Ecuador, 26 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Las dos caras de la moneda en el drama de los venezolanos

Con aire tímido, el joven empieza su monólogo mirando al suelo. Luego sube la mirada y observa a los pasajeros del bus que recorre la av. Francisco de Orellana hacia el sur de Guayaquil. Tiene dos fundas con chocolates y en su repetido discurso confirma lo que todos adivinan gracias al inconfundible acento: es venezolano, llegó huyendo de la crisis en su país y sobrevive con la venta de esos dulces, “uno en 0,50 y tres por un dólar”.

Pidiendo excusas por la molestia causada recorre los asientos buscando esa moneda caritativa que le permitirá darle algo de comer al hijo que, dice, lo espera en casa. Algunos compran los dulces, una mujer le da una moneda pero rechaza el producto. Él agradece, es una ganancia inesperada. Luego se baja por la puerta trasera.

Al instante, otro joven con el mismo acento saluda y cuenta la misma historia. Pero este agrega algo: “Me disculpo por los venezolanos que vienen a cometer delitos, por los que suben videos hablando mal de Ecuador. No todos somos así”. Y se repite la rutina: el recorrido por los asientos, las personas que le compran algo. Y la mujer que le dio una moneda al anterior vendedor, repitió el gesto con este, quien al final se sienta para ir hacia algún punto en el sur.

Horas después, en los noticieros se habla de un venezolano que conducía un taxi y fue detenido por violar a una joven en Guayaquil. Y en redes sociales se lee sobre estafas y robos en Colombia y Perú, por parte de estos extranjeros. Y entonces se entiende que todo tiene dos caras, toda moneda tiene dos lados opuestos.

Los vendedores son un rostro de los venezolanos; los ladrones y violadores, los que hablan mal de los países que los han recibido, son el otro. Todos son parte de la misma realidad: la crisis en Venezuela, pero el rostro negativo es más difundido porque vende más, gana rating y genera reacciones en redes sociales.

Y ese es el rostro con el que muchos se quedan, ajenos a la gran mayoría de venezolanos que se sube a los buses o se para en las esquinas a vender honradamente. (I)

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado