Los jugadores y el técnico de Costa Rica pusieron paños fríos tras la goleada sufrida ante Estados Unidos por la Copa América Centenario, un golpazo para una selección respetada por lo hecho en el último Mundial, pero que podría irse temprano del torneo continental.

“No podemos juzgar toda una generación y todo un proceso por un partido”, dijo el volante Celso Borges, integrante del equipo que llegó a cuartos de final en Brasil-2014 y presente el martes en la derrota 4-0 en el Soldier Field de Chicago (norte de EE.UU.).

Costa Rica llegó a esta edición inédita de la Copa América apoyada en lo hecho en Brasil-2014 y su buen desempeño en las eliminatorias mundialistas de la Concacaf para Rusia-2018, pero cayó en el denominado ‘grupo de la muerte’ y está a punto de quedar afuera del certamen. En su debut igualó sin goles con Paraguay y, tras la dura derrota ante Estados Unidos, cerrará el sábado (20:00) su participación en el Grupo A ante Colombia con la obligación de golear y esperar el resultado del partido entre los guaraníes y los locales.

Tal fue el golpe del martes para una afición endulzada que el entrenador Oscar Ramírez no dudó en pedir “perdón”, aunque afirmase que en lo futbolístico se iba satisfecho con lo hecho. “Pido perdón por el marcador pero no por el fútbol.  Fuimos futbolísticamente superiores, tuvimos el control pero este fútbol es de anotaciones”, explicó.

Ramírez recordó que lleva solo 10 meses en su cargo y afirmó que esta goleada en contra servirá como “lección” y “aprendizaje” de ciertas fallas, por ejemplo en los pases  errados en el centro del campo.   

Para el defensor Francisco Calvo, la derrota ante Estados Unidos recuerda a los ticos que las cosas han cambiado desde Brasil-2014 y que esta selección de Ramírez debe labrarse su camino. “No podemos vivir del pasado, Lo que hizo Costa Rica en el Mundial nadie se lo va a quitar, pero esta selección tiene que hacer una nueva historia”, sostuvo el zaguero del Deportivo Saprissa, que no estuvo en la gesta brasileña. (I)