Feliz 2020 amigo correísta. Esta no es una columna, es una carta de año nuevo para ti. Pasaba por aquí y quería explicarte didácticamente qué significa cosechar.
Cada uno elige entre ser fanático y ser racional. Por eso yo no podría ser correísta, pues no idolatro ni al chivo de oro. Tampoco podría ser anticorreísta, porque es lo mismo que ser correísta, solo que por odio y no por pasión desenfrenada.
¿Están cómodos los grilletes? ¿No? ¿Acaso el centro de monitoreo les llama a la madrugada y siete veces al día a decirles que se están quedando sin batería aunque lo hayan cargado toda la noche? ¿Ahora me creen cuando les digo que son grilletes chinos, que valen lo mismo que una trenza en la playa de Esmeraldas, pero por los que pagamos más que un Rolex? Espero que al menos la incomodidad les haga admitir el negociado, si antes la humillación no les cala hasta los huesos.
¿Se acuerdan cómo decían que la CIDH sirve para recoger la basura del patio trasero? ¿Recuerdan que sostuvieron por 10 años que la CIDH no tiene legitimidad porque es un organismo obediente a Washington? Pues debe ser raro perder el poder y darse cuenta de que no eran dioses. Ahora que saben que son humanos, ¿qué tal al CIDH? Sirve, ¿verdad? Es que el poder no ha sido eterno, compañeritos, y luchar por los derechos es y debe ser la lucha de todos, así como respetar, a rajatabla, la separación de poderes. ¿empiezan a entender lo que sembraron?
¿Está feo esto del bullying que les hacen los medios de comunicación? Feo, muy feo, sí. Pero igual de feo era cuando ustedes se adueñaron de todos los canales para aniquilar a sus opositores y a sus familias, cuando controlaban a través del terror la comunicación del país. ¿Prensa buitre? Sí, de los cadáveres que ustedes dejaron sin sepultura.
¿Les asusta el odio? Debería. Ustedes lo provocaron. El infierno desfigura y estos son los monstruos que ustedes crearon. Lo que ustedes están viviendo, en el mundo del que vengo, se llama “sabatina”.
Que este nuevo año sea un aprendizaje para todos. Que para los correístas ya no sea tiempo de cosecha. Que para los clones averiados del correísmo -los anti-correístas- ya no sea tiempo de ser cosechados. Que el país aprenda que el nexo causal del odio es el odio, y que por fin entendamos que tras la piel de los fanatismos todos somos hermanos. Usemos los remos, no para empalarnos, sino para evitar las cataratas, acuíferas y visuales. (O)
