Brasil enfrentará esta tarde (18:30) a Haití, en Orlando, por la segunda fecha del grupo B de la Copa América Centenario, con la presión de lograr la victoria y una actuación convincente que le permita ver con optimismo su futuro en el torneo continental de selecciones.

Los pentacampeones del mundo, que extrañan al astro Neymar, solo lograron un desteñido 0-0 ante Ecuador en su estreno y ahora precisan con urgencia cosechar tres puntos para encarar la última fecha con tranquilidad.   

Haití, en tanto, viene de una derrota por 1-0 ante Perú y nada tiene para perder en un partido ante los brasileños, uno de los teóricamente favoritos para ganar el título.  

Ante Ecuador, Brasil mostró relámpagos de buen fútbol, con excelente trato del balón y variantes para hacer la transición desde la defensa hacia al sector central.

Pero al mismo tiempo, exhibió una evidente anemia ofensiva y, además, dejó entrever una fragilidad emocional que tantos momentos amargos proporcionó a los hinchas brasileños en años recientes.

Este escenario motivó el lunes una escena poco común, cuando el defensor Marquinhos pidió un Brasil “con los pies sobre la tierra” para enfrentar al modesto Haití, un equipo esforzado y combativo que ante Perú desnudó sus limitaciones técnicas. “Debemos dar lo máximo, pero sin hacer locuras. En especial no podemos equivocarnos en la zona de defensa, porque es muy peligroso”, dijo el futbolista del París Saint Germain en el hotel de Orlando (sur), en la Florida, donde Brasil está concentrado.

Y para reforzar su afirmación, Marquinhos recordó: “En la Copa América anterior nosotros resultamos eliminados, Uruguay también salió prematuramente y Chile salió campeón. Creo que el fútbol está muy nivelado y no podemos dar nada por seguro”.

En una sesión de prácticas realizada el lunes, Dunga contó con sus dos últimos incorporados, Paulo Henrique Ganso y Walace, al tiempo que el zaguero Miranda realizó apenas actividades físicas leves para recuperarse de la lesión que ya lo dejó fuera del partido contra los ecuatorianos.  

Casemiro, en busca de una estrella con la legendaria ‘amarelinha’

El brasileño Carlos Henrique Casemiro llegó al Real Madrid por una puerta lateral, tocó el cielo con las manos al triunfar en la Liga de los Campeones, pero ahora busca la gloria con la Verdeamarela en el más antiguo torneo de selecciones en todo el mundo.  

En esta Copa, Casemiro llegó al estreno de Brasil -ante Ecuador- en calidad de titular, impulsado en parte por la baja de Luiz Gustavo, del alemán Wolfsburgo, pero también por la impresionante fase que vive en el gigante madrileño, donde es rey y señor del medio campo.

A los 24 años, Casemiro fue parte del equipo brasileño que disputó la Copa América de Chile 2015, aunque prácticamente no tuvo posibilidades de mostrar su capacidad. Ahora, en cambio, llega ya como estrella y voz de jugador titular.  

Surgido de las divisiones infantiles del club Sao Paulo, desde la adolescencia Casemiro era considerado un ‘diamante’ de las escuelas de formación de ese equipo, donde fue titular en 2010 de la mano del entrenador Ricardo Gomes. En 2011, Casemiro ya había formado parte de la selección brasileña sub-20 que se consagró campeona del mundo en Colombia, derrotando a Portugal por 3-2 en la final con un triplete de Oscar (jugador del Chelsea).

En 2013, sin embargo, con un poco más de dos temporadas como profesional en el Sao Paulo, Casemiro fue objeto de una curiosa negociación, cuando fue transferido a préstamo al Real Madrid, que sin embargo pasó a utilizarlo en su equipo B, el Real Madrid Castilla, la cantera donde el gigante madrileño pone a madurar a sus talentos.

Con un porte físico de respeto, Casemiro une el tradicional buen trato del balón de los brasileños, pero le suma una capacidad de despliegue que le permite, por momentos, dar la impresión de estar en varias partes de la cancha. Con Zidane, Casemiro se convirtió en el pívot central del Real Madrid en el medio campo. (I)