una comunidad de magnitud planetaria.

Hoy, hay muchas personas que creen que el ciberespacio es independiente del mundo real, pero, de alguna manera, las comunidades virtuales, Facebook y otras, permiten una eventual ‘reproducción’ del mundo real que si bien no implica una continuidad absoluta, permitiría una continuación fragmentada.

Eso ocurre con el muro, una invención de Facebook, donde se dejan comentarios.

Cada persona puede formar grupos de pertenencia en esta red social, lo importante es que no olvide ni deje de lado a quienes aceptó como amigos.

De panas

Estudios sobre relaciones humanas revelan que los usuarios tienden a eliminar de su lista de amigos a gente cercana, en lugar de amigos lejanos, lo que demuestra que las amistades tienden a desaparecer por comportamientos que afectan la vida real.

Hay psicólogos que advierten que el conocer bien a tus compañeros es indispensable para poder funcionar como un equipo, y en los grupos más grandes simplemente esto no es posible.

Dunbar considera que las redes permiten hacer muchos amigos, pero que no evitan que suceda lo mismo que en la vida real, donde los conocidos nunca llegan a ser amigos de verdad.

Las amistades en Facebook ‘mueren’ con facilidad cuando no se refuerza con la interacción cara a cara.

Testimonios

“No me gustan los comentarios políticos”

Cuando comencé a interactuar en Facebook, mis únicos amigos eran mis compañeros del colegio y de universidad. También estaban algunos familiares. Mi número de amigos era pequeñito, pero con el tiempo, e elevó y ya no solo tenía amigos, sino conocidos con quienes compartía intereses y gustos. Hoy tengo más de 500 conocidos en mi perfil, pero realmente mi círculo de amigos son 120 personas. Acepté como amigos a otras personas, porque las conocí en el trabajo o son amigos de mis amigos y también querían interactuar a través de esta red. Con ellos no existe tanto contacto, pero nos seguimos en Facebook. No me gustan los comentarios políticos en esta red. Katherine Mogrovejo

“He borrado a varios conocidos de Facebook”

La palabra ‘amigos’ en Facebook está mal utilizada. Es más preciso decir conocidos, porque los amigos son las personas con quienes compartes tu tiempo, a quienes ves a menudo y que están siempre a tu lado para ayudarte. Cuando abrí mi perfil en Facebook tenía 12 amigos, que forman parte de mi grupo real de personas cercanas y de confianza. Poco a poco añadí a otras personas y hoy tengo una cuenta con cerca de 250 amigos, un número que considero manejable. Desde que tengo la cuenta, he eliminado a muchas personas conocidas, porque me llegaban muchas notificaciones de ellas que no me interesaban. Mariela Capón, ecuatoriana

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