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El Telégrafo
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Para un autor estadounidense, da vinci podría considerarse de izquierda

La Gioconda, ¿un manifiesto feminista?

La Gioconda, ¿un manifiesto feminista?
16 de marzo de 2014 - 00:00 - Agencia AFP

Según un historiador de arte aficionado de Texas (sur), William Varvel, la Gioconda era una feminista que abogaba por la igualdad de género en la Iglesia Católica en el siglo XVI. Es la última de muchas suposiciones, académicas o extravagantes, que acompañan la larga existencia de la famosa pintura.

La Mona Lisa reivindica, de forma cifrada, los “derechos teológicos de las mujeres”, dijo este exprofesor de matemáticas y autor de La Dama habla: Descubriendo los secretos de la Mona Lisa, que acaba de publicarse en Estados Unidos.

Para Varvel, Lisa del Giocondo -cuyo marido, un comerciante de sedas florentino, encargó el retrato a Leonardo- buscaba un| mayor papel de la mujer en la Iglesia Católica, incluyendo la posibilidad de que accedieran al sacerdocio. “La Gioconda puede ser una gran declaración sobre los derechos de las mujeres”, dijo el experto de 53 años, que estudió 12 años la obra.

En 180 páginas, Varvel explica cómo Da Vinci pintó “cada versículo” del capítulo final del Libro de Zacarías del Antiguo Testamento.

El texto anuncia el advenimiento de la “Nueva Jerusalén”, símbolo de una sociedad ideal donde se reconocen los derechos de las mujeres. El autor establece correlaciones entre las descripciones geográficas o simbólicas del texto sagrado y los detalles de la pintura: la carretera, el agua, el puente, los bordados o la posición de la modelo.

Sobre el hombro derecho de la Gioconda se eleva el Monte Gólgota, a su izquierda se ve el Monte de los Olivos. Las arrugas en su brazo izquierdo son un ‘yugo’, que alude a los textos religiosos y a la opresión de las mujeres, dijo Varvel.

Para Da Vinci, “que hoy podría describirse como de izquierda”, agregó el autor, esta sociedad ideal “no podía existir si el ministerio de Jesucristo no era ejercido tanto por hombres como por mujeres”.

¿Y la sonrisa? Significa “que ella conocía el secreto de la Nueva Jerusalén”, explicó Varvel.

La Mona Lisa ha fascinado al mundo: muchos se afanan en encontrar copias, creen identificar signos misteriosos en sus ojos, en Japón incluso reconstruyeron su voz.

“En mi opinión, no hay nada que ella realmente nos oculte", dijo la historiadora de arte Laure Fagnart, especializada en el Renacimiento en la Universidad de Lieja (Bélgica), que no ha leído aún el libro de Varvel. “Es el retrato de una burguesa como docenas en esa época”.

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