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El Telégrafo

Verónica Mosquera siguió los pasos de la actriz Angie Dickinson

Verónica se matriculó en esta institución luego de graduarse en el Colegio La Providencia, en Quito.
Verónica se matriculó en esta institución luego de graduarse en el Colegio La Providencia, en Quito.
08 de marzo de 2015 - 00:00 - Andrea Rodríguez Burbano

La Mujer Policía fue un programa de televisión que se emitió en más de 70 países, incluido Ecuador. Su protagonista Leanne Pepper Anderson, era una agente que trabajaba para la Unidad de Investigación Criminal del Departamento de Policía de Los Ángeles, en Estados Unidos.

Su profesión no era fácil, pero la ecuatoriana Verónica Mosquera sentía que esa era la carrera que debía escoger. Esta joven, quien aún cursaba el sexto curso en el Colegio La Providencia, en el centro de Quito, comenzó a interesarse por la vida policial gracias esta serie televisiva donde la actriz Angie Dickinson interpretaba el papel de Leanne Pepper.

De algún modo, esta actriz abrió el camino a las mujeres para que optaran por esta profesión y en el caso de Verónica Mosquera fue lo que ocurrió.

Cuando finalizó el colegio se inscribió en la institución policial. En ese entonces, una amiga cercana, Ivonne Daza, quien hoy es Directora de la Escuela de Formación y Perfeccionamiento de Oficiales de la Policía Nacional, le comentó, en ese entonces, que las matrículas para que las mujeres opten por esta carrera estaban abiertas por primera vez en Ecuador.

“Ivonne era mi compañera en gimnasia olímpica en la Concentración Deportiva de Pichincha y me contó esta noticia que me alegró mucho”. Sin contarles a sus padres su decisión, hizo los trámites para ingresar.

Cuando estaba inscrita les contó la noticia que —como ella preveía— causó conmoción en su casa. Su padre con lágrimas en los ojos le sugirió varias veces que desistiera, porque la carrera que había escogido no era fácil y peor aún para una mujer. Ser policía, en esa época, era una profesión exclusiva para hombres, pero ella insistió aunque hubiera sido más fácil seguir los consejos de su padre que le invitó a optar por la carrera de Medicina, una profesión que su abuelo y su padre siguieron. Ellos incluso fundaron la Clínica Mosquera. Cuando Verónica dejó su hogar para ingresar a la Policía todavía escuchaba las palabras de su padre: “no sabes a lo que estás entrando”.

En efecto, no lo sabía, porque pensaba que estaba preparada y pensó en la actriz Angie Dickinson, de la Mujer Policía.

Aunque estaba convencida de ingresar a la carrera policial, Verónica puso en duda su vocación a los pocos día de ingresar a esta institución. “Era muy duro. Pasé de un colegio de monjas a una institución dominada por hombres, donde no había un trato respetuoso. Algunos instructores nos decían: ¿qué hacen aquí?, váyanse”.

Desde el primer día, las mujeres eran sometidas a un duro entrenamiento físico que comenzaba a las 04:00 y finalizaba a las 22:00. Se ejercitaban tanto que en la noche caían rendidas sobre la cama.

Las rutinas de ejercicio contemplaban: abdominales, atletismo, pruebas de resistencia y otras actividades que en, poco tiempo, les provocaron lesiones en rodillas. Superaron los malos tratos y las largas jornadas de ejercicios por el compañerismo y la solidaridad que había entre ellas.

“Mis compañeras se convirtieron en hermanas, llorábamos juntas y nos apoyábamos todo el tiempo”. Recuerda que 3 meses después de ingresar a la institución policial, pudo ver a sus padres a quienes les comentó que “este lugar ha sido el infierno”.

Después de escucharla, lo único que le dijeron fue que tenía que pensarlo y salirse si realmente sentía que no lo resistía. Siguió el consejo y se quedó por orgullo. De las 37 mujeres que ingresaron a la institución, solo 6 lograron ser ascendidas a coroneles, entre ellas Verónica Mosquera. Esta joven integró la primera promoción de coroneles graduadas en Ecuador. Ella y sus compañeras lograron su objetivo después de llevar una conducta intachable y tener el mínimo de horas de arresto (sanción que se impone a los policías por diversos motivos).

Algunas de sus compañeras decidieron abandonar la institución, porque se casaron y tuvieron hijos. Ella también se casó cuando tenía el grado de teniente. Su esposo también era policía, pero se retiró hace casi una década, casi el mismo tiempo desde que se divorciaron. Al separarse, Verónica no solo tuvo la determinación de continuar con su carrera, sino que afrontó la difícil tarea de criar sola a sus dos hijos, quienes ahora cursan la Universidad.

Una de las razones por las cuales se divorció de su ex cónyuge fue la competencia que existía entre ellos por compartir la misma profesión. En varias ocasiones, él intentó desmotivarla. Ella no lo escuchó y continuó mientras él tomó otro camino al dejar finalmente la institución. Para esta mujer nunca fue fácil sortear los riesgos de su profesión. En una ocasión se enfrentó cara a cara con un delincuente. El hecho ocurrió cuando ella ingresó a una vivienda donde todavía se encontraban los ladrones.

Cuando ellos se percataron de su presencia, escaparon, pero ella los siguió. La acompañaba un auxiliar de policía que tomó otro camino para seguir a otro de delincuente. Durante la persecución, ella ingresó a un parque público y finalmente lo encontró. “Nos vimos cara a cara y él tenía una botella rota en la mano con la que me amenazó si lo detenía”.

Ella le apuntaba con la pistola y le exigía que suelte la botella, pero él no cedía; estaba dispuesta a dispararle en las piernas si se acercaba más, pero, en ese momento, apareció el chofer del vehículo que los transportaba y por detrás le propinó un golpe en la cabeza. “Le dio un cachazo y lo atrapamos”.

Durante su trayectoria profesional, Verónica dirigió la Guardería de la Policía, en coordinación con el ex Programa de Rescate Infantil (ORI). Ahora está en contacto con el Ministerio del Interior, porque desde hace 2 meses comenzó a funcionar una Unidad de la Policía para receptar las denuncias de las mujeres policía cuando son víctimas de maltrato. “Lamentablemente en esta institución todavía existe machismo y es necesario combatirlo. Lo importante es que contamos con apoyo”.

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