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El Telégrafo
Sebastián Endara

La educación de la conciencia

08 de febrero de 2018

La sociedad contemporánea, según Z. Bauman, puede ser entendida como una sociedad líquida, “una sociedad donde las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas puedan consolidarse en unos hábitos y en una rutina determinada”, ocasionando que la vida colectiva se vea definida más que por las certezas, por la incertidumbre devenida de la tensión entre lo obsoleto y lo actual, que en términos sociopolíticos implica la imposibilidad de la reproducción estable de estructuras valorativas, gnoseológicas críticas, y en términos individuales, el vértigo por adquirir nuevas capacidades funcionales al sistema de organización basado en la centralidad del capital.

La relevancia que en este escenario adquiere la “precariedad”, como resultado de una situación de enajenación política de grupos y de individuos -mejor definidos por ser consumidores, que por su rol activo como ciudadanos-; desemboca en la restringida incidencia de la población civil en la (re)organización social, lo cual se traduce en un empobrecimiento de la sociedad y de la democracia en cuanto acceso y ampliación de derechos.

No obstante, y por paradójico que parezca, en este escenario donde aparentemente no caben alternativas, se presentan propuestas que desafían el ordenamiento impuesto. El Buen Vivir (genuino) es una de estas propuestas, que exige análisis crítico de los contextos, la construcción de nuevos valores y la posibilidad de experimentar aquellas alternativas sociales que intentan superar el sórdido escenario actual. Y en esa medida, la educación para el Buen Vivir es fundamental, pues está claro que no será por la toma del poder sino por la toma de conciencia que podremos transformar el mundo.

La educación para el Buen Vivir es la educación de la conciencia en clave de resistencia al depredador sistema de la modernidad capitalista. Es educación de la conciencia crítica a los imaginarios y las formas preestablecidas para organizar el mundo. Es educación de la conciencia creativa para transformar los discursos dominantes y las prácticas que legitiman su hegemonía. La educación de la conciencia es la posibilidad de un nuevo ciudadano que de ninguna manera restrinja su acción política al voto. (O)

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