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El Telégrafo

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Rosalía Arteaga Serrano

En memoria de Gil Barragán

13 de mayo de 2025

Hace unos pocos días, tuve la satisfacción de participar en un homenaje verdaderamente de grandes vuelos a la memoria del Dr. Gil Barragán Romero, destacado jurisconsulto, maestro de juventudes y político. Dicho homenaje fue organizado por la familia del Dr. Barragán y por la Universidad Católica Santiago de Guayaquil.

En este evento al que concurrieron familiares, exalumnos y destacadas personalidades del mundo político, me cupo el honor de hacer una remembranza de las obras del Dr. Barragán, entre las que destacan “Elementos del Daño Moral”, obra que sienta realmente las bases de una doctrina y pude también relievar, por ciento, la capacidad intelectual y la reciedumbre moral del homenajeado.

Estoy convencida, ahora más que nunca, de la necesidad de exaltar el comportamiento y las ejecutorias de quienes nos precedieron en el camino de la vida, sobre todo por lo ejemplarizador que se desprende de sus actuaciones y lo valedero que significa hacerlo en un mundo que parece haber perdido el norte y que más bien exalta los antivalores, sin preocuparse por el impacto que ello pude causar en la sociedad y en una juventud que está ávida de guías para salir adelante.

En Gil Barragán encontramos al hombre prolífico en cuanto a sus actuaciones, amante de su familia, formador de juventudes a través de sus cátedras universitarias, pero también al político ejemplar y valiente, quien no vaciló en defender, como lo hizo durante los acontecimientos políticos del año 1997, el lado de la verdad, del respeto a la constitución y de la justicia.

El jurisconsulto destacó siempre por su defensa de la Constitución como la norma máxima por la que debe regirse un estado, previendo los descalabros en los que caería el país por la falta de aplicación de los principios jurídicos y de legalidad que tanta falta le hacen al comportamiento de los seres humanos si queremos vivir en convivencia armónica y civilizada y si aspiramos a consolidar un régimen democrático y republicano.

La vida de Gil Barragán Romero puede servir de referente sobre todo en el ámbito de la docencia y de la defensa de los valores que implican el respeto a la ley y a la Constitución, de la que se transformó en adalid y representante de las tesis constitucionalistas que tanta falta nos siguen haciendo en el Ecuador de hoy.

Consigno en esta columna mis respetos por una vida dedicada a la defensa de la ley y mi agradecimiento imperecedero por su apoyo durante los duros momentos que vivimos hace ya cerca de tres décadas.

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