Léase como si conociera a Dr. Seuss.

Se despierta, se para, se peina con la sombra, se mira al espejo y se vuelve a peinar, va al baño se lava la cara, cepilla sus perlas y sonríe como Eddie Murphy, arrugando la nariz y mostrando hasta las muelas como el burro de Shrek, se embarra gel en la mano y se lo pasa por la cabeza, piensa en bañarse pero el frío de la ducha lo hace alejar, se pone el perfume que su amiga que siempre viaja le trajo de Panamá. Sale y regresa se mira en el espejo, se vuelve a peinar, saca el celular y se toma una foto y va pa’l face, la camella en instagram para que parezca tomada por David Lachapelle y la tuitéa pa’ los “fologuers”.

Corre hasta la esquina para coger la metrovía y mientras espera el alimentador se mira en el reflejo de los cristales de la estación para ver si no ha perdido su peinado de Jimmy Neutrón, se acomoda la bufanda porque se imagina que está en Francia y se ríe de los ciclistas porque intuye se los vería mejor con un canasto de pan en la parte de atrás. Fuma un cigarrillo mentolado y aunque no sabe fumar lo hace para aparentar que los guapos con clase el humo deben exhalar. Llega el transporte y se embarca tratando de quedar emparedado entre la gordita coqueta que va que mueve su maleta y la colorada del banco que le hace ojitos azules de contacto y pestañitas postizas de carnaval de Venecia, le pide su pin y se hace la necia, se desocupa un puesto y se sienta, se pone los audífonos y se desconecta.

Con su carpeta bajo el brazo se dirige al canal de televisión, quiere que lo contraten para estar en la programación, no tiene experiencia, tampoco trabaja, nunca ha estudiado actuación, pero se cree chistoso y esa es su carta de presentación, se da cuenta que hay una fila larga con otros galanes igual que él, aplica la del sabido poniéndose al frente sonriéndole al guardia que como no es mujer lo manda hasta al fondo con desdén.

En la fila no para bola cuando unos panas lo ven, se pone las Ray-Ban de espejo y así devuelve el reflejo de las miradas atónitas de quienes lo conocen por pelotero rajero, saca el celular y termina de hacerse el loco hablando con nadie de fiestas, playas, viajes hasta que le suena a todo volumen el ringtone del Gangnam Style terminando la farsa, es su mamá preguntando si se puso los calzoncillos limpios o sigue con los sucios, él le responde con voz alta como si fuera una amiga aniñada llamada Denisse (nombre que el sabe pelucón) y le cuenta que “lo llamaron de un canal” para su próxima telenovela, y que está en ese instante conversando con el gerente de programación, los que lo escuchan en la cola ríen en murmullo mientras la mamá le cierra y piensa que es verdad cuando le cuentan que su hijo al revés se las pega.