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La influencia de Pinochet que el fútbol chileno quiere dejar atrás

Captura de pantalla de la página http://www.fuerapinochet.cl/
Captura de pantalla de la página http://www.fuerapinochet.cl/
08 de mayo de 2015 - 11:02 - Agencia AFP

Durante su cruenta dictadura, Augusto Pinochet fue nombrado presidente honorario del popular Colo Colo, se enfrentó a estrellas del fútbol chileno y utilizó estadios como campos de tortura, en una marcada influencia que hinchas y jugadores quieren dejar atrás.

Tras el golpe del Estado del 11 de septiembre de 1973, Pinochet puso sus ojos en el club de sus amores: Colo Colo, el más popular de Chile y el más ganador a nivel nacional e internacional.

Tres años después de instaurado su régimen, Pinochet ordenó intervenir la dirigencia del club y puso un consorcio económico al mando del equipo, lo cual le valió al dictador ser nombrado Presidente Honorario.

Después de 40 años, medio centenar de socios e hinchas decidieron iniciar una campaña para cancelar lo que han llamado "una ilegítima decisión" que ha manchado con sangre al club, tras los más de 3.000 muertos y desaparecidos que dejó su dictadura.

"Es necesario reparar esa injusticia histórica", dijo a la AFP, José Miguel Sanhueza, uno de los hinchas que encabeza la campaña.

Como primera medida, abrieron la página web http://www.fuerapinochet.cl/, con una imagen en blanco y negro del exdictador tachada en el medio y donde se recolectan firmas que será presentadas en la próxima asamblea de socios del 20 de mayo, para incluir en la discusión la cancelación del registro de socio de Pinochet.

Su condición de socio "es una mancha, por los conocidos y repudiables crímenes contra los derechos humanos cometidos por la dictadura militar", indica la página.

Cerca de 2.000 de los más de 35.000 socios del Cacique se habían inscrito ya en la página, a tres semanas de la crucial asamblea.

Pinochet prometió además entregar dinero para la conclusión del estadio de Colo Colo, ubicado en el sur de Santiago con capacidad para 48.000 espectadores, pero tras perder el plebiscito que acabó con su dictadura en 1988, esa promesa se diluyó.

También se le atribuyen a Pinochet vínculos con Cobresal, el reciente campeón del fútbol chileno, el cual habría ordenado fundar en 1979 con el fin de controlar a los sindicatos de la entonces creciente minería del cobre en el norte del país.

Los brazos del régimen militar alcanzaron también a la Federación del Fútbol de Chile, que nombró en 1975 al general de la Policía Eduardo Gordon presidente de esa institución hasta 1978.

Futbolistas versus Pinochet

Pinochet tuvo como opositores a varios futbolistas considerados estrellas del balompié chileno durante los 17 años que duró su dictadura.

El más reconocido fue el delantero Carlos Caszely, una insignia de la lucha contra la dictadura y una de las caras visible de la campaña de partidos de izquierda para acabar con el gobierno de Pinochet en el plebiscito que liquidó su régimen en 1988.

"Caszely era una estrella que tenía ciertas libertades que otros no podían. En 1983, en plena dictadura, da una entrevista  en la cual dice derechamente que Pinochet se tiene que ir", explicó a la AFP, Daniel Matamala, un reconocido periodista local y escritor del libro Goles y autogoles que toca los vínculos entre el fútbol y el mundo de la política.

El delantero, tras jugar en España entre 1973 y 1978, retornó al país para jugar en Colo Colo, pero su reconocido odio hacia la dictadura le valió ser separado de la selección chilena en varias ocasiones por órdenes de la directiva del balompié local, controlada por Pinochet.

En 1988, durante la campaña contra Pinochet, reveló en televisión que su madre había sido violada y torturada por la dictadura.

Otros tantos futbolistas sufrieron el rigor de la dictadura, como el caso de Mario Soto, considerado en 1976 el mejor defensa de Chile, a quien le fue negado partir a jugar a Brasil por un decreto que no permitía que futbolistas seleccionables jueguen en el extranjero.

Pinochet también utilizó estadios como prisiones para detener y torturas a los opositores de su dictadura. El mayor de estos centros fue el estadio Nacional, el templo del fútbol chileno donde hubo cerca de 20.000 presos políticos.

"Pinochet tuvo una influencia muy evidente, con intentos de manipular al fútbol con fines políticos y tuvo las armas para hacerlo sin mayores interferencias", aseguró Matamala. (I)

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