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Entrevista / Miguel Ángel Bastenier / articulista y profesor de la Escuela de diario EL PAÍS, de España; maestro de la Fundación Gabriel García Márquez Para el Nuevo Periodismo Iberoamericano

Bastenier: "Un periódico que gana dinero es más libre que el que pierde"

Bastenier: "Un periódico que gana dinero es más libre que el que pierde"
Foto: Álvaro Pérez/El Telégrafo
16 de septiembre de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

El articulista Miguel Ángel Bastenier (Barcelona, 1940) suele mostrar a sus alumnos la portada del The New York Times (NYT) para indicarles que ese diario se destaca por lo que él define como agenda propia, “aquello que el lector encontrará tan solo en el periódico de sus preferencias”, la explicación de la realidad, esa que jamás se extrae de boletines o ruedas de prensa.

A 8 semanas de que se den las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el editor de estándares del NYT, Phil Corbett, envió —por segunda ocasión en 3 meses— un memorando a todo el diario, recordando a sus reporteros que les está prohibido opinar en redes sociales sobre política.

“Los empleados de la sala de redacción del Times —escribió Corbett— deben evitar la editorialización desde sus cuentas personales, ya sea para respaldar a candidatos o promover sus propios puntos de vista políticos”.

¿Es legítimo esto que hacen los editores en The New York Times?

Estoy de acuerdo. No es que puedan hacerlo porque la ley dice que pueden, sino que son tus jefes de negocio, de tu empresa; si no te interesa, vete a otro periódico.
Vamos a ver, si el redactor se niega a obedecer al New York Times, no va a haber ninguna represalia legal contra él, no hay ninguna ley que diga que el director de un medio puede pedir que sus redactores hagan esto o lo otro. Pero pueden despedir al redactor que no obedece, evidentemente que sí. Me parece bien que se observe una neutralidad máxima en el tiempo que falta hasta las elecciones de noviembre.

¿Qué harían los organismos que son garantistas de la libertad de expresión en el caso de que haya un despido de quien opine allí?

Vivimos en un mundo capitalista, incluido Ecuador. En las empresas manda el que manda, y hay cosas que no te las pueden mandar y cosas que sí. Opino que está perfectamente dentro de la lógica y el derecho de la dirección del NYT el pedir a sus redactores que, en este tiempo que falta hasta las elecciones presidenciales, no ventilen sus puntos de vista personales porque perjudican al periódico, joder. Por eso les piden esto a los reporteros.

¿Es la libertad de expresión menos importante que perjudicar o no al periódico en que uno trabaja?

Pues, francamente, esa libertad tiene otros momentos para expresarse mucho más interesantes que ese. Pero, de todas maneras, que haga cada uno lo que quiera. El País (de España) nunca nos ha pedido, a sus redactores, que no expresemos nuestro punto de vista en la redes sobre ningún tema. Que cada uno se la monte como quiera, no estoy diciendo que tenga que ser así por fuerza.

En la cobertura de la visita de Donald Trump a México o de toda su campaña, ¿de qué manera los medios deben tomar parte frente a la xenofobia de su discurso?

Los medios tienen una parte editorial, ahí dicen lo que les da la gana. La información no tiene que ser neutral, sino imparcial, con Trump y con quien sea. ¡Que sea él quien se condene con las cosas que hace y dice! No hace falta decir “el desgraciado de Trump que es un fascista y no sé qué...”. Que pongan eso en el editorial si quieren, me tiene sin cuidado, pero la información tiene que ser de lo que el periodista capta que son las cosas, sin preferir nada ni ir a favor de nadie. Eso no es hacer periodismo neutral, ¿eh? Lo neutral, si es buen periodismo, no existe porque los hechos no son neutrales nunca. Digo, como un ejemplo caricaturesco, para que se me entienda, que el periodista no prefiere a (Adolfo) Hitler ni a la Virgen María, pero expliquemos quiénes son. Los hechos definirán en qué cuadro o marco nos tenemos que mover para pensar quién era uno y quién era el otro.

Políticos ecuatorianos han criticado la existencia de una ‘prensa mercantilista’...

Toda prensa aspira a ser rentable. Eso de mercantilista es totalmente peyorativo, habrá algún caso que se ajusta a esa apreciación y otros, afortunadamente, no lo serán.
La prensa aspira, con todo el derecho del mundo, a ganar dinero. Entre otras cosas porque un periódico que gana dinero es más libre que el que no lo gana.

¿En qué sentido es más libre?

Es más libre en todos los sentidos. El que pierde se entrega a gente y a poderes y a gobiernos para que tapen los huecos, para que salven los déficits. Está clarísimo eso. No digo que así sea por fuerza, digo que puede serlo: un periódico que gana dinero es más independiente, puede permitirse el lujo de serlo más que el que lo pierde.

El medio que pierde dinero, pues tiene que estar buscando una subvención. Y pedirle eso a alguien es estar perdido o, en todo caso, es perder algo muy importante.
Aquellos periódicos latinoamericanos que viven de la publicidad gubernamental son medios que no son tal. Serán periódicos, pero de segunda.

Planteémoslo de otra forma: se ha repetido mucho que la prensa que gana dinero lo hace por haberse vendido a un grupo de empresas en particular, del que se vuelve dependiente...

Cada caso es cada caso. Me niego a generalizar. Las empresas tienen derecho a ganar dinero, el lector tiene derecho a dejar de leer un periódico porque no le gusta. Ya está. La sanción la tiene el lector, que si cree que un periódico está vendido a no sé quién, pues que se compre otro, ninguno o váyase a esa tontería del periodismo ciudadano. Dedíquese a leer lo que escriben en las redes quienes no sabemos quiénes son, sin ninguna garantía de nada.

Se están buscando recetas para todo y no las hay. Todo es mucho más sencillo de lo que parece. Hay periódicos vendidos a quien sea, otros mucho menos vendidos.
Cada caso es particular.

¿Es ético que un periodista, al sentirse censurado por una normativa, interrumpa su ejercicio y deje de lado la responsabilidad social de informar?

Cada periodista sabrá si quiere salir adelante o no. Y por supuesto que es legítimo que un periodista diga “me dedico a otra cosa porque no me dejan trabajar como yo quiero”. No sé si es bueno o malo, pero legítimo en cuanto a que está dentro de los intereses, el dominio, la soberanía de una persona, pues claro que lo es.

¿Por qué se sigue publicando la información de las ruedas de prensa en América Latina si, como usted ha dicho, no están hechas para informar sino para defender intereses?

Las ruedas de prensa son una tontería que no sirve para nada y las siguen publicando por pereza, en vez de hacer periodismo. Eso es llenar periódicos. Habrá excepciones, claro, pero esto se da porque es lo que cuesta menos. Con 7 ruedas de prensa tienes resueltas varias páginas al día y, evidentemente, eso es mucho más barato que investigar, que buscar información de verdad.

Como dijo (George) Orwell en 1984: “Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda”. Las ruedas de prensa son la publicación de lo que sí se quiere que se sepa, pero eso tiene mucho menos interés que aquello que te ocultan prácticamente siempre.

A todo lo que yo diga habrá excepciones, claro. Pero, en líneas generales, lo arcano, no desconocido sino deliberadamente ocultado, tiene mucho más interés para un lector que aquello que te convocan para decírtelo.

A fines de 2014, Martín Caparrós increpó —a través de Twitter— a un periodista ecuatoriano por publicar una entrevista a la que le puso sus respuestas sin que él se las diera...

Conocí ese caso. Soy amigo suyo (del periodista en cuestión). No quiero hablar de eso. (I)

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