Tres conceptos constituyen la base y fundamento de los principios de los pueblos ancestrales. Los Incas, según dice la tradición, construyeron su gobierno con estas tres normas fundamentales. Ama Sua: no robar, no ser ladrón; Ama Llulla: no mentir; Ama Quella: no ser flojo.

Las Naciones Unidas aprobaron en septiembre por unanimidad de la Asamblea General, y por propuesta del Estado Plurinacional de Bolivia, esta norma para ser adoptada por todos los países miembros.

Resulta de especial importancia este histórico hecho que afirma que los conocimientos ancestrales de nuestra primera historia sean reconocidos por la comunidad internacional como fundamento necesario para la gestión pública y transparente de los gobiernos.

Ama Sua, es decir, no ser ladrón, tiene una importancia suprema en el mundo actual, donde la corrupción constituye uno de los mayores problemas de todos los países. El robo, el obtener bienes de mala manera, constituía una de las faltas más graves en la sociedad inca y quien cometía un robo era severamente castigado.

El ser honesto y siempre decir la verdad, Ama Llulla, es un valor universal que debe ser promovido para que en verdad podamos tener una vida auténtica. La honestidad nos da confianza y permite que desde el hogar y la comunidad comencemos a creer en la palabra como un tema sagrado de convivencia. La mentira debe ser condenada como un acto indigno de cualquier persona. Solo empleando la verdad como norma social puede funcionar una sociedad; de lo contrario todos sospechan de todos y el engaño y la trampa hacen imposible la construcción de la sociedad del buen vivir.

Ama Quella es una advertencia para no ser una persona floja u ociosa; quiere promover el trabajo honesto como norma de conducta de todos los hombres, dignifica al trabajo y hace que todos entendamos que nuestra contribución a la vida de todos debe estar fundamentada en la laboriosidad.

La ONU ha reconocido como norma universal estas tres sencillas y fundamentales normas de conducta
de nuestros antepasados. Hacer de ellas un ejemplo social y promoverlas en todos los establecimientos educativos es una tarea pendiente.

Los valores de los pueblos andinos contienen sabios consejos y enseñanzas que lamentablemente no han sido aún incorporados a nuestro quehacer diario.

Estamos viviendo un despertar en esta nuestra América. A todos nos corresponde trabajar con la verdad
y honestamente para ser parte de la construcción de una nueva humanidad. (O)