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El Telégrafo
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La selección quedó incluida en el grupo c en bilbao

EE.UU. buscará revalidar el título sin ninguna superestrella

El jugador de la selección de Estados Unidos, Kennet Faried, en uno de los entrenamientos en España, lo observa un miembro del cuerpo técnico. Foto: EFE.
El jugador de la selección de Estados Unidos, Kennet Faried, en uno de los entrenamientos en España, lo observa un miembro del cuerpo técnico. Foto: EFE.
28 de agosto de 2014 - 00:00 - Redacción Fanático y Agencias

El baloncesto de la NBA tendrá nuevamente otra prueba de fuego en la competición internacional que a partir de este sábado comenzará en España la defensa del título de campeones del mundo, pero esta vez lo hará sin contar con ninguna de las grandes superestrellas.

La única que había aceptado el ‘sacrificio’ de dejar el merecido descanso del verano a cambio de defender la camiseta de EE.UU. fue el alero Kevin Durant, de los Thunder de Oklahoma City, el Jugador Más Valioso (MVP) de la liga.

Pero después de la primera fase de entrenamiento con el equipo nacional en Las Vegas (Nevada), el conflicto de imagen y dinero que se le presentó, con la posibilidad de firmar un contrato multimillonario de publicidad, hizo que Durant comenzara a sentir ‘agotamiento’ físico y mental, que lo llevó a pedir la baja voluntaria que fue aceptada por el director general de EE.UU., Jerry Colangelo, de la manera más ‘diplomática’ posible, hasta entender todo lo que pasaba por la cabeza de Durant.

Antes hizo lo mismo con el ala-pivote Kevin Love, inmerso en el traspaso, que al final consiguió dejar los Timberwolves de Minnesota, para irse con los nuevos Cavaliers de Cleveland, y el alero estrella LeBron James, el hijo pródigo del baloncesto de la NBA, que volvió a sus orígenes y al equipo que lo eligió en el sorteo universitario.

Antes también se habían dado las bajas por distintos motivos del alero Kawhi Leonard, de los Spurs de San Antonio (MVP en las Finales de la NBA), y los ala-pivotes LaMarcus Aldridge, de los Trail Blazers de Portland, y Blake Griffin, de Los Ángeles Clippers.

Por si lo anterior no había sido suficiente, uno de los jugadores clave en el esquema ofensivo del entrenador de EE.UU., Mike Krzyzewski, el alero Paul George, de los Pacers de Indiana, sufría una grave lesión con rotura completa de la parte baja de la pierna derecha que le costará perderse más de un año de competición.

El panorama no era el mejor para Colangelo y Krzyzewski, que admitió la sorpresa de la baja de Durant, y el daño que le había hecho al equipo en cuanto a la estrategia y el trabajo realizado de frente al mundial. Pero dentro del grupo de preseleccionados todavía quedaba el talento y la juventud de jugadores como el base Derrick Rose, de los Bulls de Chicago, con el que EE.UU. llega al mundial para defender el título de campeón.

Rose, líder del grupo

Rose, de 25 años, será la gran figura de Estados Unidos su país por juego y el cerebro que los dirija, pero sobre todo por la capacidad de liderazgo y compromiso con la que ha llegado al equipo después de haber tenido 2 años de graves lesiones en sus rodillas, que solo le permitieron jugar 10 partidos con los Bulls.

“Estoy más en forma que nunca y con el deseo de demostrar junto al resto de los compañeros que tenemos una misión que cumplir que vamos a lograrla”, destacó Rose.

Junto a Rose, otro base Stephen Curry, de los Warriors de Golden State, que no tuvo problemas en decir que ofensivamente es mejor jugador que James, quiere consagrarse como estrella.

El escolta James Harden, de los Rockets de Houston, es el que más experiencia tiene en la competición de la NBA al ser el único que ha jugado en las Finales, cuando estuvo con los Thunder.

Pero será el ala-pivote Anthony Davis, de los Pelicans de Nueva Orleans, el jugador en el que Krzyzewski más confía cuando tenga que tener protagonismo dentro de la pintura. Davis cuenta con el apoyo del cuadro técnico, incluido el asistente Monty Williams, que es el que también lo dirige con los Pelicans y el que ha visto y generado el desarrollo del jugador de 21 años y 2 temporadas en la NBA.

Nadie cuestiona que Davis demostrará en España su condición de futura superestrella y EE.UU. lo necesita en plenitud si quiere regresar de nuevo con la medalla de oro y el trofeo de campeones.

EE.UU., actual campeón mundial y olímpico, es el número uno del ranking mundial de la FIBA y su único objetivo, en España, no es otro que mantenerse en la misma posición y con un título más, que sería el quinto en su historia.

Desde que se inició el Campeonato del Mundo de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), en 1950, EE.UU. ha ganado 11 medallas -4 de oro, 3 de plata y 4 de bronce-, además de tener marca histórica de 114-27 en un juego.

Bajo la dirección de Krzyzewski, EE.UU. ganó el oro en el Mundial de Estambul, en 2010, con marca invicta de 9-0 (partidos ganados), además de conseguirlo también en Londres 2012.

Argentina tampoco llega con sus máximas figuras

La ‘albiceleste’, otra de las aspirantes a la medalla de oro, tampoco podrá contar con 3 de sus jugadores clave. Los Spurs (NBA) han vetado la participación del escolta Manu Ginobili que, a sus 37 años, aspiraba a disputar el último gran torneo de su carrera. Al igual que otros equipos, los Spurs hacen valer la cláusula que permite impedir a sus jugadores con contrato en vigor disputar cualquier otra competición distinta a la NBA.

Julio Lamas (seleccionador) tampoco podrá contar con el alero Carlos Delfino y el pívot Juan Gutiérrez, quienes no se han recuperado a tiempo de sus respectivas lesiones. Dirigirá, por tanto, una albiceleste con ilustres ausencias.

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