En 2004, la colombiana María Murillo pensó que el mundo se le venía encima cuando se enteró de que su esposo y padre de sus 4 hijos había desaparecido en manos de un grupo criminal. A pesar de ello, decidió llenarse de valentía y migrar a Ecuador para proteger la vida de sus vástagos.      

Ahora tiene una pizzería en la Prosperina, en Guayaquil, y su nuevo sueño es un préstamo con la Corporación Financiera Nacional (CFN) para abrir una sucursal, la primera de las muchas que proyecta para los próximos años.

La historia de María es muy parecida a la de cientos de desplazados que el jueves participaron de una feria de emprendimientos organizada por la Cancillería. El evento se celebró en la víspera del Día Mundial de los Refugiados, que se conmemora hoy.

Según Johnny Aldaz, director de refugio zonal de la Cancillería, Ecuador se mantiene como el país sudamericano con la mayor población refugiada, con más de 60.000 personas. De estas, el 98% es de origen colombiano que huye del conflicto armado. “La Cancillería tiene como misión llevar a cabo, con responsabilidad y sentido humanitario, el proceso de las solicitudes de refugio conforme a las normas jurídicas nacionales e internacionales”, acotó el funcionario.

Para el portugués Manuel Dos Santos, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, por sus siglas en inglés), la cooperación entre entidades que prestan ayuda humanitaria sin fines de lucro y el gobierno ecuatoriano, ha sido fundamental para la adaptación de los desplazados.

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El objetivo de la Acnur es la integración de los migrantes a la comunidad y difundir el respeto de sus derechos, así como brindarles colaboración con profesionales en el área psicológica y médica en general.

Para María Murillo, la Acnur fue el enlace que le brindó asesoramiento legal gratuito para regular su situación en Ecuador, ya que la entidad tiene un acuerdo con la Cancillería e incluso menciona que este organismo les donó alimentos cuando se encontraba desempleada.

Las oficinas del organismo humanitario, con sedes a nivel mundial, funcionan en Ecuador en Esmeraldas, Tulcán, Lago Agrio, Ibarra, Quito, Santo Domingo, Cuenca, Guayaquil; además posee un grupo de ayuda rural que revisa constantemente la situación de los nuevos  desplazados y está pendiente de sus necesidades.

“Somos cerca de 90 las personas que trabajamos directamente en Acnur Ecuador, pero tenemos un contrato firmado de apoyo mutuo de trabajo con más de 17 organizaciones, además de otras 10 con las que cooperamos sin tener un contrato”, indica Manuel Dos Santos.

Según el informe anual de Acnur, el número de desplazados y refugiados a nivel mundial alcanzó en 2014 el récord de 60 millones de personas a causa de los múltiples conflictos en el mundo.

Hace un decenio, el número era de 37,5 millones, recuerda la agencia de la ONU, para la que el aumento desde 2013 es el mayor jamás registrado en un solo año.

En 2014, 42.500 personas se convirtieron cada día en refugiados, desplazados internos o solicitantes de asilo, constata el informe.

15 conflictos asolan la humanidad

Acnur da cuenta de al menos 15 conflictos en estos últimos 5 años: ocho en África (Costa de Marfil, República Centroafricana, Libia, Malí, norte de Nigeria, República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Burundi), tres en Oriente Medio (Siria, Irak y Yemen), uno en Europa (Ucrania), y tres en Asia (Kirguistán, varias regiones de Birmania y Pakistán). Los tres países más afectados son Siria (7,6 millones de desplazados internos y 3,88 millones de refugiados a finales de 2014), Afganistán (2,59 millones de personas en total) y Somalia (1,1 millones de personas).

En América Latina, Ecuador es el país sudamericano con la mayor población refugiada de la región, con más de 60.000 personas, lo que quiere decir que alrededor de 900 personas al mes llegan para solicitar  refugio.   
El director de refugio zonal de la Cancillería explica que los trámites para los solicitantes del refugio demoran aproximadamente 6 meses.

Los mismos se efectúan a través de una comisión que contrasta la información del postulante y se encarga de verificar que el marco legal sea el más óptimo para conceder la visa de migrante. Mientras tanto el gobierno le extiende un carné de refugiado con el que puede movilizarse legalmente.

Con el objetivo de mostrar la habilidad que han tenido los migrantes a través de sus microempresas para convertirse en generadores de fuente de trabajo, Johnny Aldaz explica que la cancillería ecuatoriana junto a Acnur decidió organizar esta feria con un enlace directo con la ciudadanía ecuatoriana. “Cada carpa representa la visión y la capacidad que han tenido para su desarrollo familiar y social”, indica.

Las ayudas que ofrece Ecuador

Los créditos de la Corporación Financiera Nacional (CFN) también están dirigidos a los refugiados. De hecho, el financiamiento a sus emprendimientos es vital para que puedan salir de la pobreza.

“Los refugiados que cuenten con el respaldo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana pueden acceder a financiamiento con nuestra entidad siempre y cuando reúnan los requisitos necesarios, al igual que cualquier otro ciudadano ecuatoriano. El único requisito realmente importante es sustentar el proyecto de sus emprendimientos”, señala el oficial de microcrédito de la Corporación Financiera, Christian Mendoza.

Por su parte, Andrés Vargas Guzmán, de la Red Socio Empleo, aclara que este servicio también incluye a los refugiados. Ellos deben ingresar su hoja de vida para acceder a un puesto de trabajo en las entidades afiliadas. El funcionario recalcó que tener un título no es importante, ya que cuentan con un sistema de capacitación. (I)