Ecuador, 14 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Sofía Calvo: ‘el vestuario es poder’

Sofía Calvo: ‘el vestuario es poder’
30 de noviembre de 2014 - 00:00

Su dimensión no solo es estética, sino también social. Así es la moda, un instrumento que nos permite expresar nuestras preferencias y aspiraciones.

Cada vez que elegimos una prenda revelamos una intención; el gusto de diferenciarnos de los demás. Las preferencias estéticas se han convertido en símbolos de identidad. Así es, la moda y el vestir tienen una compleja relación con la identidad.

El vestuario revela a los demás algo sobre nuestro género, clase e incluso posición. En ese mundo de la moda, complejo y volátil, transita Sofía Calvo, una bloguera y periodista chilena autora del libro Relatos de Moda, que recoge sus mejores posts (publicaciones) difundidos en su blog quintatrends.com, orientado a dar a conocer la moda de autor latina y a reflexionar sobre sus alcances.

Sofía estuvo en el país, donde ofreció una charla para hablar sobre las fortalezas de la moda en el mercado latinoamericano.

¿Somos lo que vestimos?

Sí, quizás somos una parte. Creo que la ropa es una buena herramienta para expresar quiénes somos o como queremos vernos y que los demás nos vean.

Hay quienes aseguran que la moda permite mejorar las relaciones interpersonales. Otros afirman que como te ven te tratan. ¿Tanta importancia tiene el vestuario?

El vestuario es poder. A través de las prendas que usamos es posible potenciar una imagen. Por eso es importante que quienes se desenvuelven en espacios laborales proyecten lo que efectivamente desean expresar. Si no es así, corren el riesgo de transmitir mensajes confusos y la gente puede tener una impresión negativa.

¿Cómo nació su blog Quinta Trends?

Nació en 2007 cuando estaba terminando la carrera de Administración de Empresas. Pensé entonces que podría ser una forma de poner en práctica mis conocimientos y de hacer una suerte de ‘incubadora de negocios’ a través de un blog en el que se combine esta base periodística y al mismo tiempo este escenario de diseño de autor que siempre me pareció interesante, porque de alguna forma expresaba una identidad social y un proceso creativo distinto.

¿Es posible encontrar un común denominador en el vestuario de una mujer argentina, una chilena, una colombiana, una ecuatoriana, boliviana…? ¿Considera que la moda unifica?

La moda es diversa y en la medida en que sepamos entender quiénes somos, y sepamos aprovechar características únicas como países. Las tendencias son globales, pero lo interesante es cómo cada país interpreta y resignifica estas tendencias.

Después de aproximarse a la industria de la moda en América Latina ¿qué ha podido descubrir?

Bueno, hay algunos temas. Para que se genere una industria fuerte en América Latina es necesario promover una institucionalidad que la fortalezca. Estas iniciativas pueden provenir del sector privado o público. Con un proceso colaborativo es posible lograr que la industria de la moda se convierta en un gran aporte para el país. No solo aporta desde el punto de vista económico, sino también a su imagen. El potencial de la industria latinoamericana de la moda es tremendo y hay que saberlo aprovechar.

A muchas personas les cuesta desprenderse de ciertas prendas que ya pasaron de moda. ¿Hacen bien conservándolas?

Sí. Nunca estaré de acuerdo con el concepto de la moda desechable que siempre le hará un tremendo daño no solo al ambiente, sino que también por la historia de cómo se confecciona, le hace daño a la sociedad. El precio de la moda a escala internacional genera cadenas de producción muy complejas. Soy partidaria de generar moda que aporte identidad y tenga el potencial de poder generar la menor cantidad de desperdicios. Una moda debe perdurar en el tiempo. Una persona no tiene que vestirse de acuerdo con las tendencias, sino de acuerdo con lo que siente, lo que le gusta, a su propia historia.

¿La industria de la moda latinoamericana marca tendencias?

Todavía no ha marcado tendencias. La industria de la moda ha mirado a Latinoamérica para inspirarse y generar colecciones, pero ha mirado a Latinoamérica como continente por su diversidad cultural y su riqueza. Con ello no quiero decir que nosotros como continente estemos marcando macrotendencias en la industria de la moda. Aún nos falta bastante.

¿Por qué?

Sobre todo, porque en Latinoamérica miramos hacia el norte y hacemos colecciones que pertenecen a la tierra de ninguna parte. En la medida en que nosotros podamos sin dejar de mirar las tendencias en términos de inspiración y comencemos a configurar una propuesta desde nuestra identidad —entendida no solo como lo autóctono— sino una creación enriquecida donde está el presente y el futuro incluido.

Da la impresión de que hay un mayor desarrollo en el tema de accesorios y de zapatos a diferencia de la vestimenta. ¿Cree que es así?

Me parece que en este tema tienen que ver mucho los procesos productivos. Crear un vestuario tiene un proceso productivo y una complejidad en términos de fabricación que es distinta. Con los accesorios hay menos temores a darse licencias, más posibilidades de innovar, de pronto porque el formato es más pequeño. Tiene un proceso creativo distinto, no lo he analizado mucho.

¿Qué prendas nunca usaría?

Me cuesta decir qué prenda nunca usaría, porque siento como que estoy escupiendo al cielo. Ahora te puedo decir nunca usaría tal cosa y a los 6 meses lo estoy usando. No usaría ninguna prenda que no me hiciera sentir cómoda, donde me mirara al espejo y no me reconociera. No me pondría prendas que no tienen que ver con mi historia, como creo que los demás me ven.

¿Cómo nació su libro Relatos de Moda?

Tras 7 años de trabajar en el blog creí necesario generar una visión de conjunto. Fue cuando decidí realizar una compilación de las notas del blog publicadas durante 3 años y armar un texto que diera una visión distinta de lo que era la moda. Quería contribuir a este análisis, a través de estas reflexiones. Es una mirada de la industria de la moda latinoamericana y de este nuevo consumidor, más responsable y consciente; conciencia de lo que significa producir moda. El objetivo del libro fue que el conocimiento circule; propiciar una discusión. No tengo las soluciones bajo la manga. Solo pretendo movilizar, y que podamos poner sobre la mesa ciertas reflexiones.

Contenido externo patrocinado