Los campesinos de 23 comunidades anualmente en septiembre exhiben los frutos que forman parte de la gastronomía de la provincia. Además realizan concursos para ver quién obtiene las especies más grandes.

Niños, adolescentes y jóvenes de instituciones educativas de los pueblos costeros de la zona sur del cantón manabita se reúnen anualmente en un evento musical. La cita tiene 31 años y se realiza frente al mar.

En Manabí se acopia agua lluvia que baja en forma de corriente hacia estas pequeñas lagunas construidas desde los tiempos de la cultura Manteña. Algunas están en el filo de la vía para aprovechar el acceso de tanqueros.

El resultado de cada faena, desarrollada con habilidad innata, se reparte entre quienes ayudan a halar la red; el dueño del arte lleva una porción mayor. Esta actividad se repite en caletas como Jaramijó y Piedra Larga.

Estos grupos animan las fiestas religiosas en las comunidades de la campiña, incluso en barrios populares urbanos de los 22 cantones de la provincia. También acompañan cortejos fúnebres.

Una de las travesías del Viejo Luchador fue recordada por 54 jinetes manabitas que recorrieron desde Bahía hacia Charapotó a caballo.

Estas miniaturas incógnitas trabajadas en barro por los artesanos de la cultura Manteña muestran dibujos de animales, peces, ríos y hasta personas, que no han sido descifrados aún por los expertos.

Las fiestas de San Pedro y San Pablo se inician en Machalilla y se extienden a los 22 cantones; hay paseos náuticos con las imágenes sagradas.

En el centro de la capital manabita, frente al nuevo parque las vegas, pintores retrataron la historia local y a personajes

Estos inmuebles patrimoniales se han convertido en la hoja de ruta de la historia que aún se mantiene viva en el puerto de los manabitas.