Ecuador, 23 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Juana Neira

Libros vs. pantallas

16 de mayo de 2019 - 00:00

Hoy en día estamos viviendo la invasión de pantallas y pantallitas, que han reemplazado al diálogo, al juego, a las miradas, a las palabras…

He aquí la voz de alerta, especialmente para los padres, maestros y abuelos. Los niños pequeñitos están sobreexpuestos al uso de la tecnología sin límites, y esto tiene varias aristas que debemos observar.

Álvaro Bilbao, experto neuropsicólogo y psicoterapeuta, sostiene: “Los niños deben pasar los seis primeros años de su vida sin tecnología porque primero se le debe enseñar a su cerebro a pensar, a estar atento, a imaginar”.

Algunos de los efectos adversos provocados por  el uso ilimitado de tecnología a temprana edad son: Pérdida de la capacidad de autocontrol: los niños se relacionan con los videojuegos, que se mueven vertiginosamente, cuando vuelven al mundo real no pueden controlar sus emociones y sus impulsos, les cuesta mucho interactuar armónicamente con su entorno. Se vuelven agresivos.

Los videojuegos estimulan intensamente el cerebro de los niños, por lo que pierden interés por las actividades un poco más lentas: la maestra, un libro, jugar en el jardín, dialogar, escuchar un cuento. Se produce así el síndrome de déficit de atención; los niños son medicados para controlar sus actitudes.

Los pequeños se aburren fácilmente y los padres, por comodidad, les ofrecen los celulares y las tabletas para que dejen de “molestar”. El aburrimiento es la madre de la imaginación, si un niño está constantemente entretenido, no tiene tiempo de aburrirse ni de imaginar y crear sus propios universos donde desarrollar sus juegos.

Cuando un niño juega con un dispositivo permanentemente, no activa las zonas cerebrales que desarrollan el lenguaje. Es por esto que los libros son el mejor instrumento para lograr que ellos desarrollen su creatividad, su empatía con el medio que les rodea y, sobre todo, afianzan el vínculo afectivo con sus padres. La lectura en voz alta es un acto de amor, es un abrazo.

Hemos perdido la capacidad de asombro frente a la palabra. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media