Desde el principio Elena parecía destinada a morir. La cerdita nació a inicios de enero pasado y su madre le cayó encima mientras ella intentaba alimentarse. Sus patas traseras quedaron lesionadas, por lo que se movía con dificultad.

Debido a ello sus dueños, una pareja de campesinos de la zona rural del cantón El Empalme (Guayas), decidieron apartarla de su madre y no alimentarla hasta que muriera de hambre. Cada vez que ella instintivamente luchaba por acercarse para comer, los propietarios la alejaban para dejar la leche materna a los marranitos sanos. Sin embargo, el animalito persistía, tratando de sobrevivir.

Seguramente habría fallecido, de no haber sido rescatada por personas que, al conocer su caso, se apiadaron de ella. Elena, como fue llamada la cerdita, unió a grupos veganos y animalistas de todo el país quienes, a través de redes sociales, realizaron una campaña solidaria para encontrarle un hogar. Incluso desde el exterior llegaron donaciones para ayudar al mamífero, que ya se encuentra a salvo en un refugio animalista de Quito.

Elena fue rescatada por el padre de Johanna Triviño. Ella es amante de los animales y en su casa, en El Empalme, tiene perros, gatos, gallinas y una cerdita de 2 años llamada Rufina, la única sobreviviente de una camada de 4 que se convirtió en un miembro más de la familia.

Sobre Elena, la mujer relató a EL TELÉGRAFO: “Cuando mi papá vio que ella estaba por morirse, pidió que se la dieran y me la trajo. Elena tenía solo 10 días de nacida, entonces empecé a alimentarla con biberón, pues ya con Rufina había adquirido experiencia”.

La cerdita empezó a crecer como una hija más de Johanna. Dormía en una alacena, jugaba con los 3 hijos de la mujer y se paseaba por toda la vivienda ‘como Pedro por su casa’.

Debido a la lesión arrastraba sus patas traseras y se las lastimaba, en especial cuando salía a la calle, pues las rozaba contra el pavimento. Por eso le aplicaban constantemente un cicatrizante. Entonces la familia empezó a buscar un hogar donde la cerdita estuviera más cómoda.

A diferencia de los perros o gatos rescatados, cuando se trata de animales llamados ‘de granja’ es más complicado hallarles un hogar, ya que muchas personas solo los ven como alimento o como una ayuda para el trabajo. Si no es de esta forma no los consideran ‘útiles’.

Fue entonces cuando intervinieron las agrupaciones animalistas para salvar a Elena. A través del Facebook, páginas como Red Vegana de Guayaquil, Vida Ecuador y Comidas Saludables, que promueven la alimentación y el tipo de vida veganos, difundieron la información del caso y solicitaron ayuda.

Lo primero fue buscar el hogar adecuado. Tras varios días se lo encontró en un refugio en el sector del valle de los Chillos, en Quito. Lo siguiente fue reunir el dinero para acondicionar el espacio donde viviría Elena y el traslado seguro desde El Empalme hasta la capital.

Para ello se creó un grupo de Whatsapp y por algunas semanas se hicieron los contactos. “Gracias a la difusión se logró reunir los montos necesarios”, señaló Emmeline Manzur, miembro de la Red Vegana de Guayaquil y una de quienes lideraron el proyecto.

El miércoles 20 de julio fue el gran día. Un carro viajó desde Guayaquil hasta El Empalme para recoger a Elena y llevarla hasta su nuevo hogar. La despedida fue emotiva.

Johanna cargó a la cerdita, le puso un pañal para que no ensuciara el vehículo y luego de darle un fuerte abrazo, la metió en la parte trasera. “Lloro cuando los animales van al matadero. Ahora no lo hice porque me da alegría saber que Elena va a estar en un lugar mucho mejor que acá”, dijo.

Al mediodía el vehículo partió hacia la capital, adonde llegó horas después. La cerdita recibió atención médica, fue vacunada y ya está acostumbrada al refugio, donde juega en el lodo y se mueve a sus anchas. Al momento los activistas están tramitando la donación de una silla de ruedas especial, para que Elena camine sin dificultad.

Víctor Nieto es un ecuatoriano que vive en Nueva Jersey (Estados Unidos), es vegetariano hace 10 años y se enteró del caso por Facebook, pues tiene agregados a varios animalistas. “Ayudo a perritos en Ecuador. Hay casos que han tocado mi corazón. Soy hare krishna y creemos que los animales tienen la misma alma que los humanos. Y viendo el interés de la gente y los aportes, decidí sumarme”, comentó a EL TELÉGRAFO. Según él, en Nueva Jersey hay una gran comunidad hindú, por lo que existen varios santuarios de vacas.

Para Emmeline Manzur, lo especial de este caso “es que se formó una cadena de ayuda y dimos la oportunidad a muchas personas de intervenir. Eso genera un sentido de pertenencia hacia la labor. Que ellas sepan que su aporte e implicación cuentan”.

Según la activista, “Elena nos ha dado la oportunidad no solo de sensibilizarnos hacia la situación de todos los animales vistos como comida, sino también de involucrarnos para darle a ella una nueva oportunidad, que la mayoría de animales no tiene”. (I)

DATOS

Cuando se pensó en llevar a Elena hasta Quito, la preocupación era si soportaría el cambio de clima. Pero el animal se adaptó a la capital. Donde duerme tiene un foco que le da calor.

Su dieta es vegana. Come arroz, verduras, plátano y maduro.

Un estudio de la Universidad de Cambridge indica que los cerdos son seres inteligentes capaces de reconocerse en un espejo. Según la página www.igualdadanimal.org, sus habilidades cognitivas se comparan con las de un niño de 3 años.

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La labor que realizan se difunde en redes sociales

Varios grupos trabajan para el rescate de especies denominadas 'de consumo'

Según Emmeline Manzur, de la Red Vegana de Guayaquil, un inconveniente para el rescate de los animales considerados ‘de granja’ es que, a diferencia de otros países, en Ecuador existen pocos santuarios dónde acogerlos. “El rescate de bovinos, cerdos, aves de corral, es difícil por eso. Estas especies están etiquetadas como ‘animales de consumo’ y no hay los espacios para ellas”.

Los grupos involucrados en el caso de Elena han efectuado otros rescates. Uno fue el de Milagros, una ternera ciega y con dificultades para caminar que estaba en el cantón Milagro y que gracias al trabajo en conjunto, fue llevada a un refugio en Quito.

Actualmente tratan de salvar a Blanquita, una yegua con problemas en una pata, que fue sacada del vientre de la madre antes de que esta fuera faenada. Quien desee ayudar puede buscar en Facebook a la Red Vegana de Guayaquil. (I)