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Paúl Guerra Rodríguez. Actor de teatro, televisión, cine y abogado

"La industria del cine es machista y derogatoria con la mujer"

"La industria del cine es machista y derogatoria con la mujer"
Foto: William Orellana / El Telégrafo
02 de enero de 2018 - 00:00 - Redacción Cultura

La ola de denuncias por acoso sexual que pusieron contra la pared al poderoso productor de cine Harvey Weinstein, a criterio del actor ecuatoriano Paúl Guerra, le ha dado a Hollywood un aire fresco, en el que nuevos talentos quieren ser parte de esta industria.

Él estima que es un buen tiempo para el cine y para la diversidad, pues considera que las cosas están cambiando y que “es hora de sacar a los viejos paradigmas, a los viejos dinosaurios que siguen ahí; es tiempo de sangre nueva”.

Paúl Guerra lleva tres años radicado en Los Ángeles, California. En 2017 se graduó de la academia de actuación Stella Adler, donde obtuvo una beca y así logró hacer realidad su sueño que lo inició en Ecuador, donde pasó por programas de producción nacional.

El año pasado fue parte de Corazón de contraste, un filme que trata de la libertad de expresión en Venezuela. También tuvo participación en una serie en la que aparecen Ed Harris, Rodrigo Santoro, Giancarlo Esposito y Anthony Hopkins.

Su último trabajo fue en una miniserie para Telemundo titulada Milagros de Navidad, en la que comparte escenas con Alicia Machado, Jesús Moré y Ernesto Reyes, bajo la dirección de Jaime Segura (El cuerpo del deseo, 2005), (El rostro de la venganza, 2012), (El señor de los cielos, 2015-2016), (Dama y obrero, 2013).

Para este 2018 tiene firmado un contrato con una película bajo cláusula de confidencialidad y planea abrir su canal de YouTube, en el que entrevistará a actores, productores y directores de cine.

Ahora está de paso por su natal Quito, pues quiso recibir en familia el 2018. Luego retornará a Los Ángeles, porque este año -dice- estará abierto a todas las ofertas actorales.

¿De qué manera afectó a la industria cinematográfica el tema del acoso sexual?
Bastante porque era un secreto a voces. El tema es que todas estas mujeres víctimas se sentían intimidadas, asustadas, porque Harvey Weinstein era el tipo más poderoso de la industria de Hollywood.

Él te podía hacer una megaestrella en un solo día o te podía hundir y no volvías a trabajar nunca más. Eso, para las mujeres, era un bloqueo terrible: cómo denunciar algo y que la gente te crea. No solo es él (Weinstein), era toda la maquinaria a su alrededor que lo permitía: la prensa, los fiscales, la gente en posiciones de poder.

Es algo que va a manchar a un poco más de gente; es el principio del fin. Sin embargo, el modelo en la industria va a cambiar. En la misma Academia, los que entregan los Óscar, analizan crear un código de ética, para que aquel que lo rompa se le acabe la carrera.

¿Cómo se percibe al latino en esa industria del cine?
Este es un buen tiempo para el cine y para la diversidad, las cosas están cambiando a raíz de este escándalo de acoso sexual de Harvey Weinstein y Kevin Spacey. Hay como un aire fresco que quiere entrar a la industria.

Cada vez es más fuerte el mensaje de inclusión pese a que el Presidente (Donald Trump) es tan polémico y racista, por decir lo menos. Eso ha sembrado un aire de rebeldía y la gente quiere que haya más diversidad en el cine. Cada vez vemos más series que ya tienen personajes principales y tramas con un latino. Un ejemplo de ello fue Star Wars, en 2016, filme en el que Diego Luna tuvo un papel principal y conservó su acento latino, no se le agringó la voz; se está rompiendo el molde. Netflix tiene a Narcos, que se graba en Colombia.

¿Has sentido algún tipo de condicionamiento a la hora en que se contrata a un actor sea extra o principal?
Conmigo no, pero sí lo he escuchado; se da más con la mujer. La industria es bastante machista, bastante derogatoria con la mujer; se la utiliza mucho como un objeto; existe el famoso casting couch, en el que pueden escuchar frases como: “si nos acostamos...” o “en la película quiero que salgas desnuda con plano frontal”, pero eso ya está cambiando.

¿Por qué es menor el porcentaje de mujeres productoras, directoras y, más bien, la mayoría se desempeña en otras áreas dentro de la industria?
El porcentaje de mujeres que son directoras o productoras es bajo. Con las actrices hay esa brecha de sueldos; los actores (hombres) ganan muchísimo más y eso es terrible porque al final del día todos somos iguales y estamos en la pelea de la inclusión de género, de razas; es algo que por suerte en 2017, para finalizar, salió a la luz. Las mujeres salieron y en un solo puño, con la primera que destapó lo de Harvey Weinstein y ya no tienen miedo de hablar.

El Sindicato de Actores (SAG) de los Estados Unidos, a raíz de estos escándalos sexuales, determinó que la entrega de los próximos premios (2018) serán presentados por mujeres. La industria de Hollywood dijo: es una manera de mandar un mensaje.

Hay una serie con la actriz y activista Gina Rodríguez que será producida y dirigida por mujeres. Fue el efecto Wonder Woman, del 2017, dirigida por Patty Jenkins y eso también rompió el molde, y esto fue antes de lo de Weinstein.

¿Qué géneros mantienen cautivada a la audiencia?
A nivel comercial siempre será la ciencia ficción, el tema de los superhéroes; pero está tan saturado que ya el público está aburrido y van fracaso tras fracaso.

Es hora de hacer un pare y es lo que se debatía en la industria, pero la gente sigue yendo al cine a ver esas películas, así sean malas.

Disney recién compró acciones a 21st Century Fox. Ahora ya tiene a los Simpson, los X-Men, Los 4 Fantásticos. Ahora van a mezclar a todos esos superhéroes (se ríe). La gente quiere historias que hablen de lucha social.

De hecho, el año pasado Moonlight fue una muestra de lo que la audiencia y la misma Academia quieren como este romance homosexual en un pueblo de raza negra. Esta cinta no hubiera tenido aceptación hace 10 o 15 años.

¿Existe algún tipo de censura?
No. Ahora hay cineastas audaces que hacen películas crudas, porque quieren sacudir a la sociedad de que algo está pasando; rompen paradigmas. Hay países donde censuran ciertas producciones, pero para los productores del cine independiente, hay historias bellísimas que se van a seguir contando, como el documental que se prepara sobre Harvey Weinstein.

¿Crees que el crownfunding funciona en Ecuador?
Los cineastas abren estas páginas y apoyan proyectos. El arte está tan dejado de lado, entiendo que son tiempos difíciles para el país, pero en algo se debería mejorar.

En México, por ejemplo, los empresarios tienen la opción de en vez de pagar impuestos apoyar económicamente a algún proyecto cinematográfico. (I)

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