El sol pega fuerte. La temperatura supera los 24 grados, pero con la humedad -propia de la Amazonía nacional- la sensación térmica es mayor.

Para los habitantes de Macas (Morona Santiago) esta sensación es normal, no así para quienes llegan desde la Sierra que, presurosos, buscan una botella de agua.

Las baldosas, los adoquines y el cemento arden, pero los turistas no pierden el interés por ir en búsqueda de uno de los platos más emblemáticos de esa provincia: el ayampaco, preparado con pescado o pollo, sazonado con hojas de guaviduca, envuelta en bijao y puesta a la brasa. El plato se sirve acompañado de yuca, palmito y una salsa de cebolla.

Uno de los platos más buscados en Macas es el ayampaco. El mismo es de pollo o pescado y está acompañado de yuca, palmito y encebollado. Foto: Fernando Machado / El Telégrafo

En la calle Domingo Comín, los turistas se quedan “atrapados”. Los ayampacos de tilapia de río y también de criaderos son los más solicitados; para la mayoría, el de pescado es mejor que el de pollo. Esta vía es una de las más visitadas en la capital de Morona Santiago, no solo por la comida, sino por locales de venta de artesanías.

El Municipio de Macas, con la finalidad de embellecer la ciudad y atraer visitantes al centro de la cabecera cantonal, construyó la calle Domingo Comín como un pasaje turístico, pero sin descuidar la estética de los parques Cívico y Central. La arteria es de apenas dos cuadras en las cuales se encuentran instituciones públicas como el Consejo Provincial de Morona Santiago y el Centro Artesanal y Banecuador.

Dentro de las instituciones privadas hay agencias de viajes, casas de cambio, restaurantes de los cuales cuatro son de comida típica amazónica. En el pasaje hay siete casetas, las mismas que están conformadas por bazares y junto a ellas existen jardineras en las cuales pueden observarse plantas ornamentales y típicas de esa zona del país. Ahí, el visitante tiene opciones de emprender caminatas planificadas y una de las más concurridas es la ruta al mirador del Valle del Upano.

La sombra de los grandes y frondosos árboles permite tomar un descanso, mientras se escucha el trinar de las aves que llegan hasta este sitio en búsqueda de alimento y también de descanso. Aquí es el sitio ideal para los selfies y los turistas efectivamente no dejan de fotografiarse. También se observa una parte del río Upano, que serpentea y va con dirección al norte de la provincia.

En la profundidad del barranco se ve cómo los buses del transporte interprovincial llegan o se van con dirección al Napo. “Son diminutos carros los que se ven”, comentan los turistas que intentan que en uno de los selfies salgan los automotores a lo lejos.
El balcón atrae también porque está construido a base de vidrio, lo que añade emoción y adrenalina a la experiencia.

Muy cerca del Upano se construyó un mirador. Cientos de turistas llegan al sitio para admirar la vía que va al Napo y las playas de este río. Foto: Fernando Machado / El Telégrafo

En este valle se encuentra un bosque de arrayanes y al paso se observan orquídeas, bromelias y musgo, que cuelgan de las ramas de los árboles. Sus atractivas playas de río son muy concurridas por la ciudadanía para realizar actividades de recreación, y en los últimos tiempos sus caudalosas aguas son utilizadas por los extranjeros para realizar deportes de alto riesgo, como rafting.

De regreso al centro de la ciudad, el recorrido incluye la visita a la catedral de Macas, donde los devotos oran y piden favores a la Purísima, la patrona religiosa en esta ciudad amazónica.

Los moradores de Macas recuerdan que un 5 de agosto estaban reunidos en el templo celebrando la fiesta de la Virgen de las Nieves, cuando un ejército de guerreros de la comunidad shuar cruzó el río Upano para acabar con la población de “macabeos”.

La historia relata que al llegar al templo, los aborígenes observaron en la puerta a una hermosa doncella capitaneando un ejército de ángeles guerreros, quienes portaban armas resplandecientes y los shuar llenos de temor se detuvieron y huyeron en todas las direcciones.

Cada agosto se realiza la gran procesión en su homenaje, la misma que comienza en Sucúa, cuya cabecera cantonal está ubicada a pocos kilómetros de Macas, desde la medianoche, para llegar al amanecer al centro de la capital de Morona Santiago.

Rezan, comen algo tradicional de la ciudad y regresan a sus hogares los devotos. Macas es una ciudad segura, donde el turista camina con mucha tranquilidad, a diferencia de otras ciudades ecuatorianas, donde la inseguridad es el primer problema que deben resolver las autoridades.

Una estatua en homenaje a la patrona de los macabeos

En medio del calor del clima y de su gente. El camino que conduce al edificio del ECU-911 invita a los turistas a ir montaña arriba y conocer el balcón de la ciudad.

Este mirador difiere mucho de los que están en el sur del país. El balcón no está solo, allí está la patrona de los macabeos (así les llaman a los habitantes de Macas) que ya pasan de los 41 mil habitantes. Esta urbe enclavada en el Valle del Upano y cobijada por el volcán Sangay es una elevación que no todos los días deja ver su majestuosidad.

La estatua de la virgen tiene más de 30 metros de altura y desde este sitio se observa todo el Valle del Upano, su río y sus playas, sus elevaciones, la ciudad y sus comunas que están en las partes lejanas del cantón. También se divisa el volcán Sangay en todo su esplendor.

A Macas se puede llegar a través de Cuenca o por Riobamba. (I)

La imagen de la Virgen La Purísima fue plasmada en una estatua que supera los 30 metros de alto. Desde este sitio se divisa todo el valle. Foto: Fernando Machado / El Telégrafo