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El Telégrafo
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Según datos del Colegio de arquitectos de Rumiñahui, unas 300 urbanizaciones se han creado en la zona en las últimas décadas

El 76% de la población de Rumiñahui proviene de otras zonas del Ecuador

El centro histórico de Rumiñahui conserva en buen estado algunas edificaciones antiguas, entre ellas varias de tipo religioso como la iglesia principal, que se observa al fondo.
El centro histórico de Rumiñahui conserva en buen estado algunas edificaciones antiguas, entre ellas varias de tipo religioso como la iglesia principal, que se observa al fondo.
Foto: Mario Egas/El Telégrafo
23 de julio de 2016 - 00:00 - Redacción Quito

La dinámica poblacional ha transformado en la última década al cantón Rumiñahui, ubicado 25 minutos al suroriente de Quito, hogar del club Independiente del Valle.

Según el Cabildo rumiñahuense, hace unos 12 años, el 57% de los habitantes era nativo de la zona y el 43% restante provenía de otras zonas, especialmente de Quito.

Sin embargo, la composición poblacional ha variado: en la actualidad, solo el 24% de la población es originaria del cantón, mientras que el 76% proviene de fuera. Las autoridades explican este fenómeno por el desarrollo urbanístico experimentado por el valle de Los Chillos, área en la que se encuentra Rumiñahui.

Esta idea es apoyada por desarrolladores inmobiliarios. Jorge Pamimboza, de la constructora Uribe & Schwarzkopf, señaló: “Para las empresas inmobiliarias, la amplitud de los terrenos facilita la construcción. Esas características permiten construir casas unifamiliares”.

Por su parte, Fabián García, integrante del Colegio de Arquitectos de Rumiñahui, explicó que el metro cuadrado de construcción se oferta en la zona a entre $ 700 y $ 900. A pesar de dichos valores, las constructoras han edificado más de 300 urbanizaciones en las recientes décadas.

La zona suele ser considerada como ‘ciudad dormitorio’, pues buena parte de los habitantes sale en la mañana rumbo a Quito y retorna al anochecer. El estudio de movilidad realizado por Metro Madrid en 2011 dio cuenta de que alrededor de 32 mil vehículos diarios se desplazan entre el valle y el hipercentro de Quito.

El alcalde Héctor Jácome aseguró que esa dinámica tiene que ver con características geográficas idóneas para vivir. Añadió que el clima cálido y la amplitud de los terrenos permitieron la construcción de urbanizaciones. Eso provocó que el comercio, la prestación de servicios y la plusvalía de las viviendas aumente en el cantón, especialmente en Sangolquí (cabecera cantonal). Sin embargo, la movilidad no se produce únicamente entre Los Chillos y Quito, sino también en sentido inverso.

Según el Alcalde, 105.000 personas habitan permanentemente en el cantón; sin embargo, contando con la población flotante (la que se traslada a Rumiñahui a diario, la cifra ascendería a 328 mil). Es decir que 223 mil personas llegarían a la zona diariamente por razones laborales, académicas, etc.

“Los habitantes del Valle de los Chillos llegan hasta esa ciudad por comercio, educación, trabajo, salud, etc. [...]. La construcción de la autopista General Rumiñahui en los años setenta y su ampliación en 1994, también influyó en el crecimiento económico y poblacional”, afirmó la autoridad rumiñahuense.

Para el arquitecto e historiador José Batallas, la autopista ayudó a que los quiteños consideren a Sangolquí como sitio de vivienda, al facilitar la conexión entre ambos cantones. La parroquia San Rafael, que hasta ese momento se encontraba llena de fincas y haciendas, ahora es una de las más prósperas en el sentido urbanístico.

“La vieja carretera a Quito también fue mejorada y la construcción del paso lateral (de Amaguaña a Pifo) también propició el desarrollo urbanístico y la cosmopolitización del cantón”, dijo Batallas.

Ese crecimiento se refleja en el paso del peaje por la autopista Rumiñahui. Hasta hace 4 años, de Quito hacia el Valle cruzaban 45 mil vehículos al día. En 2016, la cifra aumentó a 67 mil vehículos.

Además del clima, las personas llegan al cantón debido a la proliferación de servicios como hospitales, escuelas y entidades financieras.

La productividad ruñiñahuense

El crecimiento inmobiliario desplazó a actividades como la agricultura, que según el Plan de Ordenamiento Territorial ocupa el décimo primer lugar de las actividades productivas del cantón. En primer lugar está el comercio al por mayor y menor y dentro de este se destaca la venta de cerdo hornado, el plato emblemático de Rumiñahui.
Batallas, quien escribió el libro Sangolquí por Siempre, señaló que ese plato tradicional andino siempre fue popular.

Recuerda que en los años sesenta, los chanchos llegaban listos para prepararse desde Santo Domingo de los Tsáchilas y que “se los compraba en Tambillo, al sur de Quito. Ahora, hay dueños de negocios que tienen sus propios criaderos, otros los compran en mercados o ferias locales. El valor del plato puede variar entre los $ 2 y los $ 4,50”.

Actualmente, este plato típico se oferta en mercados, calles y aceras. María Chicaiza, quien vende hornado desde hace 20 años, dijo que la sazón se la conserva a través de generaciones. “Mi abuelita comenzó en este negocio. El local tiene 45 años”, añadió.

A decir de los moradores, los 2 mercados que facilitan la compra y venta por, su cercanía, han perjudicado la visión de ciudad. La arquitecta Ana Pacheco cree que los mercados César Chiriboga y de Turismo se manejan desorganizadamente y están sobrepoblados. “Eso generó demanda de espacios, obligando a que se tomen las calles y avenidas circundantes”, dijo.

Para Batallas, eso genera anarquía vehicular y de organización de negocios. Reconoce que para aliviar ese inconveniente se creó el mercado Sebastián, pero hubo desinterés y “quedó como un elefante blanco”.

Asegura que los comerciantes de los mercados, de a poco, se están tomando el parque principal del sector para sus actividades, dificultando el tránsito vehicular.

Pacheco y Batallas consideran que las autoridades del Cabildo deben buscar soluciones para organizar mejor a los comerciantes informales. Plantean la necesidad de adecuar nuevos espacio en las afueras de la centro de Sangolquí. (I)

DATOS

Los antiguos habitantes recuerdan la existencia de ciertas tradiciones que se han ido perdiendo con el tiempo. Entre ellas la disputa de partidos de fútbol amateur.  

Alfredo Gutiérrez, un artesano de 78 años, recuerda que hace medio siglo aproximadamente, la cancha del Estadio Municipal era de tierra. Hoy juega allí como local el Independiente del Valle.

Según Gutiérrez, en aquellas épocas no faltaban las apuestas sobre el resultado de los encuentros. El sangolquileño recuerda que “las personas arriesgaban hasta un sucre, una fortuna en aquellas épocas”.

Los habitantes de mayor edad lamentan que las tradiciones religiosas como el rezo del rosario, las celebraciones del Pase del Niño y otras similares hayan ido desapareciendo. Acusan a esta situación del estado social que se vive en el cantón.

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