El atleta manabita Edwin Ibarra arrancó ayer su travesía por 7 provincias del país, para romper un récord Guinness: ser la persona que corra la mayor distancia descalzo. Para ello, intentará recorrer 1.502 kilómetros sin calzado.

Los nervios eran notorios en Ibarra, que desde que llegó al parque La Carolina, al norte de Quito, se despojó de su calzado y empezó a caminar así por el césped mojado del lugar. Enseguida comenzó su calentamiento y con ello logró la tranquilidad antes de la partida.

El primer récord que tenía previsto romper ayer, era correr 100 kilómetros en el menor tiempo posible. La marca actual está establecida en 8 horas 49 minutos y 42 segundos, que le corresponde a un atleta de Nueva Zelanda, por lo que el ecuatoriano deberá hacerlo en un tiempo menor.

Esos primeros 100 kilómetros los completaría a la altura de la localidad de Tandapi, para continuar la ruta establecida por Santo Domingo, Esmeraldas, Pedernales, Bahía de Caráquez, Manta, Puerto López, Montañita, Salinas, Guayaquil, Quevedo, Santo Domingo, El Carmen, para pasar nuevamente por Pedernales, su tierra natal.

El récord actual está establecido por un atleta inglés con una distancia de 1.488 kilómetros, que recorrió en 3 meses. Ibarra aumentó 14 kilómetros a su trayecto e intentará completarlo en la mitad del tiempo.

La ruta la elaboró en conjunto con el Ministerio del Deporte, como parte de la iniciativa ‘Ecuador es tu cancha’. Para que no complique la intención de establecer la nueva marca, inició en la altura de Quito, para luego ir descendiendo hasta el nivel del mar en la Costa ecuatoriana.

“En Manabí es casi todo el trayecto plano. Me preocupa solo un tramo, entre El Carmen y Pedernales, en el que hay una gran cuesta, justo cuando estaría cerca de completar la ruta. A pesar de eso, estoy confiado en que lograré llegar sin problemas”, dijo antes de partir.

Ibarra se entrenó con intensidad desde agosto. Semanalmente acumulaba 220 kilómetros de práctica descalzo y a eso sumó trabajo en el gimnasio para fortalecer sus extremidades inferiores.

Acumular todos esos kilómetros le sirvió para fortalecer las plantas de los pies, pues necesitaba que le salgan ampollas y callos, para tener esa capa de protección, frente a la diversidad de terrenos que afrontará. La mayoría del trayecto será sobre asfalto y además el 95% de la prueba será en la Costa, por lo que el calor y la humedad serán otro rival a vencer para poder romper el récord mundial.

Ibarra tiene previsto finalizar el recorrido unos días antes de Navidad, dependiendo de cómo reaccione su cuerpo. “Habrá días que no esté al 100% y no podré recorrer tantos kilómetros. Esa es la diferencia”, dijo.

Además de lo deportivo, el aporte de Ibarra también será social. En cada kilómetro que recorra realizará una colecta en favor de Cepreme, una fundación que lucha contra el cáncer. (I)