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El Telégrafo
Wilfrido Muñoz Cruz

Ecuador actuando en la penumbra

24 de noviembre de 2024

Cada día amanecemos con la sensación de que algo ocurre en el país. Nos atrapa la incertidumbre y somos testigo de una crisis inaudita que muestra una democracia debilitadacon vacilación política, la economía desacelerada y la seguridad en su peor momento, provocada por la penetración del narcotráfico que nos hace saltar de ser uno de los países más seguro de la región, a uno de los más peligrosos del continente.

La delincuencia ha penetrado en el tejido social, captando a niños y jóvenes (gatilleros), abandonados y presa fácil de las bandas criminales, con familias enterasemigrando por desesperación víctimas de un futuro que los margina, con índices de homicidios y escándalos queprueban como los narcos se han infiltrado en todos los niveles. Por ello se reconoció en su día la existencia de un conflicto armado interno que identifica a una serie de grupos como organizaciones terroristas, cuestión que se convierte en una guerra declarada que debería mostrar el efecto del plan de seguridad (Fénix).

Ya se advertía de una posible crisis energética, las centrales hidroeléctricas sin mantenimiento preventivo, mal manejo de los embalses, no se ha diversificado la matriz, unos culpando a otros de abrir las compuertas y hasta de sabotaje; sin caer en la cuenta de que losapagones paralizan el país y coinciden con el trimestre de mayor esperanza productiva, que están complicando la vida de las personas, su salud, la economía, el trabajo, los estudios, el turismo y demás. ¿Será que no logran entenderal pueblo porque van rodeados de seguridad y sirenas que impiden escuchar el descontento social que han generado?La energía eléctrica es un servicio básico y su administración adecuada no depende de las lluvias, sino de que exista planificación eficiente.

Apostamos al cambio, esperábamos un liderazgo claro con un gobierno de transición, que arribó con promesas sin que hasta el momento se muestren los efectos en las condiciones de vida de la población, sino algunas medidas de reacomodo para afrontar la situación fiscal, nuevas cargas impositivas (IVA del 12 al 15%), eliminación de los subsidios a los combustibles y otros que promuevan la inversión y fomenten el empleo.

Tenemos un presidente más preocupado por ganar visualizaciones en las redes que por garantizar el bienestar de la gente, que al intentar sintonizar con el pueblo se descuadra e improvisa como si estuviera en una reunión de amigos, que en un discurso refiere: “[…] estaremos mejor que ayer y peor, solo peor que el mañana”, que decide quitarse de en medio a la vicepresidenta e interpreta la Constitución a conveniencia¸ que impone el poder con intimidación desparpajo e ironía. No existe continuidaden los procesos administrativos ni políticas a largo plazo, todos tratan de refundar la patria a su estilo. ¡Ya escucharemos al siguiente gobierno criticar al actual!

Sin embargo, llegamos al estrés previo a elecciones, y quedan de lado la corrupción, la depuración de las instituciones y las demandas urgentes frente al aprieto económico de salud, educación y con ello la urgencia de dar señales de eficiencia y productividad con distractores, sin planificación (hoy es un anuncio, mañana otro), es notoria la debilidad e inoperancia estatal. Vivimos a la deriva sin saber a quién reclamar y cuando decidimos hacerlo buscamos la vía de las redes sociales.

En qué momento nos volvimos un relajo donde todo se filtra, dudamos si elegimos bien o pusimos la firma de sentencia. Un gobierno de arrogantes que no resuelve nada, que vende humo, que está desconectado del mundo real – en otra frecuencia. Nos merecemos otros representantes, una vida digna, capaz de otro futuro. ¡Seguramente somos un caso de estudio!

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