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Las panelistas consideraron que falta difusión de las ciencias exactas entre las jóvenes

Apenas el 10% de mujeres en el país se inclina por las ingenierías

Las ingenieras Naval Priscila Salazar (izq.), Yesenia Calle, María Elena Miño y Zoila Valencia abordaron sobre sus experiencias en la profesión. Cortesía: ESPOL
Las ingenieras Naval Priscila Salazar (izq.), Yesenia Calle, María Elena Miño y Zoila Valencia abordaron sobre sus experiencias en la profesión. Cortesía: ESPOL
24 de agosto de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

Cuando Yesenia Calle ingresó a la universidad no se imaginó que sería la única mujer de la clase. Después de analizar si elegiría la carrera de Ingeniería Eléctrica, como lo hizo su tío, optó por estudiar Ingeniería Naval en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) de Guayaquil.

Admite que fue un momento sorpresivo, porque solo había otra mujer en la carrera, que en aquel entonces ya estaba haciendo su proyecto de titulación. Es decir ella era la única en pregrado.

Según datos proporcionados por la ESPOL, desde 2010 hasta 2015 se matricularon 210 mujeres en la carrera de Ingeniería Naval versus un total de 716 hombres.

La diferencia en las cifras se nota más tomando en cuenta las 25 carreras en Ingeniería de la Espol. En este año hay 4.369 estudiantes hombres y 2.353 mujeres.

Las cifras son una muestra que aún las ingenierías siguen siendo una carrera para varones, y que en efecto las brechas de género en la educación siguen abiertas.

Por la poca participación de ellas en el campo de la Ingeniería, la institución organizó una mesa redonda con 4 ingenieras navales que cuentan con exitosa experiencia  para tratar los problemas  en su desenvolvimiento profesional y sus expectativas en cuanto al futuro del desarrollo de la industria.

En el evento realizado en el auditorio de la Facultad de Ingeniería Marítima, Ciencias Biológicas, Oceánicas y Recursos Naturales (Fimcbor) se detalló que las mujeres estudiantes de ingenierías no llegan al 30% en el mundo. En Estados Unidos la cifra llega al 20% y en Ecuador es 10%.

María Elena Miño, una de las invitadas al panel, aún se cuestiona por qué. A su parecer “como mujer se pueden manejar mejor estos temas”. La ingeniería definida como el estudio y aplicación, por especialistas, de las diversas ramas de la tecnología, sigue siendo un elemento secundario para las mujeres.

Un estudio del Fondo Mundial para la Mujer señala que ellas por lo general tienen acceso a la tecnología y las ciencias exactas más tarde que los hombres. Esto se debe al rol ‘tradicional’ entregado a las niñas, de proteger al bebé y cuidar del hogar, por ello los juegos son enfocados a estos papeles.

Para Calle, uno de los principales problemas a la hora de elegir una de las carreras de ingeniería entre las mujeres, es la falta de difusión “además de ser marginadas por los hombres al decir que solo sirven para la cocina”.

Zoila Valencia, quien más de 25 años trabaja en la Armada del Ecuador y actualmente es capitán de Navío, señala que ninguna mujer tiene una desventaja en la academia.

Con esto también coincide Calle, María Elena Miño y Priscila Salazar, quienes también participaron del evento. Las 4 señalaron que todo depende de la personalidad, es decir si es organizada o no.

Lo mismo ocurre en el ámbito profesional. “Generalmente las mujeres son perfeccionistas, quieren ser buenas planificadoras y eso les da un plus”, asegura Valencia.

Pueden existir factores negativos. Miño indicó que el hecho de ser mujer trae consigo la naturalidad de ser madre que por algunos es visto como desventaja, mientras que Salazar sostiene que por experiencia propia se ha encontrado con la dificultad de demostrar lo que sabe.

Revela que en su labor como inspectora de embarcaciones varios dueños han dudado de su capacidad por ser mujer. “Eso implica un doble trabajo”, dice.

¿Cómo desarrollar la participación de la mujer en el campo de la ingeniería en Ecuador? Para Valencia lo más importante es la difusión en colegios, a través de convenios señalando las ventajas y desventajas de estudiar carreras destinadas en el imaginario de la sociedad solo a varones. Miño sugiere que las jóvenes se vinculen a estos campos a través de prácticas vacacionales.

En cambio, Calle dice que la mejor alternativa es la difusión a través de las redes sociales.

Eduardo Cervantes, decano de la Fimcbor, destaca el trabajo profesional de las mujeres en el campo de la ingeniería. “El asunto de género complica las cosas alguna vez, pero no las vuelve imposible”. (I)

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