A sus 50 años Carmen Samaniego se someterá nuevamente a una cirugía plástica. Hace 10 años se hizo lipoescultura, levantamiento de bustos y lifting facial. Esta vez la acompañará su hija Adriana, de 28 años, que se realizará lipoescultura y rinoplastia.

Carmen recuerda que antes de la intervención fue sometida a varios exámenes de sangre y una evaluación psicológica. “Me explicaron que todos somos importantes tal como somos, pero si queremos mejorar la apariencia, también vamos a ser aceptados. Quizás eso hace que esté tranquila por mi hija, porque sé que estamos en buenas manos”.

Estudios de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, en EE.UU., recomendaron hace 2 años que antes de una operación estética el paciente se someta además a un test psicológico, para evaluar su estado y personalidad.

Este examen no fue realizado a la Reina de Durán, quien falleció hace una semana cuando se sometía a una lipoescultura. La muerte de Catherine Cando, de 19 años, desempolva el tema de los riesgos de una intervención de este tipo. En la denuncia presentada por la familia se indica que a la joven no se le practicaron otros exámenes prequirúrgicos.

Para Francisco Borja, director de la Escuela de Posgrado y Cirugía Plástica de la Universidad Espíritu Santo (UEES), el cumplimiento de los exámenes permitirá disminuir la morbilidad en un 80%. Además dice que la preparación puede tomar cerca de 15 días. De ninguna manera un doctor puede realizar una operación a solo un día de enviar los exámenes.

“Hay que entender 3 cosas, el paciente de cirugía plástica es alguien que desea operarse, a diferencia de un enfermo con apendicitis, que deberá ir al quirófano porque es de vida o muerte. La cirugía plástica es selectiva y por lo tanto se debe estar en buenas condiciones de salud”, dice Borja.

Agrega que la evaluación psicológica es lo más importante: “Todo médico que estudia psicología y psiquiatría en su formación sabe reconocer al paciente que necesita cuidados”.

En la clínica de Borja, un equipo de 3 psicólogos entrevista a los pacientes menores de 18 años, de quienes se sospecha que no entienden lo que es belleza y normalidad. Esto no ocurre en otras clínicas visitadas de Guayaquil, donde entre los requisitos solo piden exámenes de sangre.

En Inglaterra, por ejemplo, es prohibido que un menor se someta a una cirugía plástica sin antes pasar por una evaluación psicológica.

La psiquiatra Victoria Silva, del Instituto de Neurociencias de Guayaquil, explica que cuando un paciente solicita varios retoques a pesar de que su aspecto luce bien, es porque quizás necesita ayuda. “Hay quienes llevan la foto para que los dejen igualitos; eso es algo que no debe dejar pasar el médico, porque representaría que no está contenta consigo misma”, añade Silva.

El especialista sí considera que los médicos estéticos deben exigir una evaluación psicológica antes de operar.  Un análisis bioquímico de sangre, un electrocardiograma, una radiografía de tórax, una mamografía en el caso de las mujeres y hasta una prueba de alergias a fármacos están entre los exámenes previos a una operación estética. Incluso una entrevista entre el anestesiólogo y el paciente es importante, para conocer quién se hará cargo de este paso.

El cirujano Jorge Patiño señala que una cirugía siempre implicará preparación y de acuerdo al tipo de paciente se determinarán los exámenes. “Cuando llega el paciente se realiza una historia clínica. Es muy importante la entrevista, en la que se pregunta acerca del uso de sustancias, fármacos y operaciones anteriores”.   

Patiño se rehúsa a operar a quienes no se someten a las evaluaciones previas. “Como médico, se debe detectar a aquellos que no son aptos para operarse”. En Ecuador no hay cifras de cuántas operaciones estéticas se efectúan al año, y en la Sociedad Ecuatoriana de Cirugía Plástica hay más de 100 médicos afiliados.

Según un informe de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (sus siglas en inglés, Isap), Colombia ocupa el sexto lugar en el mundo con más cirugías estéticas invasivas y no invasivas. Este país registró 420.955 procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos para mejorar la apariencia. Estados Unidos fue el primero en el ranking de operaciones.

Selfies generan aumento de cirugías

Una encuesta de la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica Facial y Reconstructiva (AAFPRS, por sus siglas en inglés) realizada a 2.700 clínicas, mostró que uno de cada 3 de estos centros tuvo un aumento en los procedimientos debido a que los pacientes están más atentos a su imagen en las redes sociales.

El cirujano plástico Borja asegura que de 2013 a 2014 hubo un incremento del 5% en las cirugías plásticas en el país. A su consultorio llegan pacientes pidiendo: “quiero que mis pechos se vean bien en el selfie”. “Lo que ocurre es que ellas sienten que no son correspondidas si no les ponen un ‘Like’ (Me Gusta)”.

Según la psicóloga Silva, aunque no ve al selfie como algo patológico, considera que sí es un activador de las cirugías plásticas.