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El Telégrafo
Antonio Quezada Pavón

Voto negativo

10 de septiembre de 2020 - 00:00

Varios expertos en campañas electorales indican que de los 15 o 16 binomios de pre candidatos presidenciales, talvez se reduzcan a una docena, de los cuales hay unos tres claros binomios que lideran la intención del voto para las elecciones de febrero 7, 2021.

Tendrán 45 días para hacer campaña en un entorno todavía restringido por la pandemia del corona virus y disponen de $300,000 para este objetivo. No hay posibilidad de grandes concentraciones y es improbable que los candidatos hagan campaña puerta a puerta, por lo cual no necesitan de panfletos, camisetas, ni gorras promocionales. Las redes sociales serán intensamente usadas y eventualmente prensa escrita, televisión y radio que son relativamente costosos.

No habrá discursos; no son necesarios pues hay un nuevo tipo de elector que está dominado por las imágenes y los textos compactos del Twitter y WhatsApp. Y es un votante muy resentido, que está agredido por la crisis de salud, la contracción económica, la falta de empleo y, sobre todo, el ser víctima de una lacerante corrupción.

Nunca hemos tenido una situación nacional como esta y las encuestas reflejan que más del 70% de la población está totalmente frustrada y considera que la situación está de mal para peor. La imagen que proyecta el Presidente de la República como persona es negativa en un 80% y su gestión se califica como la peor de los últimos cuarenta años con una aceptación de menos del 8%. Definitivamente el pueblo no cree en el sistema y lo va a hacer visible mediante el voto negativo.

Hay muchas interpretaciones para el significado del voto negativo. Se lo usa para describir la actitud electoral del pueblo que rechaza a todo un grupo de candidatos; o cuando el electorado percibe que se le presenta la oportunidad de votar en contra de uno o más candidatos; pero la mayor parte de las veces, ocurre cuando el sistema electoral indirectamente permite votar a favor o en contra de un candidato. En resumen, el voto negativo refleja un tipo de veto, protesta o exclusión de individuos u opciones de una contienda electoral.

Sin embargo, este voto negativo conlleva graves peligros para la democracia. Para empezar, el elector vota por simpatía o antipatía, más no por planes de gobierno, ni habilidad política. Le interesa mucho el carácter del candidato, antes que sus competencias como estadista. Puede escoger de los males, el menor; o en su defecto que más vale mal conocido que bueno por conocer. Pero muchas veces el elector con gran insatisfacción y descontento, vota por aberrantes candidatos para conseguir incendiar al país y destruir el sistema. Y ese es el ambiente que tenemos a cinco meses de las elecciones. Estamos sobre un volcán a punto de entrar en erupción, que ahora solo le contiene la cuarentena en sus diversas formas, pero que se liberará en los próximos tres meses. (O)

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