“Muerto”, se escribió a mano en un informe de la Fuerza Aérea brasileña con el que se identificó al cineasta ícono del Cinema Novo, Glauber Rocha. El documento fue difundido el sábado por la Comisión Nacional de la Verdad que investiga crímenes cometidos durante la dictadura brasileña, entre 1964 y 1985.

Una década antes del inicio de la dictadura, Glauber Rocha había empezado a frecuentar el cineclub de Salvador. Había dejado la educación religiosa y participaba activamente de la protesta de los cineclubes de todo el país contra la censura del jefe de policía de Río de la película Rio, 40 graus, de Nelson Pereira dos Santos.

Un año antes de que se posesione el régimen militar ya había grabado Dios y el diablo en la tierra del Sol, película con la que empieza una serie de filmes en los que el hombre como sujeto principal se ubica en los límites de sus condiciones y el entorno político y define una personalidad que contrasta con la dictadura.

En 1965 fue detenido por ser parte de una manifestación antimperialista y en 1968, una vez que se acentúa el poder dictatorial, viaja al Congo, París, Marruecos, Estados Unidos y Portugal para seguir produciendo fotogramas de su origen y por los que durante años su trabajo estuvo prohibido en Brasil.