Universidad y Propiedad Intelectual
Nuestro mundo hoy está marcado por la rápida evolución tecnológica, la innovación y la colaboración global, en el marco de la economía digital y la sociedad del conocimiento; una triada disruptiva que obliga a replantear las maneras de pensar y hacer muchas cosas, realidad que involucra a la Universidad y la Propiedad Intelectual (PI) que comprende los derechos sobre creaciones de la mente, por ejemplo: derechos de autor, propiedad industrial -marcas, patentes, diseños-, invenciones, obras literarias y artísticas, símbolos, nombres, imágenes. Cabe la pregunta: ¿Cuál es el papel de la Universidad en la transformación de la enseñanza en general y de la PI en esta época? A partir de ella surgen algunos lineamientos.
El primero, concibe la universidad como nodo global de conocimiento que operará como ecosistema integrado donde equipos multiculturales trabajan sobre problemas globales; el segundo, exige una transformación profunda de la enseñanza flexibilizando y personalizando los currículos, impulsando la educación híbrida e inmersiva con evaluación continua basada en datos; el tercero, proyecta la universidad como epicentro de la innovación, el emprendimiento y la transferencia tecnológica; el cuarto, exige que la universidad sea telón de fondo ético para el ensamble entre la PI y la Inteligencia Artificial, impulsando la ciencia abierta; el quinto, espera un rol más social y humanista de la universidad, por lo que deberá reforzar su papel en pensamiento crítico, inclusión digital y formación ciudadana.
La interacción entre Universidad y PI plantea retos acerca de la necesidad de cerrar brechas de infraestructuras y acceso a tecnologías avanzadas; la formación del talento digital y actualización docente; la generación, uso y gobernanza de datos; la innovación con impacto territorial; y, la optimización de la investigación y la transferencia tecnológica. La PI se posiciona como mecanismo protector, ordenador y facilitador de la innovación, para beneficios de la colectividad. La PI debe estudiarse e investigarse a profundidad porque dignifica la creatividad ofreciendo condiciones que permiten transformar ideas en soluciones protegidas, escalables y transferibles, siendo también un pilar central para el desarrollo académico, económico y social en la era digital; es el lenguaje de la innovación basada en el conocimiento, la creatividad y la tecnología que juntos son motores del progreso para el bienestar común.