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Coreógrafo cubano preparó durante un mes a 174 bailarines

Coreógrafo cubano preparó durante un mes a 174 bailarines
02 de julio de 2011 - 00:00

Dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que resistían fueron a llamar a otro elefante... Las rondas infantiles suenan como si salieran de un tocadiscos, con esa leve suciedad que evoca al tiempo pasado.

En el salón de ensayos del Ballet Nacional de Ecuador (ex Ballet Ecuatoriano de Cámara), los bailarines ecuatorianos forman parejas, entrelazan sus brazos, se deslizan sobre la plataforma sintética y dan cortos saltos al compás de los aplausos del maestro Eduardo Blanco. Es el último ensayo en su presencia, antes de regresar a su natal Cuba.

Hace un mes, el director del Ballet Nacional del Ecuador, Rubén Guarderas, estableció contacto con el coreógrafo y director cubano, y llegó al acuerdo de iniciar un proceso de intenso trabajo de superación técnico-interpretativa, para montar la obra Rondas de siempre, con este elenco del Ballet Nacional de Ecuador, en un tiempo récord.

Otros proyectos similares han sido llevados a escenarios de otros países como Canadá, España, México e Italia, sin embargo, esta es la primera reposición de la obra, y será presentada nuevamente en Brasil, en Sao Paulo y Río de Janeiro, en julio. Blanco lo relata con emoción, mantiene su sonrisa amplia y de vez en cuando mira al grupo, corrige con gestos los mínimos detalles que hay que afinar y vuelve a su cuento: “En Cuba nacemos con el ritmo en la sangre, con el baile y el movimiento, pero siento que en Ecuador el ballet ya está abierto, sobre todo gracias a la labor del maestro Rubén Guarderas, pero además, porque somos tierras muy parecidas, somos gente muy parecida”, asegura.

La obra está compuesta de varias tonadas infantiles populares, interpretadas por la cantante cubana Liuva María Hevia y recogidas en el CD Travesía Mágica, y en ella participan 174 niños y jóvenes pertenecientes a varios niveles de la Escuela Metropolitana de Danza Metrodanza.

Los cuerpos menudos y bajitos ocupan todo el perímetro del salón y se mueven como un solo ser entre los adolescentes. Hay alguien que se destaca de entre los demás por su gestualidad, otro joven aparece en escena, se moviliza con pasos laterales, como los de un insecto fantástico. Mira fijamente hacia el frente, el flash de una cámara fotográfica no es capaz de alterar su concentración, no obstante, luce siempre natural. Los estudiados movimientos y la expresión de los rostros aluden a varios animales silvestres y configuran una compleja y atrayente fábula dancística.

Conforme avanza la actuación, aumenta la cantidad de bailarines en escena, forman alineaciones geométricas, miran sonrientes hacia el público y transforman sus manos en bellos elementos móviles, elevados sobre sus cabezas.

Frente a los jóvenes artistas, el maestro Rubén Guarderas, con los brazos cruzados, disimula una leve sonrisa de satisfacción al contemplar la calidad artística del grupo durante el ensayo. “Este será el espectáculo más grande montado por la Escuela Metropolitana de Danza Metrodanza”, cuenta, y se refiere a los alumnos como “nuestros auténticos relevos”.

Los participantes provienen de las tres sucursales de la Escuela Metrodanza, ubicadas, respectivamente, en Solanda, al sur de Quito, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en el centro-norte, y en las calles Abascal y Gaspar de Villarroel.

Cuando el ensayo ha terminado, esa multitud de bailarines colma el tablado y los aplausos de los asistentes empiezan a inundar el lugar.

La obra Rondas de siempre se estrenó en La Habana, en el 2008, como parte de la función de clausura del curso académico 2007-2008 del Taller Vocacional de la Cátedra de Danza del Ballet Nacional de Cuba, dirigido por la bailarina mundialmente reconocida Alicia Alonso.

Este montaje preparado en Quito se presentará en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, el próximo martes 19 de julio.

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