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Vitrales, una creación de luz bajo las sombras

Jackeline Jiménez  se dedica a la elaboración de vitrales. Ella asegura que la actividad demanda de mucha creatividad y esfuerzo.
Jackeline Jiménez se dedica a la elaboración de vitrales. Ella asegura que la actividad demanda de mucha creatividad y esfuerzo.
Foto: José Peralta
02 de junio de 2018 - 00:00 - José Peralta

Son las 09:00 y el olor del estaño y cobre quemado aromatiza una ardua jornada laboral que tiene hora de inicio, pero jamás de fin. Entre pinceles, pinturas, bocetos y vidrios cortados, Jaqueline Jiménez trabaja en su taller ubicado en el barrio Centenario (sur de Guayaquil).

Ella diseña la escultura de colores que mostrarán el resplandor de la luz por la ventana; los vitrales. Un trabajo poco reconocido y valorado ante los ojos de la sociedad ecuatoriana y que se está quedando en las sombras.

La esplendorosa policromía de los vitrales armoniza la imponente presencia de catedrales, embellece las fachadas de elegantes edificios públicos y casas particulares.

Este trabajo de artesanía refleja una acción de ingenio y creatividad de quien lo elabora y como tal debe ser reconocido en la categoría de artista. En Ecuador existen pocas personas que dedican su tiempo a esta práctica.

Según datos del Registro Único del Artista (RUA) del Ministerio de Patrimonio y Cultura, en Guayaquil, Durán y Samborondón, hay solo dos personas que producen este tipo de artes plásticas y visuales.

Para Luis Quishpi, presidente de la Junta Nacional de Defensa del Artesano y gobernador de Cañar, el arte del vitralismo aumentará.

“Al tomarse en cuenta como  especialidad hace que el artista gane reconocimiento  en su obra de arte.

Alicia Salazar de Bahamonde, presidenta de la Asociación General de Artesanos del Guayas, dice que en el caso de los vitralistas se debería crear una ley específica para una clase de artistas muy diferentes para que no estén tan olvidados dentro del gremio de los artesanos.

El trabajo de los vitralistas puede durar 15 horas seguidas, así lo corrobora Jaqueline Jiménez que tiene 22 años de trayectoria, 10 de ellos con problemas respiratorios a causa de inhalar químicos tóxicos por su trabajo. Asegura que lo que buscan es no vivir en la sombra del público.

“Nuestro arte requiere de mucho sacrificio, precisión y sobre todo de gran creatividad. Un reconocimiento sería justo. (I)

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