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Escritores jóvenes se unen para mostrar sus obras

La librería La Madriguera, en La Garzota (norte de Guayaquil), acogió a los jóvenes escritores que buscan un espacio para dar a conocer sus creaciones.
La librería La Madriguera, en La Garzota (norte de Guayaquil), acogió a los jóvenes escritores que buscan un espacio para dar a conocer sus creaciones.
Fotos: José Morán / El Telégrafo
28 de julio de 2018 - 00:00 - Juan Carlos Holguín

Cuando ocurrió el terremoto del 16 de abril de 2016, Gabriel Solórzano estaba en Manabí con un grupo de jóvenes que viaja construyendo templos. Entonces él y sus compañeros fueron asignados a Pedernales para colaborar en las labores de socorro.

Varios días estuvo incomunicado y le escribió a su novia, Valeria, cartas para enviárselas cuando el padre de ella llegara al refugio donde él trabajaba.

Meses después, estas misivas de amor se convirtieron en Cartas a Valeria, el primer libro de este escritor guayaquileño que a sus 23 años forma parte de una nueva generación de literatos que buscan espacios para mostrar sus creaciones.

Estos jóvenes talentos participaron de un encuentro organizado por la editorial guayaquileña Luna Nueva Ediciones y la librería La Madriguera, con el objetivo de incentivar la literatura nacional y conocer nuevos prospectos.

El evento congregó a 23 escritores que han comenzado una carrera en las letras.

Según Gabriel Solórzano, “hablamos sobre cómo promocionar nuestras obras a las librerías y cómo hacer un libro de calidad para los lectores exigentes. Fue una tarde muy bonita, al compartir y escuchar experiencias de otros artistas”.

En el encuentro se formó el primer grupo de escritores jóvenes en el país. Ellos esperan que la próxima reunión se realice en otra ciudad y que acudan más literatos, pues ya son contactados por otras personas que desean exponer sus creaciones literarias.

“Esta reunión fue un hito para los jóvenes escritores independientes, ya que nunca antes se había tomado en cuenta a esta generación de creativos”, asegura Solórzano. “Queremos formar alianzas con nuevos gestores de cultura para hacer de este proyecto algo más grande y ser ejemplo para otros”.

Él considera que las épocas y las mentes cambian.

“Como escritores, nuestro trabajo es adaptarnos para motivar a los lectores actuales. Por ejemplo, Miguel de Cervantes fue un escritor moderno en su época, pero hoy se convirtió en literatura clásica. Si escribimos como él lo hacía, nos quedaríamos atrás porque es algo del pasado, debemos adaptarnos y escribir de acuerdo a nuestras épocas, problemas y circunstancias actuales”.

Solórzano afirma que en  el país existe una cultura en crecimiento de nuevos lectores, que va de la mano con los nuevos escritores. “Hay gente que está empezando desde muy joven y tiene un potencial increíble. Si los tomamos en cuenta tendremos muy pronto una cultura más extensa con esta nueva generación de escritores”.

El poder de las redes sociales

Félix Villacís es otro joven literato que participó en el encuentro. Para él, las redes sociales son una herramienta muy útil para los escritores, ya que se puede interactuar con los lectores y saber qué piensan “o qué les gustaría que escribiéramos, adaptamos temáticas a lo actual con las redes sociales, y las computadoras es lo mejor que nos ha pasado a quienes escribimos, son de mucha utilidad, solo hay que saber usar bien estas herramientas”.

Sobre la influencia de las redes sociales en la promoción de los libros, Steven Espinoza, propietario de la librería La Madriguera, considera que los jóvenes se interesan en la lectura porque la estrategia actual es crear una conexión con redes como Facebook o Instagram.

Allí los autores cuentan sus historias, ponen frases, enganchan con los libros y los buscan para leerlos.

Espinoza precisa que es importante que los jóvenes se sientan conectados con un libro. “A la generación anterior le pasó que la obligaban a leer un texto, los chicos se aburrían y muchos le cogieron fastidio a los libros”.

Por eso, dice, en su librería un punto focal es que no le dan a los jóvenes algo que les manden a leer en la escuela. “Sería traumatizante para un niño de 12 años leer ‘Un hombre muerto a puntapiés’, de Pablo Palacio. Es una lectura demasiado pesada”.

Un objetivos de La Madriguera, creada hace un año en La Garzota, en el norte de Guayaquil, es rescatar la lectura. Por eso tienen autores de moda entre los jóvenes, como Veronica Roth y su trilogía Divergente, o James Dashne y la serie Maze Runner.

También, dice Espinoza, le dan un espacio a los jóvenes “donde puedan ser ellos, preguntar; pueden venir en grupos, hacer talleres de lectura y de escritura”. (I)

Los participantes en el encuentro formaron un grupo de escritores. Esperan realizar eventos en diferentes ciudades para promover el arte de las letras.Los participantes en el encuentro formaron un grupo de escritores. Esperan realizar eventos en diferentes ciudades para promover el arte de las letras.

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