La entrevista que Diario El Telégrafo publicó el martes pasado de Julian Assange, fundador del sitio WikiLeaks, que filtró cables diplomáticos de embajadas estadounidenses en varios países del mundo, trajo reacciones no solo en la Cancillería ecuatoriana donde se dijo que Assange podía venir a Ecuador cuando quisiera; sino también en la misma estructura de WikiLeaks y de sus colaboradores cercanos, quienes incluso tradujeron el texto para compartirlo con sus seguidores.    

Desde la mañana hasta la misma media noche del martes administradores de distintas cuentas en Twitter de la organización publicaron extractos de la entrevista concedida exclusivamente a este Diario. Uno de los aspectos más destacados en las redes sociales fue el relacionado con la “posición neutral” de Suecia en el ámbito mundial.       

El activista en derechos humanos Marcelo Ferrada publicó en su blog artículos con información generada por Julian Assange en los que explica cómo WikiLeaks “entierra el mito” de que Suecia es un país neutral en la esfera global. De hecho, en la entrevista con El Telégrafo, Assange recuerda que en 2001 Suecia colaboró secretamente con los Estados Unidos en el secuestro de dos personas que entonces gozaban de asilo político en ese país y quienes fueron trasladadas a Egipto donde  fueron torturadas. Assange explica que el mismo Comité contra la Tortura de Organización de las Naciones Unidas (ONU) calificó como ilegal la conducta de Suecia en ese hecho.

Ferrada en su blog aclara que Suecia es un  país maravilloso, con gente amigable, sincera, honesta y trabajadora. Un país que hasta hace algunos años gozaba de un gran prestigio entre los estados ricos y pobres porque su propósito primordial era promover la paz mundial. Sin embargo, Marcelo Ferrada considera que de a poco esa nación nórdica “se alineó con la dirigencia de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) para llevar adelante ocupaciones militares” a otros países, “con la intención última de apoderarse de los recursos naturales de países del tercer mundo”, y pone como ejemplos el petróleo de Irak y de Sudán e incluso el gas de Afganistán, “sin que la opinión pública reaccione”.   

Menciona un hecho último, y es que todos los partidos políticos del país -desde la extrema derecha hasta el ala más izquierda- aprobaron en el Parlamente la intervención sueca en Libia.  

El activista considera que WikiLeaks finalmente ha puesto en evidencia la falsa imagen de Suecia de que es un país  neutral y de que defiende a las naciones más pobres.

La organización WikiLeaks ha filtrado cientos de cables que muestran acuerdos secretos entre oficiales del Gobierno sueco y enviados del servicio de inteligencia de Estados Unidos, y lo prueban las declaraciones de Assange de que “la neutralidad de Suecia es un mito”.

Aunque las grandes corporaciones de la información no se pronunciaron sobre las denuncias de Assange hechas en El Telégrafo, la organización, a través de su cuenta de Twitter, esparció el contenido de la entrevista a más de un millón y medio de seguidores con los que cuenta en la red social. Incluso tradujo el texto a otros idiomas para que fuera entendido.