Alguien dijo, ‘‘con qué facilidad toman decisiones para salir de lo incómodo’’, afirmación que lleva a la reflexión de que un poco de molestia no puede ni debe detener una conversación. Solo mortifica si lo hace sentir como tal.
Nadie quiere estar en los zapatos del vicepresidente de la República a propósito de la boda Borrero-Tookes, quienes con pétalos de rosas pretendieron ocultar la indigencia, a las personas vulnerables, vendedores ambulantes, suciedad de plazas, paredes y falta de seguridad, en la capital de los ecuatorianos.
En esta oportunidad, nuestra capital no se libró totalmente de pasar por situaciones de desagrado y es común que a lo largo de la vida de las personas y de los pueblos se presenten varias y diversas situaciones donde uno no se sienta del todo a gusto con lo que ocurre; esto a propósito de los requerimientos planteados por la compatriota Carolina Muzo, responsable del evento del matrimonio del hijo del segundo mandatario con un ‘ángel’ de Victoria Secret. La planificación comenzó hace poco más de un año.
Parte del funcionamiento de las relaciones sociales es hacer frente a momentos en los cuales la ambigüedad hace que no sepamos qué actitud tomar o incluso dudar de hacer evidente que nos damos cuenta de que algo va mal. Las redes sociales hicieron lo suyo.
Usando apropiados estilos comunicativos, en su muro, la empresaria publicó su versión en la búsqueda de evitar experimentar situaciones tediosas, reconociendo sus emociones antes de expresarlas. Nadie pone en duda su capacidad de gestión.
El matrimonio de los ‘famosos’ llevó el nombre de Ecuador por el mundo porque los ‘Angeles’ qué aterrizaron en la Mitad del Mundo se encargaron de ello y a decir de la Wedding Planer,’ las invitadas a la boda sumados sus followers eran millones de seguidores’, quien también hizo alusión a la diferencia de pagar millones de dólares en publicidad del Super Tazón. Recuerdan?
Conocernos a nosotros mismos, nos hace sujetos más respetuosas y tolerantes ante opiniones y pensamientos de terceros. En lugar de que estas ideas causen malestar, merecen respeto aunque no compartamos con ellas, así evita no dar señales de hostilidad ante opiniones alejadas de las suyas.
Mientras se pierde tiempo en discusiones absurdas, habría que preguntar el sentir de cada uno de los invitados cuando en sus manos pusieron un sombrero de paja toquilla, chocolates Pacari y cocada, así como cuando Mónica Borja, Chef del Grupo Barlovento, se llevó los aplausos al ofrecer lo mejor de la gastronomía. ¡Todo hecho en Ecuador!
Desde luego que es importante comprender que no hace falta responder a todo y a todos; cada persona es responsable de sus palabras, de sus silencios y sus actos. Las palabras de terceros no deben alterar peor quitarnos tranquilidad. A veces es suficiente saber que estamos en lo correcto sin necesidad de entrar en discusión con personas que no están dispuestas a dar su brazo a torcer; además tampoco es necesario ganar todas las discusiones.
Más allá de los entretelones de la boda y de evidentes errores cometidos, el nombre de Ecuador vuela por el mundo. Es de esperar que miles, millones de turistas vengan a conocer nuestras maravillas. En situaciones como la vivida, cabe aprender a encontrar soluciones simples para salir de una incomodidad con respeto, prudencia y cordialidad, tres pilares que jamás se deben perder en el contacto con los demás. La gran mayoría de los errores y situaciones incómodas, quiero pensar, nacen sin mala intención sino por circunstancias no consideradas en su verdadera dimensión.
En ocasiones, la paz se encuentra en la capacidad de evitar discusiones, aún a sabiendas que tenemos los mejores argumentos. Recuerde siempre que, hay personas que requieren una respuesta, otras que merecen explicación y otras que no deben beneficiarse con nada de lo anterior.
