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La cultura Mayo Chinchipe redefine el origen de la civilización andina

Vista del sitio Santa Ana - La Florida, Palanda. Foto Cortesía Francisco Valdez
Vista del sitio Santa Ana - La Florida, Palanda. Foto Cortesía Francisco Valdez
07 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Hace más de 20 años, Ulpiano Loján, un maquinista del municipio del Cantón Chinchipe, en la Amazonía sur de Ecuador abrió un camino secundario en la localidad Santa Ana. Loján cortó con su maquinaria un cerrito en medio del bosque y se tropezó con algunos objetos de piedra que le parecieron peculiares.

El sitio en el que Loján descubrió estos objetos fue identificado durante el inventario arqueológico que inició equipo de profesionales franco-ecuatorianos que trabajaban en la provincia de Zamora Chinchipe, desde 2000. El yacimiento está a orillas del río Valladolid, al sur este del cantón Palanda, conocido como el corazón de Chinchipe.

Algunos de los objetos con los que se encontró Loján habían sido recogidos por habitantes de la zona y juntados por Noé Bermeo, de la población de Zumba, para exhibirlos en un pequeño museo en donde tenía instrumentos de piedra, huesos de animales de la selva, monedas antiguas y varias formaciones pétreas naturales.

En el inventario del equipo franco-ecuatoriano se reconocieron más de 400 sitios arqueológicos, entre los cuales identificaron restos de la cultura que llamaron Mayo-Chinchipe-Marañón (MCHM), una sociedad desarrollada de la cuenca del río del mismo nombre.

En marzo de 2003, el equipo inició una investigación en el sitio Santa Ana-La Florida que evidenció un importante centro ceremonial del período Formativo Temprano de la cultura MCHM. Los trabajos de excavación controlada revelaron la presencia de vestigios de arquitectura en piedra que daban vida al sitio en torno a una gran plaza central.

Con el paso del tiempo, la investigación reveló un montículo artificial (que había sido parcialmente cortado por la máquina del señor Loján) sobre el cual se edificó un templo y en cuyo subsuelo se encontró una serie de estructuras funerarias, que guardaban importantes ajuares.

El trabajo de estos investigadores en la selva fue parte de un convenio entre el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD-Francia) y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC-Ecuador) para la cooperación científica y asistencia técnica. Ha tenido como objetivo realizar exploraciones arqueológicas en Zamora-Chinchipe. En distintos momentos el equipo ha estado compuesto por arqueólogos experimentados en los bosques tropicales de las regiones fronterizas con Perú y Colombia.

La riqueza de los objetos que se descubren en el sitio reside —según Francisco Valdez, arqueólogo ecuatoriano investigador del IRD de Francia y que ahora vive en París, en el caudal de información que han generado al ser encontrados en su contexto arqueológico original.

“De esta manera se ha podido comprender el uso ritual que tuvieron, la antigüedad exacta de su enterramiento, la naturaleza del contenido orgánico que guardaban los recipientes y la presencia inequívoca de objetos y materiales provenientes de lugares lejanos, como conchas marinas, oriundas del Pacífico: el caracol Strombus, conocido en los Andes como pututo, la bivalva Spondylus, o la madreperla empleada para hacer pequeñas cuentas de collar.

Otras materias exógenas fueron la piedra turquesa, la malaquita y la sodalita, que eran utilizadas para confeccionar los elementos de adorno personal que engalanaban a los personajes importantes de esta antigua sociedad. Estos objetos, por su naturaleza y origen, nos hablan de una amplia red de interacciones sociales y/o comerciales con distintas regiones lejanas, como la costa del Pacífico, en esa época poblada por los habitantes de la cultura Valdivia”, dice Valdez.

De acuerdo a Valdez, la cultura material que han dejado estos pueblos comparte rasgos tecnológicos y estilísticos únicos, que los diferencian de todos los demás conocidos entre las culturas contemporáneas de la Costa y Sierra de Ecuador.

La cultura Mayo-Chinchipe-Marañón, medida por fechamientos de radiocarbono 14, habitó entre el 5.300 y el 2.500 antes del presente, fue contemporánea de Valdivia, Machalilla y Chorrera en el Litoral ecuatoriano, así como de las tres fases de la cultura Catamayo que caracteriza a la actual provincia de Loja. A pesar de la era que comparten, los especialistas ven marcadas diferencias en su cerámica, pues —según Valdez— se considera que no pertenecen a las mismas tradiciones alfareras.

La arquitectura, además, se particulariza al sobresalir una modalidad propia que ha sido calificada como ‘arquitectura en espiral’ presente en templos, tanto en la región de Palanda como en la actual ciudad de Jaén, en el noreste peruano.

Si bien los objetos tienen distintos rasgos, estos pueblos comparten una misma ideología materializada en su iconografía, tanto en piedra como en cerámica. “La ideología propia de la selva tropical ensalza las fuerzas de la naturaleza, que se representan en la figura del jaguar, el águila arpía y la serpiente. Temas secundarios son el caimán, el murciélago, loros, halcones y simios. Estos elementos figuran desde el inicio en la cultura MCHM y aparecen también inmersos en las culturas contemporáneas de litoral Pacífico”, dice Valdez.

El hallazgo de los vestigios de la MCHM pone en evidencia —según Valdez— que la Amazonía nunca estuvo marginada del proceso civilizatorio que caracterizó a los pueblos precolombinos de los Andes.

Las evidencias encontradas en el sitio Santa Ana-La Florida demuestran que muchos de los rasgos que caracterizan a la civilización andina estuvieron enraizados entre los pueblos que ocuparon la alta Amazonía, como sus prácticas ancestrales que incluían la masticación de la coca y el cultivo de una amplia variedad de alimentos (maíz, yuca, varios tipos de camote, frejol, ají y cacao). Se evidencia, igualmente, la práctica de construir montículos artificiales (plataformas y tolas), complejos que sirvieron de base para la construcción de edificaciones públicas y rituales.

Estos elementos vinculan a la cultura MCHM con el chamanismo, una práctica prehispánica de Ecuador. Algunas de las piezas encontradas en Palanda se exponen hasta mayo en el museo francés Quai Branly, en la exposición ‘Chamanes y divinidades del antiguo Ecuador’. (I)

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