El Telégrafo
Ecuador / Martes, 26 de Agosto de 2025
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“El arma del engaño”: la guerra y el arte de la mentira

Una película británico-norteamericana nos recuerdaque parte de las estrategias de la guerra es saber mentir.Tal película es “El arma del engaño” (2021) de JohnMadden, basada en el libro de no ficción OperationMincemeat de Ben Macintyre sobre una estrategia real,puesta en práctica, durante la Segunda Guerra Mundial,con resultados positivos para las fuerzas que luchabancontra Hitler.

De hecho, aunque en las plataformas el filme sepresenta como “El arma del engaño”, comercialmente, enel momento de su estreno, se la exhibió con su título real,“Operación Mincemeat”, en alusión, justamente, a laoperación de inteligencia militar británica denominada“Mincemeat”. Se sabe que, con este curioso apelativo,cuya traducción vendría a ser “carne picada” o “carnetroceada”, se encubrió un plan por el cual se creaba uncontexto falso para que las fuerzas de Hitler creyeran quelos aliados querían penetrar Europa invadiendo Grecia,cuando en realidad lo hicieron por Sicilia. De acuerdo conello, el plan consistía en dejar un cadáver en algún lugar,en el caso concreto, en las costas españolas, con un atadode documentos “secretos”, y hacer que los espías alemanesdispersos por esas regiones se apropiasen de tales papelesy se los hicieran llegar directamente a Hitler para que,descifrándolos, este cambiara sus estrategias, es decir,desprotegiera su base militar instalada en Sicilia yconcentrara su atención en Grecia.

Concebida como tal, la película de Madden, enefecto, muestra todo el proceso de ideación y preparación,hasta, naturalmente, la concreción del plan con losresultados históricos que llevaron a que los aliadosentraran a Europa por Sicilia y rompieran con todos lospresupuestos que los alemanes tenían preparados paradominar el viejo continente. ¿Quiénes fueron losdiseñadores o ideólogos de la estrategia llamada carnepicada? Fueron dos oficiales de inteligencia, EwenMontagu y Charles Cholmondeley, ambos pertenecientes auna unidad de espionaje del ejército británico que sededicaba a la desinformación y a crear escenarios falsospara despistar a las fuerzas enemigas. Se conoce queMontagu, además asiduo lector de novelas de espionaje,de intriga y policiales, puso el nombre de “Operacióncarne picada”, ironizando el plan que, metafóricamente,implicaba servir en bandeja de plata a Hitler, el enemigo,un poco de buena “carne” para que deguste.

La supuesta buena carne, siguiendo la venasimbólica, implicaba atar un cadáver con informaciónfalsa. Aunque habría algunas operaciones previas en lasque se trataba de poner anzuelos espías para cazarsituaciones donde el ejército británico podría tener ventaja,es un documento el que inspira, según el filme, laoperación de la carne picada. Es el “Memorándum de latrucha”, redactado por otro miembro de la inteligenciamilitar, Ian Fleming, el cual, tras terminar la guerra, sehará famoso como novelista creando al agente secretoJames Bond. El memorándum, aparentemente un texto quepodría pasar por ser una descripción técnica de un anodinopescador de truchas, era un informe que postulaba cómoengañar a un enemigo poniéndole en sus narices señueloso moscas de forma periódica. Los cebos, desde ya, seríantrampas. Es así como vemos en partes de “El arma delengaño” a Fleming como una sutil presencia que luego nosconduciría a toda la empresa militar del engaño y ladesinformación.

Señalemos que Montagu y Cholmondeley se tomanen serio una de las sugerencias del memorándum deFleming, por lo cual inventan un oficial del ejército, unperfil, una familia, incluida la novia, y lo mandan a flotarmuerto, como se anotó, en las costas españolas. Vemosque en realidad el supuesto oficial era un indigente que sehabría envenenado en alguna calle de Londres, que notenía historia, tampoco conexiones, incluso sin nadie quele llore. Nótese que, pese a la sordidez del andamiaje de laestratagema, digamos que, aunque se tenga conciencia deque “El arma del engaño” tiene que ver con la guerra y lasestrategias militares, su argumento en realidad haceevidente que en dicho contexto no se trata solo de enviarsoldados a un frente de batalla y tratar de lograr la toma deterritorios o la afectación de las líneas enemigas. Laguerra, en realidad, tiene que ver con articular estrategiasy tácticas donde los combates vienen a ser el resultado detoda una planificación. En esta, claro está, también estátoda una estructura de invenciones y una maquinaria deficciones al servicio del poder en el que el juego de espíasy, con ello, estrategias de falseamiento, de engaños ysimulacros muchas veces deberían tener efectos inclusoimpensados. Esto quiere decir que el filme de Maddenpuede inscribirse más dentro del cine de espionaje. Es decir, lo que importa de “El arma del engaño” es cómo se articula todo un teatro militar donde todo lo falso debe verse como algo auténtico o real.

Dicho esto, “El arma del engaño” es una película que, si bien se estructura sobre la intriga, al mismo tiempo entretiene. Su director, John Madden, es reconocido por“Shakespeare enamorado”, “La mandolina del capitánCorelli” o “Su majestad, Sra. Brown”; su camino por lacomedia le ha llevado a explorar la psicología depersonajes hasta verlos en su complejidad. En “El arma del engaño” esto es notorio, porque incluso el espectador termina convencido por personajes bien construidos y caracterizados que, aunque se los vea en perspectiva, es decir, se los vea elevando la mentira, el engaño o la treta ala altura de un arte, incluso determinado por una causa quesirve a un propósito supuestamente loable como vencer alenemigo, tales personajes terminan siendo heroicos. Lamáxima de Nietzsche de que una mentira repetida mil veces constituye la verdad vendría a permear el argumento de la película y, más aún, las implicaciones de los trabajos de militares espías dedicados a la desinformación y a la falsificación en aras de conseguir algo o mantener determinado poder.