Varias poetisas indígenas de México reivindican con sus obras la necesidad de conciliar el pasado y el presente, por lo que convocan a la sociedad para que defienda un legado ancestral condenado durante siglos a la marginación.
"Lo que se le olvida a veces a  los mexicanos es que estas lenguas y esta diversidad nos pertenece a  todos. Es una riqueza a la que no debería renunciar nadie y que tenemos  que defender", afirmó, enérgica, la poetisa bilingüe (zapoteco-español)  Natalia Toledo.
 En México, según el Instituto Nacional de  Lenguas Indígenas, existe un total de 68 lenguas y 364 variantes cuyas  diferencias pueden ser de tipo sociocultural, condicionadas a la  territorialidad, las creencias o la vida política.
 Tras un  recital de poesía celebrado esta semana en el emblemático Palacio de  Bellas Artes en la capital mexicana, Toledo, vestida con un conjunto de  camiseta y falda con bordados, recordó en declaraciones a Efe cómo  durante años fue imposible que un alumno en México recibiera clase en su  lengua materna si esta era originaria.
 "Yo misma, en la  escuela no estudié en zapoteco, solo en español, así que muchos éramos  analfabetos en nuestro propio idioma porque no sabíamos ni podíamos  escribirlo", expresó, con pena e indignación.
 La falta de  disposición institucional y el predominio de la tradición oral  contribuyeron a que numerosos indígenas aún hoy no sepan leer en su  lengua, aunque sí la hablen, algo que dificulta la difusión de las  creaciones literarias autóctonas, según explicó a Efe la escritora  Briceida Cuevas Cob.
 "No tenemos suficientes lectores, porque  aunque la gente de la comunidad sepa hablar la lengua, no sabe leer, y  estoy refiriéndome tanto a niños como a adultos", precisó esta  reconocida poetisa maya.
 A su juicio, el pensamiento  generalizado de que la lengua indígena no sirve más allá de la comunidad  y de la casa hizo que se descuidara su uso, lo que según la escritora  está empezando a cambiar.
 "Antes pensábamos que nuestro idioma  no servía más que para estar en el pueblo, pero en la actualidad los  niños y la gente adulta se están dando cuenta de que eso es totalmente  falso y que se puede escribir, cantar y pensar en la lengua" materna,  reflexionó esta mujer de rostro serio y ojos azabache.
 Cuevas,  ataviada con numerosos collares dorados y abalorios de colores, resaltó  el papel que han tenido las creaciones literarias indígenas en la  revalorización de las lenguas autóctonas, aunque "hayan tenido que pasar  muchas cosas y demasiado tiempo".
 Esto lo sabe bien Angélica  Ortiz, otra escritora e investigadora indígena originaria del norte de  Jalisco que comenzó a escribir cuentos para niños cuando, mientras era  maestra, no disponía de ningún material en lengua huichol para dar sus  clases.
 "Todo nació de una necesidad, empecé a hacer material  didáctico para los alumnos y conforme pasó el tiempo me di cuenta de que  tenía que escribir también para los demás, para mis abuelos, para que  vean que también se puede escribir y leer en nuestra lengua", resaltó.
 La necesidad se convirtió en pasión y actualmente Ortiz es una de las  principales exponentes de la poesía huichol, con la que trata de  profundizar en la relación entre la naturaleza y el hombre.
 "Me interesa explicar cómo se tiene que vivir con nuestra madre tierra,  porque creo que se le está perdiendo el respeto y la convivencia es  sumamente necesaria", dijo.
 Esta unión con la tierra se  refleja en su indumentaria, donde adornos con motivos naturales aparecen  bordados en su vestido, en forma de tocados de flores en su pelo o como  pulseras y anillos elaborados con cuentas e hilo de cáñamo, conocidas  como "chaquira", en sus manos.
 Tras asegurar que lo más  complicado a la hora de escribir poesía indígena es tener que traducirlo  al español y conseguir que siga manteniendo la misma fuerza, puntualizó  que el doble nacimiento de un poema, en la lengua originaria y en  español, le confiere una riqueza adicional.
 Las tres  embajadoras de la cultura indígena participaron en el recital organizado  por el Instituto Nacional de Bellas Artes, donde coincidieron en  señalar que los esfuerzos por potenciar el desarrollo de las lenguas  originarias son "insuficientes" y reclamaron con insistencia la  implicación de la sociedad mexicana.
 "No sé por qué los demás  mexicanos no sienten suyas las lenguas indígenas, pero es necesario que  nos involucremos todos para que tengan el lugar que merecen después de  haber sobrevivido más de quinientos años", sentenció Toledo. EFE
