Publicidad

Ecuador, 11 de Mayo de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
+593 98 777 7778
El Telégrafo

Publicidad

La cangrejada

Qué placer rústico y cavernícola hay en comer con las manos cuando no hay otra alternativa, así pasa cuando vamos a la mesa por unos cangrejos, sacamos el Picapiedras que llevamos dentro y con deleite le entramos a martillo al crustáceo que nos hace delirar con su gama de sabores, que van del dulce de sus patas gordas, el salado de los pelos de las flacas y el perturbador amargo de la cabeza, ese que hace expresar “¡guácala, qué rico!”.

Reunirse a comer cangrejo, o sea la cangrejada, es un ritual sagrado para muchos que se disfruta desde la elección del lugar para la compra, siendo más satisfactorio encontrar la zona con el mejor precio. Que si Durán, la Alborada, la calle Antepara, la Caraguay, que si atrás del colegio La Inmaculada en la Eloy Alfaro, Las Esclusas, en la Cuba, Cristo del Consuelo, puente Portete, en fin. El vendedor que está parado con un cartel de ‘Sí hay cangrejo’ (como que en escasez se parase con uno de ‘No hay cangrejo’) siempre dirá que son los últimos, así tenga un edificio Fórum al lado de planchas, también te convencerá que todos están vivos y con su mano abrirá las tenazas para que estos reaccionen, y claro “todos son mano’ gordas”. Por tu parte toca regatearle el precio hasta que estés conforme, sientas que los conseguiste baratísimos o al menos empates, en esta transacción las desinfladas de boca del tipo “psssssssss”, los chasquidos lengua-paladar y los “cháque…” cada que uno le dice un precio al otro son indispensables, un ping-pong onomatopéyico.

Llegas a casa y dependiendo de los invitados traes la plancha o un par de ataditos, eso sí procurando nunca quedarte corto para no valer tres, ahí viene la repartición de obligaciones, “ya compré, a ver, ¿quién hace la salsa y los maduros, quién lava, quién mata, quién cocina, quién recoge y limpia todo?”. Las manos se levantan y arranca la lavada con cepillo grueso de despercudir calzoncillo, fuerte chorro de agua, cuchillo filudo y cometer el crimen, los animales gritan en su idioma, ese chirrido que emiten como mezcla de puerta vieja y burbujitas, en la mesa se ponen las páginas del periódico de ayer, antier, de hace meses, y sobre él tablas y martillos, se sirven las primeras frías y se conversa de todo lo prohibido por la etiqueta: religión, política y fútbol, justo cuando la cosa está por llegar a los gritos por la calentura del tema y la ciudad, salen rojitos y humeantes los cangrejos, oliendo a yerbita, comino y manglar.

Comienza el solo de percusión del martilleo que rompe los carapachos y se arma la chupadera de patas, muñones, cabezas y cervezas, hay el que se come rapidito todo el cangrejo hasta con la ‘caquita’ de la cabeza, ese es el experto, el que saca aparte toda la carne primero para luego mezclar con arroz blanco, maduro y salsa, el precavido, el que se toma la pastilla de la alergia antes de comer, el suicida y el pusilánime al que la esposa le da sacando, ese es el cachudo, todo esto mientras un gringuito de visita toma fotos del festín muerto de risa al presenciar la siguiente evolución del sapiens, el “homo guayacus”.

Publicidad Externa

Ecuador TV

En vivo

El Telégrafo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media