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La velocista se retiró por 2 años y trabajó en ventas por catálogo

Marizol volvió al atletismo para cumplir un sueño

Marizol Landázuri Benítez (centro) es la exponente 25 que le dio a Ecuador un cupo en las olimpiadas.
Marizol Landázuri Benítez (centro) es la exponente 25 que le dio a Ecuador un cupo en las olimpiadas.
Foto: Fernando Machado / El Telégrafo
29 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Fanático

Desde la primera vez que la vio correr en una unidad educativa de Esmeraldas, el entrenador Jorge Casierra se dio cuenta de que Marizol Landázuri tenía talento para las pruebas cortas; por eso no le extraña que la cultora le haya dado al país el cupo 25 para los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.

Marizol, que tiene 24 años, estaba de 11 cuando Casierra y otros instructores la observaron y la seleccionaron para competir en Juegos Nacionales Escolares. A ese nivel, las carreras se hacían en 60 y 80 metros; la especialidad de ella eran los 60 metros planos.   

“Y ahora son los 100 metros, corre también en los 200, pero le gustan más los 100”, comenta Casierra. Marizol siempre fue velocista, por eso también forma parte del equipo ecuatoriano de postas femeninas, en el que comparte responsabilidades con Ángela Tenorio, Yuliana Angulo y Viviana de la Cruz.  

El siguiente reto de la esmeraldeña es calificar en los 200 metros, por lo que el pasado domingo viajó a Mar del Plata, donde hoy se cumplirá el Grand Prix Sudamericano de Argentina.  

La gloria tras el retiro

Pero ganarse el cartel de atleta olímpica no resultó sencillo; su camino en el atletismo estuvo plagado de inconvenientes. Nacida en un hogar humilde, la necesidad la empujó a retirarse y buscar otras opciones de vida.

Casierra cuenta que en 2008 y 2009 Marizol salió del mapa competitivo debido a que no tenía el apoyo necesario de los organismos deportivos, quienes concentraron su ayuda en exponentes mejor perfiladas en aquel entonces.  

La decisión no solo la alejó de las pistas, sino también de su hogar y de su tierra natal; se desplazó a Guayaquil, en donde trabajó como vendedora de productos por catálogo e incluso dando clases de educación física en un establecimiento educativo.  

Su retorno al deporte base, añade Casierra, se dio luego de que algunos adiestradores la convencieron de volver a la práctica. Hace 6 años, aproximadamente, decidió retomar los entrenamientos, pero en representación de la Federación Deportiva del Guayas.  

Desde ahí la velocista se empeñó en acceder a unas olimpiadas, una meta que, como ella lo reconoció, le costó lágrimas, sudor y muchos, muchos sacrificios.
Franklin Nazareno, atleta de los registros de Pichincha, quien la conoce hace 10 años, revela que Marizol planificaba adjudicarse un cupo a Río el año pasado, mas no encontraba las circunstancias adecuadas para hacerlo.   

Nazareno recuerda que durante un torneo selectivo en el estadio Los Chasquis de Quito y en una justa en Colombia estuvo a pocos segundos de cronometrar la marca A. Otro obstáculo fue una lesión, que la privó de ir a varias lides.

“Le dije que no se desespere, que su día de gloria estaba cerca, hasta que llegó”. En efecto, el sábado anterior, en la pista Jefferson Pérez, en el marco del Grand Prix Sudamericano de Cuenca, Marizol detuvo el reloj en 11 segundos con 26 centésimas (11s26c), consiguiendo la medalla de oro de los 100 metros lisos y el boleto hacia suelo carioca.

La marca A, de acuerdo a la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo (IAAF), es de 11s32c, por eso el tiempo de Marizol la condujo a la emoción y al llanto.
Franklin considera que este es un premio a la constancia de su amiga, una chica a la que califica de alegre, extrovertida y de carácter fuerte cuando los proyectos no le salen. Ama bailar salsa y comer mariscos, sobre todo encocado.

Entre sus propósitos está ser una profesional en terapia física y deportiva, carrera que seguía cuando estaba en Guayaquil. El último año y medio, menciona Franklin, Marizol ha entrenado en Quito bajo las órdenes del cubano Nelson Gutiérrez, quien también alecciona a Ángela Tenorio, quien la considera una de sus grandes amigas; ahora las 2 escribirán su historia en Río. (I)

DATOS

Marizol Landázuri Benítez nació en Esmeraldas hace 24 años; residía con una tía en el centro de Esmeraldas, junto a la Catedral de esa ciudad.

De acuerdo a la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA), el mejor tiempo de Marizol en los 100 metros era de 11s37c, inscrito en 2015. El crono que impuso en Cuenca, 11s26c, pasa a ser su mejor marca.

En los Juegos Panamericanos ’Toronto 2015’ la esmeraldeña clasificó a semifinales del hectómetro; su marca fue de 11s33c, pero por cuestiones atmosféricas (viento) no se le tomó en cuenta como su mejor tiempo.

El pasado domingo, en los 200 metros lisos del Grand Prix Sudamericano, Landázuri conquistó la presea de plata con 23s35c. La atleta tiene la beca C del Plan de Alto Rendimiento del Gobierno Nacional;  recibe $ 1.098  al mes.

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