Esta famosa frase, atribuida a Mahatma Gandhi, encierra toda la filosofía del arte del buen comer. Como dice la directora del Instituto Macrobiótico de España, Patricia Respeto, el comer es un tema sagrado. Ella advierte que “masticar, literalmente, triturar el alimento, es la primera fase de la digestión. También en un sentido metafórico representa meditar... desmaterializar los alimentos para obtener el aporte energético inherente a su naturaleza original”.

El hecho de beber la comida masticando entre 30 y 50 veces cada bocado ayuda inmensamente a la digestión y a alcanzar la acidez necesaria para el mejor aprovechamiento de todos los alimentos, fortaleciendo además el sistema inmunológico de la persona. La comida debe estar convertida casi en una bebida al ingerirla. Igualmente, como dice Gandhi, el masticar la bebida significa disfrutar el alimento sorbo a sorbo.

Slow Food o comida lenta es un término creado por Carlo Petrini en 1986 en Italia y que se ha convertido en un movimiento cívico gastronómico para difundir el buen comer en más de 150 países. Su símbolo es el caracol, para promover la idea que al ir lento se llega más lejos. Se promueve la protección de la comida regional, las buenas costumbres y la sabiduría ancestral del saber comer. Es al mismo tiempo la contraparte de la comida basura que se ha difundido masivamente en el mundo con la globalización comercial y publicitaria.

Las populares hamburguesas, el hot dog y las salchipapas, así como otros productos de las cadenas y franquicias que han inundado el mundo, han sido señaladas como las fuentes principales del mal comer y factores importantes en la afectación de la salud de millones de personas debido al incremento de enfermedades del corazón y la diabetes. La razón: el exceso de grasa, de sal y de azúcares.

No solo es lo que se come sino cómo se come. Como manifiesta Castelo Cacho, reconocido sanador andino, se come no solo por la boca sino por la actitud al comer, por los oídos, por la vista y por la nariz. Caminar apurado comiendo o hacerlo mientras vemos televisión sin prestar atención a la maravilla de ingerir “nuestro pan de cada día”  convierte al alimento en una sustancia tóxica para el cuerpo y el alma. Se debe comer con paz y con el tiempo para tan fundamental momento de nuestras vidas. (O)