Lo que comenzó como una broma es ahora una de las principales razones de su existencia. Con 16 años, María Belén Villalba Constante suma dos títulos sudamericanos, se ilusiona con clasificar a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 y dentro de ellos conquistar una medalla.

Una broma, sí. Como parte del equipo de atletismo del Colegio Consejo Provincial de Pichincha de Quito, María Belén y sus compañeras de fondo vieron comenzar su práctica a la marchista Kimberly Carrera, sus movimientos les parecieron graciosos; rieron y establecieron el reto de quién sería capaz de remedarla mejor. La mejor imitadora fue María Belén.

Eran los primeros días de octubre de 2014, al mirarla haciendo caminata olímpica, Hugo Armas, el entrenador del establecimiento, la llamó.

- ¡Señorita Villalba, venga un momento, por favor!

- Sí licenciado, dígame.

- Usted tiene condiciones para la marcha, creo que tendría mejores posibilidades de desarrollarse en eso que en las pruebas de fondo.

El instructor no se equivocó, tras un mes de preparación la adolescente clasificó a los Juegos Nacionales de Menores que se escenificaron en Carpuela (Imbabura); la historia de sus principales conquistas empezaba.

Un año después, en diciembre de 2015, María Belén se adjudicó la medalla de oro en los 3.000 metros marcha de los XXI Juegos Sudamericanos Escolares que se celebraron en Asunción, Paraguay. Compitió también en los 2.000 metros de fondo y quedó en el cuarto puesto.

Pero su logro más relevante ocurrió en los Juegos Sudamericanos de la Juventud Santiago de Chile 2017, el sábado 7 de octubre alcanzó la medalla de oro en los 5.000 metros marcha, tras cronometrar 24 minutos, 26 segundos y 40 centésimas (24m26s40c).

Con ese tiempo dejó en el segundo lugar a la argentina Fiorella Abril (25m15s02c) y en el tercero a la colombiana Jeni González (25m37s06c).

Martha Constante (42 años), madre de la marchista, se siente orgullosa por tener en casa a esta campeona, a quien desde niña le agradó correr. Tras una breve mirada retrospectiva, la progenitora cuenta que María Belén compite desde tercer grado, su primera lid fue la prueba pedestre interna de la escuela San Gabriel.

La describe como una chica activa y emprendedora, que gusta ayudar en la casa. “Vivimos en Solanda; tengo un taller de corte y confección, ella saca diseños por internet, me sugiere hacerlos y me hace propaganda con sus amigos”.

Los otros integrantes de la familia son su padre, Daniel Villalba; sus hermanos, Michael (19 años) y Mateo (7 años); Lucas, el perro, y Toña Luna, la gata. 

María Belén aspira, en un día no muy lejano, a convertirse en una exponente de alto rendimiento y, con el dinero que gane, ahorrar para comprar una casa, un lugar donde compartir y prosperar con sus padres y hermanos.

“Papá trabaja instalando equipos de seguridad: cámaras, cercos eléctricos... todavía no hemos cumplido el anhelo de una vivienda propia. Yo deseo aportar para sacar adelante a mis seres queridos”.

Esta idea la tiene desde sus inicios, recuerda que en la carrera El Chasquicito de 2015 estuvo a punto de abandonar la brega, sus fuerzas la abandonaban; repentinamente recordó que su hogar pasaba por una época financiera difícil, se recargó de ánimo y siguió adelante. Obtuvo el primer lugar y los $ 100 de premio que recibió le sirvieron para cooperar con sus padres.

Joven e impetuosa, gusta de la pizza y de escuchar rock; sus bandas favoritas son Nirvana, Red Hot Chili Peppers y Metallica. Además, le fascina la fotografía y leer libros en inglés. A nivel académico le atrae la cirugía general, carrera que quisiera estudiar sin dejar la caminata.

Jenny Rosero (17 años), compañera de clases de María Belén, la califica como una persona respetuosa, dedicada y confiable; aunque es poco detallista, siempre está dispuesta a escuchar y ayudar.

También destaca su talento histriónico, algo que ambas descubrieron cuando, como parte de la materia de historia, tuvieron que actuar en una representación teatral de la época de la Colonia en la Plaza de Santo Domingo. (I)

Cayambe ve con optimismo el futuro de ‘Mabe’

A criterio del entrenador Javier Cayambe, la marchista María Belén ‘Mabe’ Villalba tiene posibilidades de clasificar a los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se desarrollarán del 6 al 18 de octubre de 2018, en Buenos Aires, Argentina.

Esta aseveración la hace no únicamente por la calidad técnica de la exponente, sino porque la transición de otras atletas de la categoría sub-18 a la sub-20 -es el caso de la campeona mundial Glenda Morejón- le permitirán a la quiteña escalar algunas posiciones en el ranking global.

Mediante el trabajo adecuado, el timonel cree que Villalba está no solo en capacidad de clasificar a la cita olímpica, sino que también llegaría con posibilidades de pelear por un sitio en el podio.

La capitalina practica con Cayambe desde hace un año, engrosando su proyecto ‘Casa del Marchista’, donde gracias al auspicio de Cendiavia, a los atletas se les dota de alimentación, hidratación y asistencia médica; es un sitio en el que también quedan concentrados de cara a las justas más importantes.

Esta ayuda ha servido de mucho a la andarina, pues no cuenta con apoyo del Ministerio del Deporte; la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA) y Concentración Deportiva de Pichincha (CDP) le apoyó solo por un año con una beca de $ 40 mensuales. En 2017, la CDP debía brindarle la merienda, pero ese ofrecimiento no se concreta aún. (I)