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Los datos del inec reflejan que en 2013 hubo 3.767 menos casamientos que en 2012 en el país
Los cuarentones solteros ya no ‘visten santos’, incentivan otro modelo de familia
“El nuevo modelo de familia: cuarentones sin hijos ni dinero, pero más felices”. Este fue el titular de una publicación del portal de noticias español El Confidencial, que expuso el estilo de vida de las nuevas generaciones en ese país. Tener hijos o vivir en pareja no es su prioridad, así sean cuarentones.
En la publicación se resalta que “el modelo tradicional de familia está tocado de muerte”, debido especialmente a la incertidumbre laboral y económica en los jóvenes, lo que ha disminuido la formación de nuevos hogares hasta mínimos históricos, anticipando un desolador panorama demográfico en España.
Como ejemplo se cuenta en el artículo la vida de Andrea y Charly, que son novios y viven juntos en un piso de tres habitaciones. Ellos ocupan un cuarto, mientras que los otros 2 son de Inés, Iván y Matías. Son amigos de la universidad en la que estudiaron. Todos trabajan en profesiones diferentes. Comparten gastos, su tiempo libre y se acompañan. En sus planes no está el matrimonio y peor tener hijos.
El estilo de vida de las nuevas generaciones españolas es visto, además, como consecuencia de una ‘incertidumbre emocional’, debido a la inestabilidad de las parejas modernas. “Los hijos son un lujo al que ni se puede ni se quiere aspirar”. Las parejas primero se van a vivir juntas y si unos años después siguen unidas, puede ser que decidan hacer un contrato matrimonial.
En España el divorcio se ha generalizado. En 2012 terminaron su relación 104.200 parejas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas de España, las relaciones de pareja son cada vez menos duraderas. El límite temporal de la convivencia se ha reducido entre 7 y 8 años. Una de las consecuencias de este fenómeno será el acelerado envejecimiento poblacional.
Si comparamos lo que sucede con los jóvenes españoles y los ecuatorianos, existen varias diferencias, sobre todo en lo relacionado al actual entorno económico y laboral. Sin embargo, hay también muchas similitudes en cuanto a sus prioridades: estudio, trabajo y disfrute de la vida, sin que sea el matrimonio o los hijos un ideal deseado, como lo era décadas atrás.
Daniel Ortega es un ejemplo. Luego de terminar sus estudios secundarios fue beneficiado con una beca del gobierno para continuar su carrera en el exterior. Su prioridad es conseguir un Ph.D y volver al Ecuador para trabajar en una de las universidades emblemáticas. Formar un hogar y tener hijos, por ahora no está entre sus objetivos. Gloria Escobar quien trabajaba en el sector público, tiene similares metas. Actualmente estudia en el exterior y cuando regrese a Ecuador buscará un empleo acorde a sus conocimientos.
Tanto Daniel como Gloria no pasan de los 25 años y si mantienen sus objetivos, no es extraño que cumplan los 40 sin casarse y sin descendencia, lo que no significa necesariamente que no vivan con una pareja. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), entre los 20 y 29 años se registraba el mayor número de matrimonios (54%) en hombres y mujeres, porcentaje que cambiará a corto plazo.
Al igual que en España, en Ecuador también existe un incremento de divorcios. Los datos del INEC señalan que en 2013 se dieron 53.986 matrimonios, frente a 21.122 divorcios. En comparación con el 2012, los matrimonios bajaron, ese año se casaron 57.753 parejas, mientras los divorcios aumentaron: se registraron 20.299. La mayor cantidad de separaciones en 2013 -en hombres y mujeres- se produjeron entre los 30 y 39 años, 32 y 35 por ciento, respectivamente.
El promedio de hijos por familia en Ecuador en la década del 90 era de 2,3. En el censo del año 2001 cayó a 1,8 y en el último del 2010 a 1,6 por hogar. ¿Estamos frente a un nuevo modelo de familia que significa más retos? Sí. Este fenómeno ya sucedió en países desarrollados. A causa de esto Europa se quedó sin fuerza laboral y con alto porcentaje de población envejecida.
Datos
Los especialistas señalan el ‘bono demográfico’ como el fenómeno que se da dentro del proceso de transición demográfica en el que la población en edad de trabajar (económicamente activa) es mayor que la dependiente (niños y adultos mayores). Esto significa que el potencial productivo de la economía de un país es superior.
El envejecimiento poblacional en América Latina y el Caribe y, por supuesto, también en Ecuador significa una reducción de la fuerza laboral. Entre los años 2000 y 2025, 57 millones de adultos mayores se incorporarán a los 41 millones existentes en la región. Entre 2025 y 2050 este incremento será de 86 millones de personas, según datos de las Naciones Unidas.
Los países de mayor población de la región (Brasil y México, junto a Colombia, Argentina, Venezuela y Perú) concentrarán la mayor parte de este aumento, pero en los países más pequeños este aumento también será significativo, especialmente a partir de 2025.