"Cortar cabezas no es muy saludable", dice Tabárez
Pese a que Uruguay se despidió el lunes con una goleada 3-0 frente a Jamaica en su último partido en la Copa América Centenario, el entrenador Óscar Tabárez evaluó de “mala” la actuación de su seleccionado en el torneo.
Uruguay se fue eliminado en la ronda de grupos al perder sus dos primeros encuentros contra México (3-1) y Venezuela (1-0), y derrotar a Jamaica la noche del lunes pasado en Santa Clara (California). México y Venezuela se clasificaron a cuartos de final como primero y segundo, en ese orden, del Grupo C.
“Pese a la sensación de cerrar el campeonato con una victoria contundente frente a Jamaica, el balance es que hicimos una mala actuación”, reconoció Tabárez. “No pensábamos que íbamos a ser eliminados en primera fase”, indicó. “Hablé mucho con los chicos del significado que tenía este partido contra Jamaica para evitar una racha negativa”.
Apegado a sacar enseñanzas en todo, el técnico subrayó nuevamente lo dicho en cada una de sus derrotas en esta Copa América: “se aprende mucho más de las derrotas que de las victorias”. “Estamos conformes en como terminó jugando el equipo, pero no estamos conformes con nuestra actuación”, puntualizó.
Indicó que la experiencia en este torneo permite a Uruguay valorar sus capacidades de cara a la reanudación del clasificatorio sudamericano para el Mundial de Rusia-2018 que lidera con 13 puntos tras disputarse 6 de sus 18 fechas.
Esta es una de las actuaciones más pobres de Uruguay en Copa América, selección que la ha ganado en 15 ocasiones, la última de ellas de la mano precisamente de Tabárez en Argentina-2011.
Fútbol y docencia
Desde que debutó como entrenador, cuando era maestro de primaria en varias escuelas de su país, Tabárez ha combinado el fútbol con la docencia, y esa ha sido la clave de sus grandes triunfos al frente del combinado celeste.
Con jugadores explosivos como Luis Suárez, hay que saber combinar paciencia con mano dura para conseguir que el estelar sume al grupo su talento. “Le tengo que agradecer mucho al Maestro Tabárez por lo que ha significado en mi vida. Cuando ha tenido que ‘putearme’ (insultarme) lo ha hecho, y se lo he agradecido porque me ha hecho reaccionar”, reveló Suárez.
Desde que inició su carrera como técnico en 1980, en las divisiones menores de Bella Vista, el “maestro” se ha apegado a su filosofía de que “en el fútbol no solo es jugar bien”. Y la prédica la ha llevado a todos los equipos que ha dirigido.
En su currículum de entrenador destaca haber llevado a Uruguay a tres Copas del Mundo, alcanzando los octavos de final en Italia-1990 y Brasil-2014, y semifinales en Sudáfrica-2010, la mejor actuación del fútbol charrúa desde México-1970, cuando también terminó cuarto.
En cinco Copas América, sacó campeón a Uruguay en 2011, subcampeón en 1989, cuarto lugar en 2007, llegó a cuartos de final en 2015, y la debacle de esta edición especial. En los 10 años que lleva Tabárez en su segunda vuelta al frente de Uruguay se ha dedicado a refrescar en sus jugadores la esencia del fútbol uruguayo: “jugar bien y metiendo pierna siempre”, asegura.
Tabárez, el ‘rara avis’
El emblemático estratega es un ‘rara avis’ (‘ave desconocida y rara) en estos tiempos de ‘resultadismo’ a priori. Es de los pocos que ha mantenido su puesto pese a los fracasos.
Ramón Díaz, el técnico argentino de Paraguay, tuvo que presentar su renuncia luego de que su equipo fuera eliminado en primera ronda. Dunga, al frente de Brasil, tiene su cargo pendiente de un hilo.
Claro que son casos diferentes. Díaz y Dunga tienen a sus selecciones relegadas en las eliminatorias mundialistas de Conmebol, y Tabárez mantiene a Uruguay en el primer lugar. “La política de cortar cabezas por malos resultados no es demasiado saludable”, dice, y explica que en Uruguay hay toda una estructura organizativa “que está viendo lo que se hace y pueden hacer recomendaciones para mejorar”.
“No tomo mi permanencia en el cargo como un halago, sino como una consecuencia de la realidad, del trabajo que estamos haciendo”, subraya. Es tal el compromiso de Tabárez con la selección, que en los últimos dos años la ha estado dirigiendo afectado por una severa lesión de la columna vertebral.
Obviando los dolores de este mal, se lo ve en el campo de entrenamiento y en los partidos alentando y dirigiendo a los suyos en una silla de ruedas motorizada. Afable, ecuánime y didáctico, la única vez que se lo ve incómodo y cortante es cuando le preguntan sobre su enfermedad. “No hablo de eso. Es algo personal”, dice y pasa a otra pregunta. (D)