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El Telégrafo
Edwin Hidalgo

Latín nuestro antepasado culto

16 de octubre de 2018 - 00:00

La Edad Media aisló a los pueblos occidentales de Europa. El latín ibérico, sin la tutela de Roma, empezó a transformarse en romance ibérico, hipotética lengua madre del castellano, del catalán, del portugués, del gallego y más, pero no del vasco, más antiguo que el mismo latín. Aclaremos que el latín que se hablaba en Hispania era un dialecto del latín vulgar. El latín clásico era el latín antiguo fosilizado en los escritos y en una pronunciación elitista (hoy llamada “restituida”). La existencia de tal pronunciación explica algunos préstamos del latín clásico a la antigua lengua germana.

Las tribus germánicas carecían de escritura y no conocían los objetos elementales de la civilización. Por eso el idioma germano tomó muchos vocablos latinos y los conservó tal como se pronunciaban. Antes de conocer el Imperio Romano, los germanos nunca habían visto una calle (“strada” en latín). Aunque no hay registros escritos del germano, sus descendientes están vivos. En inglés, calle se dice “street” y en alemán, “strasse”.

Ventana es “fenster” en alemán (del latín “fenestra”). Nuestra ventana en cambio viene del latín “ventus” (viento), igual que la “window” inglesa (de “wind”, viento). Por eso es risible la pretensión de ciertos germanófilos locales que copian el término “Oktober Fest” (sin ver que ambas palabras son préstamos del latín) y hablan de Quito Fest. El vocablo alemán “fest” es copia del sustantivo latino “festa”.  

De la misma manera, si los antiguos germanos no conocían las ciudades (“Stadt” en alemán moderno, tomado del latín Status, Estado, evidentemente), tampoco tenían estadistas; a lo sumo, conocían un líder tribal o “Führer”. Cuando nos topamos con la palabra alemana “Kaiser” (emperador), resulta obvio que es un viejo préstamo del latín “Caesar” (César). Precisamente /kái-sar/ es la pronunciación “restituida” de “Caesar”: en esta la C era /k/ y el diptongo AE se pronunciaba /ai/. En la pronunciación romana del Vaticano se pronuncia /ché-sar/, como en italiano. (O)

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